Una Cenicienta Más

Rafael tomo rápidamente su teléfono y lo apagó sabía que tarde que temprano tendría que hacerse responsable de sus actos, pero hoy quería disfrutar de esto que estaba sintiendo no quería que terminará y es que se dio cuenta lo mucho que amaba a Rafaela que no solo era deseo carnal, si no también había algo más allá, trato de enfocarse en el momento que estaba viviendo con Rafaela y tal como lo dijo el estuvieron todo el día en la habitación pero no crean que solo estuvieron teniendo sexo si no que también vieron algunas películas, prepararon algo de comida en fin, se podría decir que los dos estaban muy felices, al día siguiente Rafael regreso a la oficina, Rafaela quedó en casa ella recordaba todo lo que había pasado el día anterior se sentía muy feliz fantaseaba con su vida junto a Rafael ella ya se había hecho una película de la familia feliz, mientras que por otro lado Rafael estaba hablando con Marina

—Marina créeme que no es fácil lo que te voy a decir sin embargo no pudo seguir en esta relación, me he dado cuenta lo mucho que amo a mi esposa y no es justo que yo la engañe —

—Yo sabía que lo nuestro no tenía futuro aunque te amo se que lo mejor es terminar, pero por favor no me despidas este trabajo es muy importante para mí —

—Por mi no hay problema que continúes con tu trabajo pero desde hoy solo hablaremos de lo laboral — dijo Rafael con una gran determinación, que ingenuo o quizá que estúpido al fin hombre, como era capaz de creer en una mujer despechada no se imaginaba lo que pasaría después, Marina salió de la oficina de Rafael frente a el había sabido muy bien disimular sabía que aún no era tiempo de sacar sus cartas.

Rafael no sabía si debía de hablar lo sucedido con Marina ya que para él no fue importante, pero el sabía que si Rafaela se llegaba a enterar se sentiría decepcionada, pero como Marina no iba hablar, él tampoco se lo iba a decir y ahí otra mala decisión, cuántas malas decisiones está tomando Rafael y todo por confiado. Y así fueron pasando los hasta convertirse en un mes Rafael y Rafaela se encontraban en plena luna de miel, Rafaela se desvía en atenciones para Rafael y él también así todo lo posible para complacer a Rafaela eran una pareja feliz, los dos se encontraba cenando como de costumbre cuando Rafael dijo: —Soy tan feliz a tu lado tanto que quiero seguir casado contigo incluso quiero casarme contigo a la iglesia pero tú ¿Quieres casarte conmigo?— Rafaela se llevó las manos a la boca como gesto de sorpresa el tomo su mano y le coloco un anillo de compromiso

—¡Si quiero!— dijo ella muy emocionada, ella prácticamente se le abalanzó los dos comenzaron a besarse con gran pasión y ya se imaginaran que su festejo termino en la cama, sin pensar que su felicidad se acabará muy pronto.