Dylan es un chico ejemplar quien siempre creyó que Sofia; su madre, era una madre soltera engañada y traicionada un día descubre de la peor manera que no es así. Sino que ella fue por decisión propia la amante de su jefe quien estaba casado convirtiéndose así en la otra.
El chico es llamado heredero de uno de los más grandes imperios de la industria de la minera por parte de su abuelo paterno quien lo nombró solo por ser su único nieto varón, no por que lo acepten y mucho menos lo amen en la familia Boyer.
Todo esto pasa cuando Dylan es traicionado, decepcionado y humillado por la mujer que amaba, quien solo lo usó para saciar sus bajos instintos convirtiéndolo en una máquina sexual para ella.
El chico a quien no le importaba el dinero de la herencia decide usar este poder para llevar a cabo su venganza contra esa mujer.
Dylan se verá envuelto en un sin números de eventos peligrosos, manipulaciones y placer donde solo el más fuerte sobrevive.
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Capítulo 18
Marcia al escuchar a Dylan sonrío feliz sin que el chico la mirara escondiendo su alegría por lo que había logrado en él.
— ¿De verdad te gusto o solamente me lo dices para no hacerme sentir mal?.— Pregunta la chica simulando estar triste mientras se separa de a poco del chico.
— Claro que me gustas.— Le contesta el chico sentándose a un lado de ella.
— Mírame bien, yo soy muy delgada y no tengo curvas y a los hombres les gustan las chicas con curvas.
Dylan al escuchar a la chica la tomó de la barbilla para que lo mirara a los ojos y perdiéndose sus primeros ojos azules le dijo con su corazón en la mano.
— Yo no soy como los otros, yo si te digo que me gustas es por eso, ¡porque me gustas!.— Dice decidido sin dejar de mirarla.
La chica aunque al principio solo estaba encaprichada con él, al escucharlo y ver en sus ojos que decía la verdad sintió algo en su interior que la hacía sentir bien por lo que poco a poco fue desviando la mirada al darse cuenta de ese extraño sentimiento.
— Dylan voy a confiar en tí, por favor no me lastimes.— Le pide mientras una lágrima baja por su mejilla.
— Yo sería incapaz de lastimarte.— Le afirma mientras cálidamente le limpia las lágrimas de su mejilla.— No tengo experiencia en esto, pero te prometo que daré todo de mí para hacerte feliz.—
La chica le asintió con la cabeza mientras desviaba un poco la mirada y luego la regresaba para verlo e inmediatamente la volvía a desviar como si estuviera nerviosa.
Dylan al verla nerviosa y sonrojada le tomó la mano tratando de tranquilizarla y en cuanto ella levantó la vista para verlo ahora fue él quien se acercó a sus labios y le entregó un beso suave.
Esa noche Dylan al pensar que ya tenía una relación seria con Marcia le pidió un taxi y la llevó hasta el en sus brazos para que esta regresara a casa y descansara.
Sin embargo, lejos de hacer eso la chica fue por su automóvil al estacionamiento privado donde y dentro de este se quitó toda la ropa y se puso un abrigo el cual cubría su cuerpo desnudo.
Luego condujo por más de una hora hasta llegar a un motel de carretera con luces llamativas de neón.
Ella estacionó su auto y entró a este establecimiento donde ya era conocida por lo que ni siquiera tuvo que pasar por recepción.
La chica caminó sensualmente por los pasillos oscuros los cuales se alumbraban solamente con la luz tenue que se reflejaba en varias esculturas y obras excitantes a lo largo de este y las cuales abrían y hacían volar la imaginación queriendo imitar cada pose que estas esculturas tenían, llenando de deseo a la persona que caminaba por los pasillos observando cada una de estas tan sigulares obras.
Era más que obvio que ese motel no era para nada familiar, sino era uno de encuentros espontáneos de parejas que querían liberar y saciar sus más bajos instintos en una atmósfera totalmente diferente y atrevida dando rienda suelta al placer.
Al caminar por el pasillo la chica se detuvo en la última puerta de este la cual tenía un pequeño letrero dorado en ella que decía; La gata de Afrodita.
Después de mirar ese pequeño pero llamativo letrero, ella entró a la habitación la cual se iluminaba con varias luces rojas que provenían de algunas lámparas largas que se encontraban a los costados de una enorme cama estilo japonesa cubierta con sábanas de seda negra y que se encontraba justamente en el centro de la habitación.
Sobre ella se encontraba un joven vistiendo solamente una bata de baño entreabierta dejando ver sus abdominales mientras sostenía una copa de vino tinto en su mano.
— Pensé que no vendrías gatita.— Dice con una sonrisa ladina sin perder de vista a la chica.
— Cuando te he quedado mal, Alex.— Le contesta la chica dejando su bolso sobre un sofá de cuero negro que tiene a su lado y luego lentamente camina hacia la cama mientras se quita sensualmente su abrigo dejando al descubierto su cuerpo desnudo.— Está gatita tiene hambre y quiere comer.— Le dice la chica mordiendo sensualmente su labio inferior mientras desliza su mano delineando su cuerpo delgado.
— ¿Entonces que esperas?, ven por tu lechita.—
Le dice Alex abriéndose la bata de baño y mostrándole su virilidad.
Marcia al ver esto sintió como su entrepierna pulsaba por lo que con una sonrisa coqueta se fue poniéndo de rodillas sobre la cama mientras gateaba lentamente hacia él maullando como gata.
Al llegar a él tomó su intimidad en sus manos y después de lamerlo varias veces comenzó a darle placer con la boca.
Alex tomó un pequeño control remoto del buró, presionó un botón en el y de pronto el techo se iluminó con cientos de luces pequeñitas dejando al descubierto un enorme espejo encima de ellos y en el cual podían ver perfectamente su reflejo.
El chico extasiado por lo qué Marcia le hacía sentir con su increíble habilidad en el sexo oral, levantó su vista al techo llevándose una vista realmente excitante que lo prendió mucho más. Tanto que no soporto mucho y sin previo aviso termino en la boca de la chica quien acepto lo que le daba lamiéndose los labios sensualmente ante la mirada extasiada del chico.
Alex sabía y conocía exactamente los gustos de Marcia, por lo que no hubo preámbulos o más estimulaciones previas para ella por que él sabía que era lo que tenía que hacer para prenderla y sacar la puta que lleva dentro.
Así que sin previo aviso la tomó con fuerza de la mano jalándola hacia él y comenzó a atarla en la cama con varias cosas que tenía preparados dentro de los burós.
Una vez atada comenzó a darle placer por medio de métodos un tanto agresivos, pero que a ella le gustaban y la llenaban de placer siempre gritando por más.
Al chico al principio de su “relación” se le hacía anormal esta extraña fascinación por parte de ella, pero al pasar del tiempo y mientras seguían teniendo estos encuentros espontáneos y placenteros, se dió cuenta que era lo único que la volvía loca, por lo que fue haciendo sus métodos cada vez más agresivos y a ella parecía fascinarle porque incluso no le importó que este fuera era el novio de su amiga y el mejor amigo de su prometido Harry para seguir enredándose con él y tener sexo una y otra vez sin mostrar un poco de arrepentimiento.
Mientras Alex la embestía una y otra vez con fuerza, Marcia quien siempre le gustaba ver su reflejo en el espejo, esta vez cerraba los ojos imaginándose que hacía el amor con su maestro de defensa personal.
«Dylan…. Más fuerte..». Pensaba extasiada y llena de placer imaginando el cuerpo desnudo del chico arremetiendo contra ella.
Y al tener esas grandes expectativas en ese chico era algo que la hacía disfrutar aún más deseando que ese día de tenerlo en su cama pronto llegue.
^^^Continuará…^^^
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