Yo Soy La Duquesa

Dylan se encontraba en un callejón oscuro lejos de la gente, arrestado por un hombre alto y robusto qué lo sostenía con fuerza

—hola señorito ¿no me recuerda? Yo soy un se sus sirvientes y el esposo de una de las sirvientas qué la perra de tu madre mató, ahora que tengo la oportunidad me toca hacerte lo mismo pequeño conejito asi podré desahogar este oído que tengo por los luterano.—dijo el hombre presionándolo contra la pared, su aliento y sus ropas apestaban a alcohol eso explicaba su actuar tan agresivo a plena luz del dia.

Dylan sintió un escalofrío recorrer su espalda al oír la voz del hombre que lo sostenía con fuerza y que no tenía la intención de soltarlo por las buenas.

"¿por qué esto siempre me pasa esto a mí? No, Dylan no es momento de llorar hay que ser valientes como mamá dijo, voy a vivir, yo viviré."

Dylan reunió coraje y le dio un pisotón en el pie con toda su fuerza por suerte sus zapatos nuevos tenían un tacón muy grande por lo que pedía hacerle más daño, el hombre dio un grito y lo soltó aventándolo contra la pared.

Hijo de perra. —el hombre intento darle un puñetazo, pero Dylan logro esquivarlo aprovechando su descuido para darle un golpe en los bajos con toda su fuerza.

El hombre calló de rodillas, Dylan aprovecho el momento para sujetar un pedazo de madera y darle con él en la cabeza logrando qué el hombre se desmayará.

"eso fue fácil, espero que esté bien, no, no seas tonto Dylan si muere es mejor para mí, ahora tengo que correr antes de que alguien me vea"

Unos guardias pasaban frente al callejón cuando vieron al pequeño con un pedazo de madera con sangre y un hombre que parecía sin vida en el suelo, una escena más que sospechosa.

—Oye tu niño detente ahí. —al parecer los hombres no sabían que el niño era el hijo del duque porque no dudaron en perseguirlo para juzgarlo como un asesino.

—maldición. —Dylan tiro la madera al suelo y corrió entre los angostos callejones siendo perseguido por los guardias muy de cerca.

El miedo a ser arrestado lo lleno de adrenalina y corrió como nunca lo había echo empujando a la gente logro llegar a un pequeño establecimiento en donde entro de inmediato para esconderse.

—¿en qué puedo atenderlo?. —dijo la empleada al pequeño que se escondía entre los sillones esperando que los guardias se fueran.

—disculpa niño, pero no puedes usar los sillones como escondite, si no vas a comprar nada por favor retírese.

—no, espere...—la mujer sujeto a Dylan del brazo y lo tiro a la calle con fuerza haciendo que su rodilla sangrara por un raspón.

—maldito mocoso, eres bueno corriendo.—dijo el guardia que lo estaba persiguiendo anteriormente sujetándolo del brazo jalándolo con fuerza como si fuera un muñeco de trapo.

—espere, yo soy...

—¿qué crees que haces? —el duque había seguido el rastro con facilidad y se acercó con una expresión aterradora al ver el estado en el que se encontraba Dylan pensando inmediatamente qué el guardia lo había echo.

—buen día al duque la luz del ducado, yo... —el hombre no termino su oración cuando la espada del duque ya rozaba su cuello.

—ve directo al grano ¿qué carajos haces?

—encontramos al niño junto a un cadáver y pensamos que es un asesino, por favor duque no me haga nada.

—¿niño? Ese niño que sostienes es el heredero del ducado trátalo con respeto.—dijo el duque sin mucha paciencia.

—e-él es ¿e-el heredero? . —los dos hombres se arrodillaron y pusieron sus cabezas en el suelo frente a Dylan rogando por su perdón.

—n-no, no pasa nada, solo no lo hagan en el futuro, por favor levántense del suelo.

—gracias mi señor, sin duda usted será un gran duque.

—bien, basta con su drama lárguense y recuerden quien es este niño en el futuro o si no no tendré piedad ¿oyeron?.

—si, mi señor. —los dos hombres corrieron como perro con la colá entre las patas lo más rápido que pudieron.

"Los habría matado si no fuera porque Dylan está presente, como se les ocurre perseguir a un niño sin ninguna prueba"

—Dylan ¿estás bien?

—yo estoy vivo, estoy vivo, nada me pasó. —dijo Dylan intentando calmarse para que no le diera otro ataque de ansiedad.

—¿dónde está el hombre que te atacó?

—está en un callejón un poco lejos de aquí, yo lo golpeé con un pedazo de madera antes de que pudiera hacerme algo.

—ese es mi campeón, fuiste muy valiente estoy orgulloso de ti, mi niño ya está muy grande y ya no vas a querer qué papá te proteja.

—no, no, papá si no fuera por ti ahorita estaría en la cárcel, gracias por salvarme.

—no te preocupes es mi deber, bien ya fueron muchas emociones por hoy qué te parece si vamos a casa.

—si.

El duque sacó de entre sus ropas el mismo silbato qué había usado anteriormente para llamar a sus sombras y al llamarlas llegaron de inmediato.

—papá, los hombres de negro son muy divertidos. —dijo Lilly bajando de los brazos de uno de ellos, al parecer la habían pasado mal, pues todos llevaban peinados extraños en sus cabellos.

—¿fue complicado?. —pregunto el duque.

—sin ofender duque, pero fue la misión más difícil que nos ha encomendado.—dijo una sombra y los demás asintieron en consecuencia.

—no es tan malo, no sea cobardes.

El duque llamó a una de las sombras para informarle lo que debí hacer con el hombre que había atacado a Dylan anteriormente, las órdenes eran claras y las sombras aceptaron de inmediato, todo con tal de no volver a cuidar a un niño pequeño.

El duque sujeto de la mano a Dylan y Lilly para llevarlos en dirección al caballo y las sombras se desaparecieron.

El duque subió primero a Lilly y después a Dylan notando de inmediato qué el niño tenía un corte en la rodilla por lo que con rapidez saco un pedazo de tela para amarrarlo a la herida hasta que llegarán a la mansión y pudieran curarlo.

El camino de regreso fue tranquilo hasta llegar sin demora a la mansión en donde fue recibido por el mayordomo qué está alterado como si de algo muy malo le hubiera pasado.

—duque!!.

—¿Qué pasa, William?

—la duquesa se despertó esta mañana, pero está muy alterada, no sabíamos que hacer así que no nos acercamos a su habitación hasta que usted llegará mi lord.

El duque sintió un leve escalofrío recorrer su espalda por fin había llegado el día en que habría frente a frente con su esposa y trataría de convencerla de que se quedará a su lado.

—¿mamá despertó?.—Lilly no dudo en correr escaleras arriba para ir directamente a la habitación de su madre los sirvientes intentaron detenerla, pero fue en vano pues la niña era demasiado rápida. —mamá!!!!

—Lilly, espera!!. —grito el duque.

—yo también quiero ver a mamá. —dijo Dylan con la intención de hacer lo mismo que su hermana.

—espera Dylan, tu madre está muy alterada debemos tomar las cosas con calma y no apresurarnos.

—tienes miedo de enfrentarla ¿no?

—¿Qué? Claro que no ¿por qué le tendría miedo a mi esposa?.

—¿en serio? —dijo Dylan con una expresión de "no te creo nada".

—bueno si estoy un poco nervioso, pero no tengo miedo.

—vamos no seas cobarde yo abogare por ti mamá solo te golpeará un par de veces.

—eso no me tranquiliza en lo absoluto.

Dylan sujeto al duque de la muñeca para guiarlo escaleras arriba, al llegar encontraron a Lilly a fuera de la habitación con la duda de si entrar o no.

—¿y si mamá esta muy enojada porque no nos encontró esta mañana?

—vamos Lilly, solo es mamá.

Dylan toco la puerta dos veces y de inmediato se escucharon las fuertes pisadas qué parecían molestas llenado en dirección a abrir la puerta.

—¿no les dije que se largarán?. —grito sacha molesta abriendo la puerta de par en par.

—¿mamá?

Sacha soltó un chillido de felicidad y abrazo a los dos niños llorando de alegría, agradecía enormemente haber sobrevivido a esa enfermedad mortal y estaba feliz por poder verlos una vez más.

—sacha deberías acostarte y descansar o recaerás.—dijo el duque haciéndose notar y no podía negar que estaba un poco celoso de los niños.

—estoy bien, ahora me siento más sana qué nunca.

—si, ciertamente me asuste un poco cuando el doctor dijo que era probable que no despertarás.

—ese doctor es un tonto deberías contratar uno mejor se alteró tanto por una simple fiebre.

—pues, esa simple fiebre casi te mata.

—pero no fue así, ya sabes lo que dicen hierba mala nunca muere. —sacha soltó una sonora carcajada por un chiste que solo a ella le dio gracia.

—¿mamá iba a morir? —dijo Lilly con los ojos llorosos.

— no, no, no, Lilly tu mamá solo esta bromeando ¿verdad, sacha?

—oh, si, si, Lilly ni te preocupes por mí, yo estoy bien ¿disculpa duque puedo hablar un rato con mis hijos? Es que quiero ponerme al día con ellos.

—¿por qué papá no puede escuchar? Papá es una buena persona. —dijo Lilly de una forma tierna.

—¿cómo lo llamaste?

—lo llamé papá, porque el duque es mi papá.

—ya veo, si eso te gusta esta bien.

—mamá ¿por qué no hablas con papá un rato? Ustedes dos deben tener mucho de que hablar. —dijo Dylan empujando al duque dentro de la habitación.

—esperen niños. —sacha no pudo hacer nada más, pues la puerta se cerró en sus espaldas.

—escucha, no quiero pelear en este lugar, porque aún me siento mareada. —dijo sacha rompiendo el silencio.

El duque de inmediato la sostuvo con delicadeza guindola a la cama para que se recostara a descansar acto qué sacha no rechazo pues sabía que debía cuidarse de no recaer.

—no te preocupes yo tampoco quiero pelear, de que quieres hablar primero de ¿los niños? O de ¿nuestro matrimonio?

—quiero hablar de nuestro matrimonio querido duque.

—bien, te diré todo lo que quieras saber y no te ocultaré nada, por favor pregunta lo que quieras.

—bueno si así son las cosas, hay algo que me tiene intrigada y mucho.

—¿Qué es?

—¿recuerdas la primera vez que nos vimos en el restaurante?

—si, ¿por qué?

—recuerdo que te vi con una mujer de cabello azul, quiero saber quien es ella.

—esa mujer es hija del marqués limo ella insistió mucho en salir conmigo y yo la rechace muchas veces hasta que me prometió que me daría documentos que incriminaran a su padre, por eso acepte salir con ella.

—ya veo.

—¿qué más quieres preguntar?

—¿dónde esta tu madre?

—mi madrastra esta muerta me entere de que había echo cosas repugnantes la torturé y la mate, ayer precisamente.

—¿por qué hiciste eso? Yo quería ser la que la que acabará con su vida lenta y dolorosamente como lo merecía.

—¿si?

—si, aún no me olvido de esa bruja maldición estoy tan enojada con ella y ahora está muerta y también estoy enojada contigo como se te ocurre contestar mi carta de esa manera tan estúpida ¿me querías matar acaso? .

—¿qué carta?

—la qué te envié al campo de batalla pidiendo ser la nueva anfitriona, tu respuesta fue "solo hasle caso a mi madre" , maldición qué clase de respuesta es esa ni siquiera un ¿como estas? O ¿como están mis hijos? .

—creo que no te lo comenté la vez que me fui del ducado, pero el lado oeste del imperio es imposible que un mensajero llegue con vida, esa carta era falsa.

—¿Qué?

—lo más probable es que mi madrastra te haya escrito una carta para que dejaras de quejarte, te juro que si lo hubiera sabido te habría dejado hasta que la matarás, esa mujer no merecía piedad.

—maldita bruja.

—¿quieres preguntar algo más?.

—si ¿por qué me abandonaste cuando estaba embarazada?