Valentina Román es alegre, entusiasta, divertida, alguien llena de luz, enamorada por muchos años de Rafael Alcázar uno de sus mejores amigos, el problema el es un Playboy consagrado, por lo que su amor por el es solo un sueño, imposible de cumplirse ¿o no?
¿Que pasa cuando lo imposible sucede?, pero de pronto todo se desploma convirtiendo el sueño en pesadilla.
Acompáñame a averiguarlo.
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Por su parte Valentina se había quedado furiosa con la absurda situación, se regañaba a sí misma por ser tan débil con Rafael, por al menos un segundo haber pensado seriamente en escucharlo y quizás, solo quizás resolver todo.
Pero ahora veía que eso solo era una ilusión de su parte, que la realidad era muy diferente, al menos eso era lo que parecía, todo apuntaba a que Rafael era un completo mentiroso, pero las cosas no siempre son lo que parecen.
Desde ese día Rafael estuvo llamándola desde diferentes números telefónicos, pero Valentina apenas escuchaba su voz colgaba de inmediato, pues no estaba dispuesta a ceder un milímetro nuevamente, casi lo hace una vez y con el resultado fue suficiente para ella.
Aunque en realidad una parte de si, una muy pequeña de la cual jamás confesaría, había estado deseando que se presentara ante ella, que insistiera, al menos así ella creería que le importa un poco.
- Serás tonta, obviamente no puede venir a buscarte, en este momento debe estar con su prometida. – Se recordaba cada vez más molesta.
- Decía algo. – Pregunta su asistente quien se encontraba a su lado organizando su agenda y solo poda ver como su jefa estaba de peor humor cada día, aunque lo intentaba ocultar, le era imposible, se la había pasado peleando sola y cualquier cosa que normalmente no la molestaría era motivo suficiente para enojarla. ¿Qué le pasara?, se preguntó la chica, mientras Valentina se excusaba.
- ¡Oh!, no. – Respondió rápidamente dándose un golpe mental, era tanta su frustración con ese hombre que estaba pensando en voz alta. – Sigue con lo tuyo. – Dijo negando, mientras seguía auto castigándose imaginando a Rafael acompañando a esa mujer a buscar el vestido de novia, las flores para la decoración, revisando la lista de invitados, a veces tu mente puede ser tu peor enemiga cuando se trata de armar escenas en tu cabeza.
Lo que ella no sabía es que Rafael ni siquiera había visto a Sonia en todo ese tiempo, pues en realidad había tenido que regresar a casa, ya que su abuelo había tenido una fuerte recaída en su enfermedad, así que el debió viajar y repartir su tiempo entre las labores de la empresa y el cuidado de su abuelo, pues su padre estaba fuera del país por el momento.
- ¿Cómo sigue tu abuelo? – Pregunto Maximiliano en llamada telefónica con Rafael.
- Esta mejor, pero por el momento me es imposible moverme de aquí. – Respondió Rafael entre aliviado y frustrado, por una parte, ahora que su abuelo había salido de peligro se sentía mucho más tranquilo, pero por otro lado habían pasado tres meses y no había podido regresar al país para resolver su situación con Sonia y los medios, además de que lo más urgente era hablar con Valentina quien sigue sin responderle.
Aquel día había salido del departamento de Valentina dispuesto a llamar a una rueda de prensa y llevar consigo a Sonia para aclarar toda la situación, sin embargo, antes de que llegara al hotel recibió la llamada de su madre donde le aviso sobre la recaída del abuelo y que este se encontraba en el hospital, por lo que no tuvo más opción que viajar de inmediato dejando todo ese problema allí.
- Está bien, tu padre debe llegar en dos semanas, ¿no es así? – Consulta Max. – Para ese momento tu abuelo ya debe estar en casa, así que podrás regresar y resolver todo con Valentina. – Lo reconforta, aunque sabe que no sería tan fácil, no lo sabría el que aun cuando está casado con el amor de su vida, no se dirigen la palabra a menos de que sea un caso de trabajo.
Un triste suspiro salió de lo más profundo del corazón de Rafael.
- Esta furiosa y no me quiere ver ni en pintura, no responde ninguna de mis llamadas. – Se queja. – ¿No podrías hablar con Sofia?, si le explicas mi situación, quizás ella se la pueda contar a Valentina. – Sugiere Rafael esperanzado.
- Imposible. – Respondió de inmediato Maximiliano. – Esa mujer no me dirige ni una sola mirada, además que desde que sucedió lo de la noticia del compromiso, te odia, si le sumamos que me odia a mí también, créeme soy la última persona que te serviría de ayuda, por el contrario, estoy seguro que empeoraría la situación. – Expuso sincero.
- Tienes razón. – Admitió Rafael, el mejor que nadie conocía la situación entre Maximiliano y Sofia. Aunque su postura era muy diferente a la de su amigo. – Deberías hablar con ella, lo de ustedes se puede solucionar. – Sugirió.
- No quiero hablar de eso. – Cerro Maximiliano, para el ese tema no era algo de lo que le gustaba hablar, ni siquiera con Rafael.
- Está bien, está bien. – Cedió Rafael. – No diré más.
- Cuídate amigo y dale mis saludos a tu abuelo. – Se despidió Max. – De verdad espero que puedas arreglar las cosas con Valentina, eso me haría muy feliz. – Expreso con sinceridad Maximiliano, pues el también en el fondo desearía que las cosas fueran diferentes con Sofia.
- Lo se amigó, gracias. – Correspondió Rafael, deseando que él también se diera una oportunidad de solucionar todo con su amada, porque estaba seguro que, aunque Maximiliano ahora dijera ya haber superado todo, eso no era más que una mentira con la que pretendía auto engañarse.
Pero como Rafael no era así, el si pensaba regresar a luchar por la mujer que ama.
Pero mientras el planeaba su regreso, Por su parte Sonia se había quedado en el país, pensó en viajar de regreso cuando supo la situación del abuelo de Rafael, sin embargo, sopesando la situación, decidió que no era prudente encontrarse con Rafael, pues este seguramente le pediría que aclare todo a los medios y ella claramente no lo haría, menos ahora que por fin siente que tiene una ventaja, la cual va a aprovechar al máximo.
Es por eso que ahora mismo está lista para una interesante visita.
Valentina apenas había logrado tomar su café de la mañana cuando su secretaria anuncio una visita. Lo que le pareció raro, no esperaba a nadie a esa hora de la mañana.
- ¿Quién es? – Pregunto intrigada, Pero la chica no alcanzo a responder cuando la elegante figura de una esbelta mujer entro en su campo de visión. – No puede ser. – Susurro deseando con todo su corazón que eso solo fuera una ilusión, una mala jugada de su mente.
espero que cuando Rafael llame a Valentina otra vez esta responda y le cuente que Sonia fue a verla