"AUT VIAM INVENIAM AUT FACIAM" (encontraré mi camino o haré el mío yo misma) - susurró en latin. Era una declaración de guerra. "Él pasaba horas dibujándola a ella en papel y ella se pasaba las horas dibujándole palabras de amor en la piel. Habían estado seis meses juntos y habían vivido mil cosas. Creyó que le conocía como nadie. Ahora debía aprender que nadie conoce a nadie. La traición siempre es más dolorosa cuando quien la comete es el más amado por ti."
Bixby es una experta en matar y proteger. Toba la convierte en su numerale, su mano derecha. Él es el jefe de todos los jefes de la mafia y juntos se convierten en invencibles. Todos la llaman L'onorevole del Don y la consideran el bien mas preciado del jefe. Entre ellos saltan chispas y Toba no tarda en convertirla en su goomah (amante). Pero la hermosa asesina, no es adecuada para ser la gran señora de la casa al lado de él y elige a otra mujer como su esposa.
Nunca mas le permitirá verla ni acercarse a ella.
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Mantener a salvo a Toba
Capítulo 19
Mantener a salvo a Toba
La voz en el teléfono le está gritando Sebastián como loca. Es Toba, pidiéndole que le pase el teléfono a Bixby. Él se lo da y la chica al escuchar al hombre de inmediato muda el rostro. Su mirada se vuelve de acero y sin colgar comienza a dar instrucciones a Koi.
- Pon el coche en marcha. Tenemos que largarnos ya. Sebastián sube. - le indica que entre en el vehículo negro. Él la mira sin entender y ella le grita: -¡Sube!
Mientras, gira hacia la casa y en un bolso deportivo negro mete equipos y armas. No tarda apenas veinte segundos en salir. Ya está con el coche en marcha con Sebastián en la parte de atrás. Bixby aún retiene la llamada de Toba y le pregunta dónde está exactamente.
- Dame tu ubicación
Cuando Marco Pozo lo llamo para advertirle Toba que aún no había bajado del vehículo, salió del pueblo en la dirección contraria al refugio de Bixby, sabiendo que debía alejarse lo máximo posible de esa zona. Así que marchó sin rumbo y a toda velocidad.
Sabía que estando solo era una presa fácil, así que el único factor con el que contaba era permanecer ilocalizable.
Su señal de teléfono podría ser intervenida en cualquier momento, así que era un riesgo incluso tenerlo encendido mientras hablaba con Bixby, pero era necesario que él le diera seña de donde se encontraba. Ella le dijo desde el otro lado.
- Estoy a ocho minutos de ti. Para donde estés y apaga el teléfono del todo. Mira tu reloj. En ocho minutos llegaré hasta ti.
Él colgó y rompió el teléfono. Sabía que incluso estando apagado el aparato podía emite una señal por la que ser localizado. Toba siguió las instrucciones de Bixby de inmediato porque confiaba plenamente en ella. Miró su reloj y esperó.
Bixby le indicó a Koi que girara a la izquierda.
- Tenemos seis minutos.
Le había mentido a Toba para que no se angustiara, pero sabía que tenían menos tiempo aún, antes de que le encontraran. Por el retrovisor vio un montón de sombras acercándose al refugio. Habían salido justo a tiempo pues si hubieran quedado retenidos allí defendiéndose Toba no hubiera tenido posibilidades de salvarse.
Koi asintió y apretó el acelerador hasta el fondo. Al mismo tiempo le pasó un teléfono a Bixby.
- Llama directamente a Marco. Él sabrá lo que hacer
Ella asintió. Cuando el otro lado contestó le dijo brevemente dónde estaban y lo que estaba pasando. El jefe la avisó de que un equipo estaba casi allí. Bixby solo dijo:
- Bien, nosotros estamos llegando.
En dos minutos más alcanzaron el coche de Sebastián, donde Toba esperaba. Después de eso, se desató la locura.
Sebastián que estaba en la parte de atrás del coche de Koi, lo vio todo como si fuera una película antigua de cine negro.
Con la diferencia de que todo era muy real. Antes de salir Bixby le dijo que se agachara para no ser visto y él lo hizo. Se tumbó en el espacio entre los asientos, boca abajo. Escuchaba explosiones por todos lados o mejor dicho, sonidos que parecían explosiones, pero que supo que eran disparos.
Le pareció alucinante estar viviendo una situación así. Cuando todo terminó la puerta del coche se abrió de un solo golpe y él levantó la cabeza aterrorizado pensando que si habían ganado los malos él iba a morir en ese mismo instante, pero quién estaba delante de él era Toba que sonriente y extrañamente tranquilo, le dijo:
- Anda, levántate, que ya está todo arreglado
Sebastián no entendía como podía estar riendo en un momento como ese. Se acomodó en el asiento a punto de desmayarse. Su amigo le golpeó el hombro y le dijo:
- Bienvenido a mi mundo
Le hacía mucha gracia ver a Sebastián que siempre estaba imperturbable, de esa manera. Ese hombre era capaz de abrir a una persona en canal sin despeinarse y, sin embargo, en esta situación había perdido totalmente los nervios.
- No te preocupes. Si no estás acostumbrado es normal que te sientas así. No te pongas mal por eso.
Sebastián lo miro con verdadera admiración y le dijo:
- Toba de verdad que te admiro. No sé cómo puedes estar tan en calma. Has estado a punto de morir ¿lo sabes?
- Bueno, no es la primera vez. De hecho en este mes ya han sido tres veces. Si me pusiera mal cada vez, moriría del corazón. Además… Mientras esté con Bixby, no moriré.
Los dos hombres miraron hacia fuera. Sebastián le preguntó que dónde estaba ella y Toba señaló con la barbilla.
- Esa mujer no es de este mundo. Acabó con todos ellos prácticamente sola. Los demás parecían estar de adorno. Es rápida y mortal
- ¿Y ahora qué pasará?
Le preguntó Sebastián.
- Pues ahora que me han atacado abiertamente es seguro que mi madre ya sabe de quién se trata. Y si no he entendido mal esa persona está en manos de mis padres, ahora mismo. Imagino que vamos de vuelta a la mansión. ¿Tú qué quieres hacer con tu coche? Está acribillado a balazos y creo que inservible
Sebastián puso cara de descontento.
- ¡Ay Dios! ¿Qué voy a hacer?
- Mi familia pagará todos los desperfectos, Sebas. Tenemos dinero como para eso
- No lo sabía, pero me voy dando cuenta
- Bueno, alégrate de que si no tiene remedio, te compraremos un coche nuevo. Has ayudado a la familia Jiménez y eso se recompensa
Sebastián, lo miro un poco picado.
- Toba, sabes que yo te ayudaría en cualquier circunstancia, no importa qué y eso no tiene nada que ver con quién sea tu familia.
Toba, lo miró entrecerrando los ojos y pensó que es verdad que se conoce a los verdaderos amigos en los peores momentos. No siguieron hablando porque tanto Bixby como Koi subieron al coche. El hombre iba hablando por teléfono al parecer poniendo al tanto de los sucesos a su jefe.
......................
Media hora antes…
Cuando Koi y Bixby alcanzaron a Toba Jiménez, este estaba dentro del coche y parado a un lado de la carretera, en espera.
Cuando quisieron sacarlo de ahí, de la nada empezaron a llegar coches negros de todas las direcciones. Llegaron amigos y enemigos al mismo tiempo.
Al principio fue difícil distinguir, quiénes venían a por Toba y quiénes venían a protegerlo. En cualquier caso Bixby no iba a permitir que nadie se acercara al coche ni a él, así que levantó las dos manos con sus armas bien dispuestas y Koi a su lado, hizo lo mismo.
Un montón de hombres se habían bajado de los vehículos. Los encañonaron y así supo Bixby a quién tenía que matar. Su mente quedó en blanco y la única cosa que hacía era disparar y contar, disparar y contar. Toba se arrastró por el coche, salió por el lado del copiloto y se dejó caer sobre el suelo. Estaba extrañamente tranquilo desde el momento en que la mujer llegó. Se sorprendió de que apareciera mucho antes de lo que le había dicho y no fue hasta que ella llegó, que pudo respirar al fin.
Una sensación de calma absoluta se instaló en él. Estaba a salvo, pasara lo que pasara. Ese era el efecto que Bixby causaba en ese hombre. Con cara en el asfalto oía los disparos y sintió los impactos de bala sobre el coche y volando en todas direcciones.
Bixby contó trescientos seis segundos. Esa fue la duración de todo el enfrentamiento en total. Un poco más de cinco minutos.
De los quince hombres que habían venido a matarlos, ella se había cargado a nueve. El resto murieron a manos de Koi y de los hombres de Marco Pozo que habían llegado al mismo tiempo a defenderlos. De los hombres de Marco ninguno murió, gracias a la intervención de Bixby. Solamente hubo tres heridos y todos los hombres se dieron cuenta de que cada vez herían a uno de los suyos ella convertía al agresor en su objetivo inmediato en venganza.
Realmente Bixby llevaba la vendetta al extremo en defensa de los que consideraba los suyos y los hombres comentaban esto entre ellos. Horas más tarde, todos los soldados de la familia habían escuchado esta historia. Bixby se había forjado buena reputación entre todos los miembros de la familia precisamente por esto.
Cualquiera que acudía a una misión junto a ella, sabía que iba a entrar y salir del trabajo sin que le rozaran ni un pelo, pues era siempre ella la que se colocaba en la primera línea del fuego, antes de permitir que alguno de sus compañeros saliera herido. Esto le había granjeado a la chica el respeto y aprecio de todos los regimes (equipos de soldati de la organización).
Aunque Koi siempre terminaba enfadado porque era ella la que salía herida todas las veces. Por eso cuando les asignaban tareas en conjunto, procuraba que Enzo pusiera a Popo, a Fula, a Pota y a él mismo en las misiones con ella, pues tenían el acuerdo no escrito de protegerla y no permitir que fuera la única dañada a pesar de sí misma. Bixby se sentía afortunada por recibir esta atención.
Cuando Koi dejó el teléfono, avisó de que los querían a todos en la mansión.
- Marco dijo que tenemos que llevar al hijo del jefe. Por lo visto ya tienen el traidor
Bix echó una mirada hacia atrás, a Sebastián y a Toba y guardó silencio. Solo Sebas habló para preguntarle por la herida. Ella contestó que iba todo bien y que había tenido cuidado.
Desde ahí en adelante, se instauró el silencio entre los cuatro ocupantes del vehículo. Todo lo sucedido, había sido muy intenso y los había dejado vacíos de emociones. La charla se hizo innecesaria, en cualquier caso. Una hora después se detuvieron frente a la puerta principal de la mansión de la familia Jiménez.