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Jugando Con Fuego Libro #1

Jugando Con Fuego Libro #1

Status: Terminada
Genre:Malentendidos / Traiciones y engaños / Amor-odio / Mujeriego enamorado / Completas
Popularitas:510
Nilai: 5
nombre de autor: Mar-4538

Conoce a Morgan, deja que te envuelva en su historia y siente cada una de sus emociones como si fuera tuya.

NovelToon tiene autorización de Mar-4538 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo: 9

CALEB.

—Morgan, yo no busco quedarme a tu lado. Esto es solo un juego —miento de la mejor manera que puedo.

—¿Entonces quieres arriesgarte? —me pregunta, con una sonrisa en sus labios.

—Valdrá la pena. Haces unos buenos polvos —le digo, sintiéndome como un completo idiota.

Sé que me estoy comportando como un imbécil, pero prefiero eso a que se aleje de mí al decirle la verdad.

—Dios, eres un idiota —rueda los ojos y sonríe un poco.

La puerta de la habitación se abre, y el doctor entra, revisando unos papeles.

—Bien, la señorita puede irse cuando guste. No fue algo tan grave. La trajeron a tiempo. Por lo tanto, le dimos el alta, solo con la recomendación de que tenga cuidado y nunca esté sola —nos dice.

—Gracias, doctor —murmura Morgan.

Sigo sin poder creer que Morgan esté bien. Sé que ella me hará daño y me hará pedazos, pero aun así, quiero jugar este juego en el que ella es mi propio infierno en la tierra.

Quiero vivir un infierno solo si eso significa que puedo verla sonreír y estar cerca de ella.

MORGAN.

Después de que el doctor salió de la habitación, todos los chicos entraron, incluidos Mason y Meg. Como siempre, Meg fue la más sensata y me trajo un cambio de ropa. Después de que todos me vieron, sana y salva, salieron para que pudiera cambiarme.

Al salir del hospital, Caleb me llevó a mi departamento, pero no se fue. Se quedó para limpiar todo el desastre que había hecho. Me quitó todo de las manos, me sentó en el sofá y me puso Netflix.

—¿Te apetece cenar? —preguntó, rompiendo el silencio.

—Claro, hago algo rápido —respondí, levantándome del sofá.

—Claro que no. Pediré una pizza, ¿te apetece? —me preguntó, mientras terminaba de acomodar las sillas del comedor.

—Me encanta la idea.

Al día siguiente.

Ayer, Caleb se quedó conmigo todo el día. No me dejó sola por nada del mundo, e incluso se quedó a dormir aquí. Recién se fue a duchar para ir al instituto.

Me metí a la ducha y me di un baño de quince minutos. Al salir, me puse unos jeans y un suéter holgado que Caleb había escogido. Según él, nadie podía ver que tenía la muñeca vendada porque empezarían a correr rumores.

Cuando salí de la casa, me subí al Mustang de Caleb. Después de saludarlo, encendió el motor, y nos fuimos al instituto.

Al llegar, las miradas estaban fijas en nosotros. Las ignoramos y caminamos hacia los pasillos. Jessica nos detuvo y me miró con burla.

—Vaya, una semana eres una puta y la otra toda una mojigata.

Se preguntarán por qué me dice eso.

Fácil: estamos en los meses más calurosos del año, y yo vengo con un suéter, sudando.

—Es mejor que no la busquemos, nena —me susurró Caleb al oído.

Me giré hacia él y negué.

—Es claro que tienes un problema conmigo, pero me pregunto, ¿por qué?

Me molestaste por un año entero.

¿Quizás porque ahora soy más bonita de

lo que pude ser antes? ¿O porque sabes que mi físico cambió y ahora llamo la atención de todos, incluso de Brandon?

—¡Cállate, maldita puta! —gritó Jessica.

—¿Puta yo? —le respondí—. Lo dice la zorra que se está comiendo mis sobras.

Una mueca de dolor e indignación se plasmó en su cara, pero no me importó.

A la Morgan de antes, le habría dado lástima, pero para su mala suerte, esa Morgan ya estaba muerta.

—¿La verdad duele, no? —le dije con una sonrisa.

—Cállate —susurró, al borde de las lágrimas.

Traté de acercarme para reparar lo que había causado, pero ella negó violentamente.

—No. Sabes, estoy segura de que no te volviste una perra solo por lo que te hizo Brandon. Hay algo más detrás de esto, y lo voy a averiguar, cueste lo que cueste. Te voy a hundir.

Sin decir nada más, se limpió las lágrimas bruscamente y se fue dando pasos firmes.

Yo me quedé en shock. No podía permitir que supiera la verdadera historia. Sería capaz de contársela a todo el instituto, y todos me verían igual que mis padres.

—¿Nena, estás bien? —me preguntó Caleb, preocupado.

—Sí —dije en un pequeño susurro.

Caminé hacia mi primera clase, sumida en mis pensamientos. Ni siquiera le hice caso a Caleb, que me gritaba que regresara y que si estaba bien.

Después de unas cuantas horas de álgebra, caminé a la cafetería. Vi a Jessica con dos de las chicas que más me molestaban el año pasado. Me sorprendió no verla pegada a Brandon como un chicle.

Al llegar a la cafetería, vi que Brandon estaba sentado en una mesa con los "populares", entre ellos Hunter y Dylan. Me acerqué a la mesa sin pensarlo. Hunter y Dylan me dedicaron una sonrisa.

—Hola, chicos —saludé alegremente.

Miré a la entrada y vi que Jessica se quedó helada al verme en la mesa de su novio. Pobre, debe de sospechar lo que haré.

—Hola, Morgan —contestaron todos al unísono.

—Brandon, ¿puedo hablar contigo a solas? —pregunté.

—Cl... claro —me respondió, nervioso.

Vaya, al final no le soy tan indiferente como lo era hace un año. Se levantó y me siguió a otra mesa. Cuando se sentó, me senté en sus piernas y le susurré suavemente al oído.

—Quiero volver a intentarlo.

Me giré para ver la cara de Jessica.

Estaba pálida. Y, sin que él lo esperara, lo besé.

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