ATENCIÓN!! Si aún no haz leído "Prisionera Del Ruso" Te invito a que lo hagas antes de continuar esta lectura ya que esta es una continuación que abarca la vida de Diego Manssiani.
Un hombre con el corazón roto, aferrado a un amor imposible que no ha podido dejar atrás.
Una mujer dispuesta a todo por el bienestar de su familia.
¿Fue un simple robo lo que los unió o sus destinos ya estaban entrelazados?
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La habitación
Logré acostar a Diego y en cuanto tocó la cama quedó completamente inconsciente, aunque antes de eso siguió repitiendo varias veces el nombre de Paula y ahora siento mucha curiosidad.
Rita me dijo que Paula había sido la antigua señora de esta casa y por eso habían tantas pertenencias de ella en este lugar, pero ¿Qué tiene que ver ella con Diego?
Mi intención esta noche era conseguir la tablet de Diego, pero no puedo continuar con la curiosidad. Necesito saber que hay en esa habitación.
Fui a la cocina, tomé un cuchillo y me dirigí al único cuarto de la casa que mantienen con llave.
Gracias a mi entrenamiento no me fue difícil forzar la cerradura sin hacer mucho ruido, lo menos que querría en este momento es alarmar a Agatha.
Entré y lo primero que llamo mi atención era lo impecable que estaba el lugar, lucía perfectamente como sacado de una revista.
—¿Qué es lo que tiene este lugar?
Inspeccione el sitio de arriba abajo, pero no me pareció nada fuera de lo normal, pero el armario estaba repleto de ropa, ¿A caso se fue sin llevarse nada? Continúe inspeccionando el lugar hasta que di con una pequeña mesa junto a la cama, sobre ella, algo que no pensé volvería a ver. La pequeña caja que robé aquella noche, ¿Qué hace aquí?
Esa noche ni siquiera tuve tiempo de ver que había en su interior. Debe de ser algo muy valioso como para que Diego tenga una caja fuerte tan solo para guardarla.
La tomé en mis manos y la abrí, un reluciente anillo de compromiso.... quedó a mi vista, tan hermoso y delicado.
—¿Por qué Diego guardaría esto con tanto afecto?— A caso él...¿Él estuvo o está a punto de casarse?
Dejé el anillo en su lugar y estaba a punto de irme cuando vi un pequeño retrato sobre la cama. Me la tomé y en cuanto la vi mi corazón se detuvo.
—¡Qué carajos!— La mujer en este retrato es...es idéntica a mí, tan solo un simple lunar nos diferencia, podríamos ser gemelas.
Solté la foto y salí de la habitación despavorida. ¿Qué está ocurriendo? ¿Quién es ella y por qué se parece tanto a mí?
Sentía que el aire me faltaba, algo no está nada bien. No puede existir tanta coincidencia, ¿Por eso Diego me perdono la vida aquel día? Y además, ¿es posible que Valdimir lo supiera? ¡Dios! Son tantas preguntas y cada una me conduce a una preocupante respuesta, no soy la única que está jugando doble aquí.
No puedo decirle a Diego que he entrado a ese cuarto. Ahora mismo ya no tengo claro cuales son sus verdaderas intenciones al mantenerme aquí, pero si tiene que ver con la mujer de esa foto no debe ser nada simple y no puedo ponerlo sobre aviso.
Salí de la mansión y me dirigí hasta el auto en el que rato antes habíamos llegado, como Diego llegó borracho no pudo sacar su tablet de ahí. Subí al auto y saque de su empaque la tablet, la encendí y por supuesto que esta estaría bloqueada.
—Vamos, Rachel. ¿Qué contraseña podría un mafioso colocarle a algo tan importante?
Teclee su nombre y apellido, intenté varias combinaciones con varios números, pero ninguna era la correcta. Esto será más difícil de lo que pensé.
—¿Qué podría ser tan importante para él?— Me sentí estúpida en cuanto las palabras salieron de mis labios. ¿Qué es tan valioso para él? Algo a lo que le tiene tanto aprecio que incluso repite su nombre bajo los efectos del alcohol.
Teclee el nombre de Paula en la pantalla y rápidamente esta se desbloqueó.
Me apresuré a buscar cualquier tipo de información que me fuera útil. Nombres de integrantes, rutas principales de sus transacciones, clientes en el extranjero, todo estaba aquí. Si pudiera entregarle está tablet a mis superiores la organización completa caería en menos de una semana.
Revise una última vez los detalles tratando de memorizar los datos más importantes y ya mañana temprano me encargaría de encontrar una forma de hacerle llegar la información a Garry.
Paula Lombardo
El anillo que Diego mantiene guardado