Prólogo
Cuando sentí que su mano acariciaba mi pelo, cómo lo había hecho hacía más de una semana.
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Lujuria??
La mañana comenzó temprano, el día anterior hice las compras y de hecho compré de más insumos. Nunca se sabe. Habíamos limpiado el galpón y despejado todo . Para las perritas, yo había explicado que era en ayunas y que tenían que esperar afuera por ellas. Estábamos los tres mentalizados en lo que se nos venía.
El problema es que había dormido muy mal, la maldita pesadilla de hace tantos años. Pensaba en mi vida y en el hombre que me estaba haciendo sentir rara. Ese gigante maldito y adulador. Maldita la hora en que lo conocí. Cuando lo sentía a mi lado, mi corazón bombeaba a mil por hora y cuando me besó la mano. Mi Dios!!! creí que moriría allí mismo, me sentí caer en una burbuja de placer. Pero era yo. Era Gabriela, y me sacudí el aturdimiento.
Ese hombre era un Vanderbick, estoy segura que debe tener un parentesco con uno de mis verdugos. No he querido averiguar por internet. Porqué como la dama de justicia quiero tener mis ojos vendados. Por un lado quiero y por el otro no. No quiero pensar y no quiero llorar.
Que vida de mierda la mía, que el único hombre que ha logrado derribar los muros que levanté con tanto trabajo, que alejé a tantos que mostraron interés en mí. Porqué me sentía sucia y que no merecía nada, sea algo de mi presunto violador.
cuando llevábamos media jornada, ya nuestras fuerzas no daban para más. Era un trabajo muy pesado, levantar, bajar. Y además cuando empezó la inscripción ví que eran demasiadas...no podría con tantas. Me encomendé a mi papá y le pedí que no desamparara. Me comencé a sentir rara, como si me faltará el aire. Lo atribui a mi cansancio. No podría describir la sensación, nunca la había tenido. Pero las manos me comenzaron a temblar como si anticipara algo. Tratabamos de pillar a una perra muy grande y pensaba como la subiremos a la mesa? Cuando siento su perfume, ese aroma era único, era una mezcla entre madera, ramas de pinos recién cortados y él. Veo que la perrita pasa por su lado y él la agarra con rapidez. Traté de cubrir mi nerviosismo con palabras.
Él nos ayudó hasta que terminamos, como el mejor ayudante, con su tremendo físico era como levantar plumas, tomaba las perritas cuando eran muy grandes y entre tío y él, las subían . Esterilize ese día diecinueve. Era todo un récord. Al final ya no daba más entre el cansancio y sentirlo a mi lado. Estaba colapsando. Nunca creí verlo así. El siempre tan compuesto con su cabello bien ordenado, impecablemente vestido y ahora....Todo sucio, con restos de sangre, barro en sus zapatos y yo creo que hasta pulgas pegadas 🤭. Éste era otro hombre y si antes el otro me atraía, éste grandote me encantaba.
Ojalá el tiempo se detuviera y el no fuera quien yo creo que es. Pero a mi edad ya no se creen en milagros.
Cuando se despidió, no quería que me tocara. Porqué sabía que nuevamente sentiría esa corriente en mi cuerpo y aunque me gustaba, no podía permitirme tener esos sentimientos.
Él tomó suavemente mi mano, pero en vez de sacudirla como la vez anterior, la levantó y la llevó a sus labios y la besó, fueron largos segundos. Yo desde mi baja altura ví como cerró sus ojos y se concentró en esa caricia erótica. Cuando abrio sus ojos estaban llenos de...Lujuria?? No lo sé. Nunca he sentido lujuria. No sé porqué esa palabra se me vino a mi cabeza. Fue imposible quitarle mi mano. Era como un imán que la tenía aferrada a él. La soltó cuando él quiso.
Malditos sentimientos....