capítulo 1.

Narra Estéfano.

Soy un hombre reconocido a nivel internacional, provengo de una de las familias más importantes de España, Tengo un físico envidiable incluso los hombres heterosexuales dicen que soy perfecto.

(imaginarlo como gusten).

Estoy acostumbrado a siempre tener lo que quiero, no importa cuánto cueste o lo que tenga que hacer para conseguirlo lo único que me importa es tenerlo.

Me encanta el sexo y lo tengo con la mujer que elija, todas son iguales siempre caen rendidas a mis pies. Ya sea por mi físico, mi dinero o porqué soy muy bueno en lo que hago.

Hoy estoy por cerrar un negocio muy importante con la empresa Alcocer así que voy camino hacia ya.

( Las empresas Alcocer se dedican a la fabricación y lanzamiento de productos de Belleza).

Se dice que la hija de Ernesto Alcocer es muy hermosa, y que nadie ha podido conquistarla por su temperamento y rebeldía.

Yo más bien creo que nadie ha logrado nada porque son unos inútiles.

Hoy la conoceré y estoy seguro de que caerá a mis pies como todas las demás.

— Llegamos señor. — Dice mi chófer sacándome de mis pensamientos. Trató de imaginar cómo es ella. No hay fotos en redes sociales y tampoco en revistas. ¿Si es tan bonita porque nadie le ha tomado fotos.?

Subí al elevador, y me encontré con una chica. Le pregunte donde esta la sala de juntas. Antes de responder me dió una mirada que recorrió todo mi cuerpo.

— Si ya terminaste, ¿Podrías decirme dónde queda el lugar que estoy buscando.?

— Perdón. Está por aquí. — Me guío.

Hoy vengo con el propósito de conocer a Natalia así que no le prestaré atención a ninguna otra mujer.

Llegó me siento y a los pocos minutos entra una joven hermosa de ojos verdes.

Buenos días el señor Ernesto Alcocer tuvo un percance, espero no les moleste que yo haga la presentación_ dice la chica.

No puedo dejar de observarla, jamás en mis 25 años de vida he tenido las sensaciones que estoy experimentando hoy con solo ver a esta mujer.

Ella pasa las carpetas después empieza la presentación, muestra el diseño de los perfumes y nos da muestras para conocer el aroma de cada uno.

Todo me parece perfecto, firmamos el contrato y cerramos la negociacion.

Una vez terminado todo me propuse invitarla a comer. Se que vine por Natalia pero está mujer en verdad me ha cautivado.

— Fue un placer hacer negocios con ustedes me retiro. — Y sin más abandono la sala de juntas. Ni siquiera supe su nombre, me pregunté si era la asistente de Ernesto.

Es la primera vez que una mujer no me dirigió siquiera una mirada.

La hija de Ernesto Alcocer, no puede ser más hermosa que está chica.

En el camino hacia mi auto me topé con el señor Alcocer.

— Señor Ocampo, lamento no haber podido llegar a la junta. — Se disculpó el. Pero no tenía porque, el que no llegará sirvió para que yo pudiera conocer a esa hermosa dama que ví.

— No se preocupe, la señorita que lo reemplazo lo hizo estupendo. Por cierto ¿quienes es ella?.

— Ella es..

— Padre. — La voz de Eber Alcocer Interrumpió la respuesta que yo quería escuchar.

— Hijo que gusto verte. — Se dieron un abrazo.—

¿Porque no avisaste de tu regreso?.

— Quería darte la sorpresa, ¿dónde está Natalia?.

— Trabajando como siempre. — Eso me sonó a qué es una adicta al trabajo. ¿Quién querría salir con una mujer así.?

— Señor Ocampo, no sabía que lo encontraría aquí. — Me miró cómo si quisiera que yo desapareciera de la tierra. El me odia porque me acosté con su novia, esa mujer no valía la pena era más fácil que la tabla del 1 solo la utilice para divertirme un rato. Pero parece que para el si era alguien importante.

-- Ya estoy de salida, hasta luego.

— Nos vemos pronto señor Ocampo. — Dijo Ernesto siendo amable. Por el silencio de Eber entendí que el no quería volver a verme.

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