El Secreto Del CEO

Capítulo 18

Levent llegaba casi todos los días a la academia para recoger a Viridiana, pasaban las tardes juntos conociéndose, hasta el momento solo había un trato de amigos, ella era muy divertida. Él le leía sus manuscritos, y ella le compartía lo que aprendía al lado del maestro Beccu.

—Esa historia es muy linda, ¿cómo se llama?—

—Mariposas de bronce, me gusta para llevarla a la pantalla. Pero solo soy un practicante.—

—Y eso que tiene que ver, no dudo que sería un éxito. Si gustas puedo decirle a mi mamá que te ayude a corregirla, podemos hacer videollamada y que ella te ayude, tiene mucha experiencia.—

—Si, me gustaría. Estos días a tu lado han sido únicos, podría pasar el resto de mi vida contigo.—

—Levent sé que venimos de culturas distintas, idiomas distintos, y crecimos de diferente manera. Pero amo estar contigo.—

—También amo estar contigo.—Levent creía que se darían su primer beso, sin embargo Viridiana se puso de pie.

—Vamos, llévame a casa.—

—Espera sé que esperabas ese beso entre nosotros, ¿por qué te vas?.—

—Si pero no aquí, no me gusta exhibirme. Vamos a mi casa.—

A Levent le agradaba lo conservadora que era Viridiana, sabía que él sería el primer hombre es su vida en todo aspecto. Fueron hasta la casa, Lolita los esperaba ya con la cena lista. Lo que ignoraban es que los habían seguido todo ese tiempo, pero el investigador no tenía pruebas de que existiera una relación sentimental entre ellos.

📲—Señor Cihan le envié el informe de manera puntual, la única mujer que ha estado cerca de su yerno es la de la foto. Pero los he seguido por todos lados y no ha habido algo entre ellos. Creo que solo trabajan juntos.—

📲—Así que esa mujer es compositora, demasiado intelectual para el gusto de mi yerno. A él le gustan las actrices.—

📲—Además creo que ella tiene una relación con profesor, ya que el otro día los vi abrazados adjunte una fotografía.—

📲—Si ya veo.—

📲—Seguiré investigándolo.—

📲—No, démosle un tiempo a que se confíe. Se me hace muy extraño su comportamiento, me parece fingido, ya que lo conozco sé perfectamente que no hay mujer que el respete. Vuelve a Estambul Kaan—

📲—Como lo ordené señor Cihan.—

Cihan suponía que Levent se había dado cuenta que lo estaban investigando, así que era mejor darle la pauta para que cayera en la trampa y así descubrir porque su interés de seguir en Roma.

Al terminar de cenar Levent se quedó conversando con Viridiana, por lo general ella era muy reservada pero aún así quería que él conociera todo de ella.

—No tengo dudas de que te convertirás en una gran compositora.—

—Algún día escucharán mi música y mis canciones en casi todo el mundo. Levent como te decía hace rato, amo estar contigo.—se sentó al lado de él

—También yo, eres lo que nunca imaginé encontrar.—

Se acercó lentamente para colocar sus manos sobre las mejillas de Viridiana, ambos sentían sus corazones latir al millón. Había mucha atracción entre ellos, ya no podían ignorarla. Levent acercó sus labios para rosar lentamente la boca de Viridiana, ella temblaba de la emoción. Él era apasionado en sus besos, mientras que ella era dulce, el jugueteo de sus labios y el rose de sus lenguas volvían el momento propicio para hacerse promesas que jamás romperían.

—No sabes cuánto anhelaba que pasara.—

—También yo, bésame como si no hubiera un mañana.—

Levent continuó besándola, con sus manos acariciaba su largo cabello. Pero también acariciaba su espalda, al mismo tiempo saboreaba su delgado cuello mientras Viridiana gemía del placer que estaba sintiendo. Ella acariciaba sus cabellos, se entregaba a él en cada rose de sus labios.

—Perdona no pude controlarme.—

—Me gusta lo que me haces sentir.—

—Señorita debo irme, antes de que Lolita baje y me eche por aprovecharme de su dulce Viri.—

—Está bien, te acompaño a la puerta.—Levent volvió a besarla para marcharse, ella lo despedía desde la puerta.

—Descansa novio.—dijo Viridiana con una sonrisa pícara dibujada en su rostro.

—Tu también mi dulce novia.—

Levent se sentía muy feliz como hace años no lo hacía, había conseguido por fin el amor de Viridiana. Quería ser el mejor hombre para siempre merecer su cariño, a partir de ese día nadie podría separarlo de ella. Al día siguiente su maestro ya la esperaba, por primera vez a Viridiana se le había hecho tarde.

—Tu alumna ya se tardó papá.—

—Es extraño, ¿le habrá sucedido algo?—

—Recuerda que solo tengo dos horas para ensayar con ella, tengo asuntos que atender aún más importantes que estar perdiendo el tiempo con una novata.—

—Basta Carlo, ella es muy talentosa. Un poco de humildad no te haría mal.—

—Necesito paciencia, recuerda que te estoy haciendo un favor.—en ese momento llegó Viridiana

—Lo siento, me quedé dormida.—

—Deberías tener un poco más de respeto por tu maestro, el tiempo es algo valioso para todos ya que no lo podemos recuperar. Tenemos hora y media para ensayar.—Carlo se portaba con mucha suficiencia

—Tranquilo hijo.—intervino Franco

—El tiene razón maestro, en verdad estoy muy avergonzada.—

—Deja de disculparte, ya no nos hagas perder más el tiempo.—

Carlo le había caído como piedra en el hígado a Viridiana, participar con él no sería nada sencillo.