Sarah Miller a sus 22 años, ya tenía toda su vida planeada, se casaría con el hombre que amaba Jason Cooper, con quien compartía una relación hacia 4 años. Nunca imagino que su vida cambiaría radicalmente, por los actos de una noche, y esto ocasionaría que de igual manera perteneciera a la familia Cooper.
¿Puedes enamorarte de alguien de la noche a la mañana?.
Acompañame a leer esta gran historia en donde encontraras: Amor, traición, dolor, odio, romance y venganza.
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Capítulo 17
Sarah despertó y se encontraba sola en la cama, la ropa de ambos estaba
dispersa en el suelo, ella se sentó y cubrió sus pechos con la sábana, se tapó
su rostro con sus manos y empezó a negar apenada cuando recordó lo sucedido.
Flash Back:
Steven besaba el cuello de Sarah, el vestido de ella se deslizó por su
cuerpo mientras caía al suelo.
Ella por su parte había retirado la ropa del hombre de la cintura hacia arriba
logrando observar ese hermoso y trabajado torso, el retiro el sostén de la
chica por lo cual ella trató de cubrir sus pechos con sus manos, pero Steven no
se lo permitió.
- Eres hermosa\, por favor déjame contemplarte.
Le suplicaba con su voz ronca.
Sarah estaba bastante nerviosa, Steven retiro su pantalón y quedó solo en
bóxers, la guio hasta la cama, subió sobre ella sin dejar caer todo su peso,
empezó a repartir besos por su cuello mientras bajaba hasta llegar a sus
pechos, allí pasó su lengua por la aureola de cada uno, tomó un pezón con sus
labios mientras lo rozaba con su lengua hasta introducirlo completamente en su
boca, este gesto hizo que Sarah jadeara de manera excitante, Steven sonrió
malicioso y cambió al otro pecho mientras el anterior recibía atención con las
llema de sus dedos, después de causar el mismo efecto, bajo hasta su abdomen
allí rozó su lengua en el ombligo de su esposa, continuó bajando, retiro de
manera sutil las bragas de la chica, le abrió de manera delicada sus piernas y
llevó su cabeza a la entrepierna de ella, el sentir la respiración del hombre
golpear contra su feminidad hizo que Sarah sintiera que su vientre bajo iba a
estallar, el llevo su lengua hasta su clítoris y allí empezó a acariciarlo
sutilmente, lamia de manera experta esa parte, Sarah salió de su trance y no
pudo evitar preguntarse a cuántas mujeres él le había hecho esto, sin que lo
imaginara Steven introdujo dos dedos en el interior de la chica ocasionando que
apartara sus pensamientos para concentrarse nuevamente en el placer que recibía
por parte de él. Sarah empezó a jadear.
- PO-por favor\, por favor.
Steven sonrió de manera maliciosa.
- Dime que es lo que quieres señora Cooper.
Sarah: Por favor, te lo suplico.
Steven: Si no me lo dices no podre continuar, dime que quieres.
Le decía con su voz bastante ronca y no era para menos pues el hombre se
estaba controlando, de no tomarla de manera salvaje, como a él le gustaba, pero
pues para eso tenía mucho tiempo, poco a poco él le enseñaría a disfrutar de
algunos placeres particulares.
Sarah: Stev por favor, te quiero a ti.
Steven respondió de manera agitada.
- Tus deseos son órdenes para mí.
De manera ágil retiro sus bóxers y se introdujo en ella de una estocada.
Sarah no pudo evitar gritar, pues sentía algo de dolor, pero más que todo el
placer era indescriptible.
El empezó con fuertes embestidas, mientras devoraba su boca.
- Eres exquisita\, esposa.
Sarah no pronunciaba palabra, pero con sus jadeos y fuertes gemidos
Steven comprendía que ella lo estaba disfrutando igual que él.
Steven aceleró sus embestidas convirtiéndolas en fuertes y duras estocadas, lo
que ocasionó que Sarah estallara en un maravilloso orgasmo, minutos después le
siguió el quien se corrió gustoso en el interior de su ahora esposa, mientras
recuperaban la respiración el besaba de manera tierna, sus pechos sus hombros
hasta llegar a su boca.
Steven: Esto fue fantástico.
Sarah con su voz agitada respondió:
- Maravilloso.
Steven salió de ella, se acostó a su lado pasando su brazo por encima de
la cabeza de la chica, con el otro la atrajo a él hasta que ella descansó su
cabeza en el pecho del hombre, mientras escuchaba como su ritmo cardiaco se
empezaba a estabilizar.
- Me alegra que te haya gustado\, querida esposa.
Minutos después ambos cayeron en los brazos de Morfeo.
Fin del Flash Back.
Sarah estaba concentrada y sonreía, hasta que fue interrumpida por un fuerte
carraspeo. Ella giró su cabeza y allí estaba el fuerte adonis que tenía como
esposo, envuelto en una toalla que solo cubría su cintura hacia abajo, podía
observar cómo gotas de agua bajaban por su fuerte y musculoso pecho, el secaba su
cabeza y abdomen con otra toalla.
- Veo que ya despertó señora Cooper.
Le decía de manera maliciosa.
Sarah: Así es señor Cooper.
Ambos sonrieron y Steven retiro su toalla para trepar a la cama, Sarah no
pudo evitar pasar saliva, pues el miembro de su esposo estaba completamente
erecto y era grande MUY grande pensaba para sus adentros.
- ¿Como es que todo eso pudo entrar en mí?
Se preguntaba así misma pero no evito que lo hiciera en voz alta.
Steven soltó una fuerte carcajada.
- Para que veas\, somos el uno para el otro\, incluso nuestros cuerpos se
acoplan a la perfección.
Sarah sentía su rostro arder de la vergüenza, como se le había escapado
aquel comentario en voz alta.
Ella trató de bajar de la cama, pero Steven no se lo permitió.
- ¿A dónde vas?\, quédate un rato más conmigo.
Sarah asintió de manera apenada, mientras sostenía la sábana que cubría su
cuerpo.
Steven subió sobre ella como cual animal hambriento acechando su presa.
- ¿Como te sientes?
Pregunto con su voz excitada.
Sarah se puso nerviosa.
-Bien, bien.
Steven: No te pongas nerviosa, no tienes que temer nada, nunca te haré daño,
por el contrario, quiero que conozcas los más exquisitos placeres de la vida.
Sarah sonrió, ese hombre era maravilloso, apuesto, apasionado y se
preocupaba por su bienestar. En ese momento se propuso enamorarse de él a como
diera lugar.
Después de hacer el amor por segunda vez, Sarah se bañó y se vistió con un jean
negro y una camisa blanca combinada con una chaqueta del mismo color, llevaba
un hermoso collar y unos zapatos sencillos sin tacón.
Steven por su parte estaba enfundado en unos pantalones de mezclilla, con
una camisa blanca, zapatos y chaqueta de color café.