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Pecado De Poder

Pecado De Poder

Status: En proceso
Genre:Mafia / Malentendidos / Juego del gato y el ratón / BDSM / Apoyo mutuo / Cambio de Imagen
Popularitas:3.6k
Nilai: 5
nombre de autor: Orne Murino

Brendam Thompson era el tipo de hombre que nadie se atrevía a mirar directo a los ojos. No solo por el brillo verde olivo de su mirada, que parecía atravesar voluntades, sino porque detrás de su elegancia de CEO y su cuerpo tallado como una estatua griega, se escondía el jefe más temido del bajo mundo europeo: el líder de la mafia alemana. Dueño de una cadena internacional de hoteles de lujo, movía millones con una frialdad quirúrgica. Amaba el control, el poder... y la sumisión femenina. Para él, las emociones eran debilidades, los sentimientos, obstáculos. Nunca creyó que nada ni nadie pudiera quebrar su imperio de hielo.
Hasta que la vio a ella.
Dakota Adams no era como las otras. De curvas pronunciadas y tatuajes que hablaban de rebeldía, ojos celestes como el invierno y una sonrisa que desafiaba al mundo

NovelToon tiene autorización de Orne Murino para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 18: Cerrando bocas

El rugido del motor del Maserati se apagó en cuanto Brendan estacionó frente al viejo edificio industrial, un lugar que por fuera parecía abandonado, pero que dentro albergaba algunas de las reuniones más importantes de la mafia alemana. Dakota se ajustó la campera de cuero, sus dedos jugando con el borde de la cremallera mientras lo miraba con una sonrisa pícara.

—¿Estás seguro de que querés llevarme ahí adentro? —preguntó, ladeando la cabeza—. Me da la sensación de que tus amiguitos no están acostumbrados a ver mujeres en la mesa.

Brendan giró su rostro hacia ella, con esa mezcla de orgullo y advertencia que la hacía enloquecer.

—No. No están acostumbrados. Pero eso va a cambiar hoy.

Dakota sonrió.

—Me gusta cómo suena eso.

El interior del edificio era todo lo que ella imaginaba: una gran mesa de madera oscura rodeada de hombres que parecían hechos para infundir miedo. Viktor estaba allí, con su habitual expresión impasible, acompañado por otros seis miembros de confianza. Todos giraron la cabeza hacia Brendan cuando entró, pero sus miradas se detuvieron en Dakota como si hubieran visto algo fuera de lugar.

—¿Y esto qué es? —preguntó uno de ellos con desdén, un hombre corpulento de unos cincuenta años, con una cicatriz cruzándole la ceja.

Brendan clavó sus ojos verdes en él.

—Ella es Dakota Adams. Va a escuchar todo lo que se hable acá.

Un murmullo recorrió la mesa. Viktor, sin embargo, se limitó a sonreír levemente, como si ya hubiera anticipado esa jugada.

—Con todo respeto, Brendan —intervino otro, más joven, con traje oscuro y mirada arrogante—, este no es lugar para una mujer.

Dakota no esperó a que Brendan contestara. Se adelantó un paso, clavando sus ojos celestes en el hombre que había hablado.

—¿Y eso quién lo decidió? ¿Vos?

El silencio que siguió fue casi cómico. Brendan sonrió de lado, cruzándose de brazos, dispuesto a dejarla hacer lo suyo.

—Yo no vine a servirles café ni a escuchar de lejos. Vine porque puedo aportar algo que ustedes necesitan —continuó Dakota, su voz firme pero elegante, sin una pizca de nerviosismo—. Y si eso les incomoda, quizá deberían preguntarse por qué.

El hombre del traje oscuro la miró como si no pudiera creer lo que oía.

—¿Y qué podrías aportarnos vos?

Dakota tomó uno de los papeles que estaban sobre la mesa y lo revisó por unos segundos.

—Por ejemplo, este envío a Hamburgo. El error no fue la ruta, sino el contacto en el puerto. Hay un patrón en las filtraciones. Cada vez que usan la empresa de transporte “Schneider & Co”, pierden algo. Apostaría a que alguien de adentro está vendiendo la información.

Todos se quedaron en silencio. Brendan la observaba con una mezcla de sorpresa y orgullo. Dakota había notado en segundos algo que a ellos les había costado días discutir.

—¿Cómo sabés eso? —preguntó Viktor, entrecerrando los ojos.

—Porque no necesito ser parte de su mundo para reconocer un error obvio —respondió ella, cruzándose de brazos—. Cuando uno ve un tablero de ajedrez desde afuera, es más fácil encontrar al peón traidor.

Viktor sonrió, el único que parecía disfrutar de la situación.

—Brendan, creo que tu chica tiene cerebro para esto.

El hombre de la cicatriz, que al principio la había mirado con desprecio, se inclinó hacia la mesa.

—Si lo que dice es cierto, podríamos reestructurar la red de contactos y mover los próximos envíos por otra ruta.

Dakota no se detuvo.

—Exacto. Y yo conozco a alguien en Róterdam que podría cubrirles una parte del transporte marítimo, sin dejar rastros.

La sala quedó en un silencio tenso. Brendan estaba absolutamente fascinado. Esa mujer no solo desafiaba cada prejuicio, sino que lo hacía con una seguridad que derretía cualquier resistencia.

Cuando la reunión terminó, Brendan se acercó a ella con esa mirada que combinaba peligro y deseo.

—¿Sabés lo que acabás de hacer?

Dakota arqueó una ceja.

—Sí. Cerrarle la boca a todos tus hombres. ¿No es lo que querías?

—Lo que quiero —dijo, atrapándola por la cintura y acercándola hasta sentir su respiración— es que dejes de provocarme así cada vez que abrís la boca.

—Ah… —murmuró ella, divertida—. Pero te gusta, ¿no?

Brendan no respondió con palabras. La besó. Fue un beso intenso, tan cargado de orgullo como de deseo. Ella había ganado su lugar, y él no podía estar más atraído por esa mezcla de inteligencia y rebeldía.

Más tarde, de camino a la mansión, Brendan conducía en silencio, pero su mente estaba en ella. Dakota había conquistado algo que pocos lograban: respeto. No solo el de él, sino el de Viktor y de los hombres más duros que conocía.

—No pensés que esto significa que vas a estar en todas las reuniones —dijo él, sin mirarla.

—Oh, claro —respondió ella con sarcasmo—. Porque sé que amás dar órdenes.

Brendan giró la cabeza hacia ella, con esa sonrisa peligrosa.

—Y sé que amás romperlas.

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Anya Escorihuela
demasiado brutal cada capitulo ame está novela 😍😍😍😍
Ana marleny Torres ramires
exelente pero muy corta
Orne Murino: muchas gracias todavía no la termino! quedan cosas por venir🤭🤭
total 1 replies
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