Tres chicos... Una chica... Un amor... Una venganza...
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° ~ 18 ~ °
Llegó a la universidad después de haber faltado casi la mitad de la semana, me rehusaba a toda costa a alejarme de Flynn, por las noches había comenzado a presentar nuevamente convulsiones, pero el neurólogo simplemente dijo que con el medicamento en las dosis correctas estaría controlado, su cerebro aún tenía un traumatismo importante por lo que el edema era más que evidente en los estudios de imagen y solo había que esperar mientras se controlaba farmacológicamente.
Permanecería más días internado en estrecha vigilancia, con más pruebas y estudios de control antes de regresar a casa.
-¿En dónde te habías metido? Estábamos muertas de la preocupación por ti -dice Gala en cuanto me ve -Si ignoramos por tantos días es tu manera de decir que no quieres que seamos amigas, hay formas más correctas de hacerlo, a las personas no se les ignora, ni siquiera nos atrevimos a ir a la fiesta de Aslan sin ti, nos perdimos de la mejor fiesta de todos los tiempos solo porque desapareciste de la fas de la tierra
Bajo la mirada sintiéndome culpable, últimamente tengo los sentimientos muy a flor de piel porque todo claramente me afecta, es como si mis emociones se multiplicaran por si sola y sintiera de más.
-Gala, espera -dice Letha en un susurro
Siento como se me acerca y toma con delicadeza mi mano.
-¿Ha pasado algo?
-Mi hermano... es que... tuvo un accidente y sigue hospitalizado... yo... no quería ocultárselo a ustedes, ni a nadie... es... es solo que... no tengo su número en mi celular y no he estado bien estos días por la preocupación -les trato de explicar pero mi voz es apenas un pequeño y delgado hilo de voz
Letha me abraza, sin decir nada, siento que las lágrimas escurren por mis mejillas con lentitud. Gala pronto se une al abrazo, nos sujeta con fuerza y comienza a disculparse un sin fin de veces, hasta que le digo que no es necesario que lo haga, ellas no tenían la culpa en absoluto, solo era la falta de comunicación lo que hizo este mal entendido.
Las tres fuimos a nuestras respectivas clases tratando de dejar pasar todo este episodio de drama, lo bonito es que todo transcurrió con regularidad hasta que el día académico se terminó.
-¿Señorita Daryl? -me llama mi tutor a través de los pasillos justo cuando estábamos por salir del campus universitario -Necesito hablar con usted de manera inmediata en mi oficina
El corazón comienza a latir con fuerza sobre mi pecho, jamás me han regañado o algo parecido, mi vida académica siempre ha sido buena, mi papá jamás había tenido una sola queja de mi.
-¿Ha pasado algo malo?
-Acompáñeme por favor
-Cualquier cosa, nos marcas -dice Letha mientras me tiende un post-it con su número y el de Gala escritos con tinta rosa, su favorita
-Muchas gracias, vayan a descansar, las quiero, gracias por todo lo de hoy
Realmente me había sentido apoyada y apreciada por ellas, creo que había apostado por una buena amistad en este nuevo capitulo de mi vida.
Sigo de cerca a mi tutor hasta su oficina, que estaba dentro del departamento académico de la universidad, era el más alto de todo el campus, además de lujoso y evidentemente moderno.
Entramos a una oficia con paredes de cristal, había un pequeño librero que colgaba de cadenas desde el techo, estaba decorado con algunas plantas artificiales en las esquinas de la habitación y sobre su escritorio tenia una laptop cerrada y justo al lado tenia una fotografía con la que suponía era su pareja con un bebé apenas de meses en brazos, muy felices.
-Toma asiento -me indica mientras señala una silla de metal, fría y rígida
-Gracias -le respondo con amabilidad
-Tenemos que hablar de algo muy serio -dice mientras frunce el ceño y me mira de una forma penetrante, me atrevería a decir incluso que es hasta escalofriante
-¿De qué se trata? -pregunto con nerviosismo mientras mi pierna comienza a temblar rítmicamente de forma inconsciente
-Tienes tres faltas en todas tus clases
-Eso es porque mi hermano está hospitalizado
-¿Y tú eres su cuidadora?
-No exactamente
-Señorita Kindelán, esto es serio, la universidad es una de las más competitivas en todo el país, esta posicionada entre las grandes Elites a nivel mundial, ¿Qué le hace pensar que tiene la capacidad de estar aquí?
-¿De que está hablando?
-¿Es capaz de dar su mejor rendimiento? ¿O solamente esta aquí porque su papi paga la cuenta de la colegiatura?
-Por supuesto que soy capaz y competente como estudiante de esta universidad
-Me temo que no lo ha demostrado
Eso hirió mi orgullo y nadie me pisotea de esa manera.
-¿Cómo puedo solucionarlo?
-Tiene que destacar, claro esta -me mira mientras se cruza de brazos -Demuestre que no es una más del montón
-Lo haré
-Eso espero, sus maestros han reportado las faltas y a menos que los sorprenda, me temo que sus calificaciones estarán bastante implicadas con un desempeño no tan favorable, lo cual se traduce en una baja definitiva o una multa que triplica el precio de la colegiatura
-No -digo con firmeza -Eso no va a ocurrir
-Además, ni siquiera se ha inscrito a las clases extracurriculares
-Eso es porque no alcance la convocatoria abierta
-Una verdadera lastima
-Quiero ingresar a algo, lo que sea
-¿Lo que sea?
-Sí -digo sin dudar
-Una de las aspirantes se rompió el tobillo antes del combate, puede sustituirla el día de hoy
-Lo haré
-¿No preguntará de que se trata?
-Lo haré -repito sin inmutarme -Y voy a entrar, me convertiré en la mejor del equipo
Sonríe de lado y una ligera risa se le escapa entre los dientes.
-Es curioso que lo mencione, en unos meses es la competencia de esgrima a nivel estatal, después viene el nacional y si todo resulta como siempre, uno que otro encuentro a nivel internacional
-¿Esgrima? -pregunto
-Esgrima
-De acuerdo, ¿En que salón me presento?
-Salón Mangiarotti, edificio C, cuarto piso al final del pasillo, tiene 30 minutos para presentarse
-Entonces, si me disculpa, tengo una prueba que pasar para entrar al equipo que le traerá la medalla de oro en esas olimpiadas universitarias
-Me gusta esa confianza
-Apostó por la alumna correcta -le guiño el ojo y con una sonrisa en el rostro salgo de las oficinas para dirigirme a toda prisa, lo último que necesito es llegar tarde y que me descarten por impuntualidad, no me sorprendería que fuera así en esta universidad
-Suerte -escucho a mis espaldas
Voy con paso acelerado y con la emoción desbordando, he conseguido un nuevo propósito, puedo concentrarme en esto, es bueno para mi mantener mi cuerpo y mi mente entretenidos en algo, liberando toda la energía acumulada.
Llego sin ningún problema al Salón Mangiarotti, y mi sorpresa es que solamente hay 3 chicas ahí paradas con nerviosismo evidente.
-Hola -les digo con una sonrisa amistosa -¿Es aquí para las pruebas de esgrima?
Una chica se lanza a llorar de la nada y sale corriendo, alejándose de nosotras sin ninguna explicación.
-Sí, es aquí -dice una chica alta delgada -Buena suerte, vas a necesitarla, parece que no tienes idea de lo que nos espera ahí dentro