Estéfano Ocampo un hombre acostumbrado a ganar.
Natalia Alcocer, una chica rebelde que hace lo que ella quiere y no lo que le ordenan.
Yair Gallego un hombre dulce y amable.
Después de 5 años de no verlo Natalia sigue enamorada de su primer amor.
Pero ahora deberá enfrentarse a la obsesión de un hombre que hará todo lo posible para que ella se case con el.
¿Aceptará el matrimonio?.
¿Podrá olvidar a su primer amor?.
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capítulo 19
El día finaliza, vuelvo a casa.
Mamá: ¿cómo te fue en tu trabajo?.
-- Bien.
Mamá: ¿que se siente que te den órdenes?.
-- Se siente raro pero me acostumbraré.
Mamá: pensé que estarías estresada y enojada, dime ¿cómo es tu jefe?.
-- Es como cualquier jefe.
Mamá: ¿no intento conquistarte?.
-- Eso quisiera pero no.
Pero que carajos dije, trátame tierra.
😳😳 Mamá: ¿quisieras?, ¿Natalia te sientes bien?.
-- Me refiero a que quisiera que siga como hoy, porque no intento nada.
Sabes estoy cansada me voy a dormir.
Al día siguiente.
Narrar Yair.
Estoy un poco ansioso, ya quiero que lleguen las 8 am para verla.
Espero que trabaje mucho tiempo conmigo, verla todos los días es realmente emocionante.
Llegué a la empresa, la ví entrar al elevador, algunos empleados también estaban ahí, los hombres no le quitaban los ojos de encima y eso me puso muy celoso.
Antes de que el elevador se cerrará lo detuve metiendo mi brazo.
-- Señorita Natalia necesito hablar con usted porfavor venga conmigo en el elevador presidencia.
Natalia acato mi orden y una vez en el elevador...
Natalia: ¿que necesitaba decirme?.
-- A partir de hoy usa este elevador.
Natalia: ¿porque haría eso?, este elevador es solo para usted y su familia.
-- Primero deja de hablarme de usted y segundo, _ me acerque a ella.-- te considero mi familia.
Narra Natalia.
¿Me considera su familia?, ¿a mí?.
Tal vez me considera una hermana menor.
El elevador se abre.
Yair: porfavor llévame un café a mi oficina y también las últimas campañas publicitarias que dejó Marcelo en tu escritorio.
-- Está bien señor.
Yair: te dije que me hables de tu. _ Me dice con una sonrisa que hace que mi corazón se aceleré.
Entra a su oficina y yo por fin puedo expulsar el aire que estaba conteniendo.
Prepare el café, los documentos y se los lleve.
Después le dije su agenda y hubo algo en ella que no me agrado.
-- A las 2 tiene una junta con el señor Marcelo, a las 4 una llamada con los empresarios de Suiza y a las 8 una cena con su novia.
Ya se imaginarán la parte que me molestó.
Yair: está bien puedes retirarte.
Salí y empecé a revisar los documentos que mi jefe tendría que firmar, leí detalladamente el contrato, una vez revisado fui para que pusiera su firma en el...
Toque la puerta.
Yair: adelante.
-- Te traje el contrato de la nueva campaña la revise y todo esta en orden.
Yair la toma, su mano choca con la mía y eso me pone nerviosa, después de revisar el contrato lo firma.
Su firma es tan perfecta como el.
Nat enserio deja de pensar tanta estupidez.
Yair: ¿ya comiste?.
-- No.
Yair: que bueno, vayamos a comer.
-- ¿Tu y yo?.
Yair: ¿vez a alguien más aquí?.
-- Los empleados lo pueden malinterpretar.
Yair: no tienen porqué, es solo una comida como las que teníamos antes ¿recuerdas?.
No sabes cuánto.
-- Bueno.
Los dos bajamos al estacionamiento.
-- ¿Que hacemos aquí?.
Yair: iremos a comer, ya te lo dije.
-- ¿A dónde iremos?.
Me abre la puerta y yo me siento en el puesto del copiloto, después empieza a manejar.
Me sorprendió el lugar y no porque fuera súper elegante si no porque era el lugar que frecuentamos durante nuestros años de amistad.
