una masacre, una venganza, dos corazones que se enamoran y dos países capaces de todo para destruirse.
¿que pasaría si tienes frente a ti a quien mato a tu madre? ¿qué pasaría si tienes que aliarte con alguien para vengar a toda tu familia muerta? ¿podrá el amor que sienten ser más fuerte que el odio que los rodea?
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capitulo 18
El pasar de los días y las semanas no hacía que mi instinto se calmara, aunque si debía admitir que tenía tiempo para pasar al menos con Nana en la casa y con mi hermana cuando salía del colegio. Luego de mucha insistencia conseguí que Niz quisiera ir a diferentes tiendas y recién ayer por primera vez después de mucho tiempo, vi su rostro iluminado cuando vio unas hermosas carteras. Le compré tres para empezar, ahora que ella estaba volviendo a ser la misma, quería que aunque sea fuese recuperando un poco de la colección que antes tenía en casa.
Faltaba una semana para mi cumpleaños y el de ella, porque aunque no lo crean cumplimos con un día de diferencia, ella el 20 de septiembre y yo el 21. Aun recuerdo que Diego siempre me cambia diciéndome que Niz había arruinado mi cumpleaños, pero la única verdad era que yo amaba cenar el 20 festejando el de ella y que después de las 12 empiecen los festejos del mío, aunque este año y por obvias razones, serían dos cumpleaños muy dolorosos y hasta entendería si ella decidía encerrarse en su cuarto y no existir.
Nana ¿quiero saber si tienes algo planeado para el 20?- le pregunte mientras ayudaba a preparar la merienda antes de salir por Niz a la escuela.
Pensé en hacerle su pastel favorito de chocolate y nueces, siento que este año no va a querer festejarlo- dijo apretando con fuerza el plato que acababa de sacar de la alacena.
Tranquila, veré que puedo hacer- le dije con lo mío.
Saque la bicicleta de donde quedaba siempre guardada y salí al colegio, con la plata que ganaba pensaba en comprarme una moto, pero la verdad era que no quería subirme a ninguna, ya que los malos recuerdos siempre estaban al cerrar mis ojos.
Mientras volvíamos caminando con Niz por las calles céntricas, un local llamó mi atención y le pedí que nos acercáramos a ver. Era todo de armas, pero no solamente las de fuego, sino también cuchillos, navajas y hasta Katanas. Se me caía la baba y mi pequeña hermana reía a mi lado.
Vamos, entra y cómprate algo, si sigues mirando así, mojaras el vidrio del lugar con tu baba- me dijo riendo.
Oh ya cállate, aunque no quiero negarlo, me llamo la atención esa daga- le dije señalando hacia arriba.
Mmm, eres la única que se emociona con estas cosas, anda cómprate algo- dijo apoyando mi bicicleta en un poste y poniéndole un candado para luego empujarme dentro de la tienda.
Que puedo decir, soy fanática de estas cosas y si me compre no solo la daga que me gustó, sino que también una espada. Salimos riendo y obviamente antes de seguir camino, entramos en donde vendían las carteras para Niz, aunque esta vez eligió un pequeño bolso en el que creo que si entra un celular y plata es mucho, no entiendo por qué hacen cosas tan chicas, pero no discuto de los gustos de mi hermana.
La hora de irme a la mansión llego como todos los días y la bocina de Rumi ya sonaba afuera, me despedí de las chicas y salí. Esta vez mi compañero no iría con nosotros, al parecer estaba engripado y no se permitía qué gente enferma ingresará más que nada por la salud del pequeño Leo.
El niño pasaba mucho tiempo en la cocina, sus padres eran médicos, irónico, verdad, mafiosos que mataban a cualquiera, pero ellos habían decidido ayudar a la gente. Bueno, en sí no soy quien para cuestionar. La cosa es que el niño tiene una niñera que creo que tiene un poco más de 25 años, pero he notado que intenta alejarse de ella, sé que no debería meterme, pero la forma en que lo mira y él se tensa me da muy mala espina, aparte de que siempre que puede toma del brazo del joven Lee y se agacha frente a él para que pueda ver a través de sus escotes, que dicho sea de paso, no me parecen apropiados para el trabajo que realiza, pero nuevamente quien soy yo para opinar.
hoy no fue diferente o quizás si lo fue, por que a diferencia de otros días en donde Leo hablaba y preguntaba todo, hoy se encontraba tan callado que me partió el alma, un niño como el solamente debería reír.
Leo- vi como su mirada triste se poso en mi, se que no tenía que meterme y me odiaba por eso, era solo un niño, maldita sea -¿preparamos animalitos de puré?- sabía que preguntar qué pasaba era al pedo, así que lo animaría de otra manera.
Nat- el llamado de Rumi me recordó que no estaba sola en la cocina.
tranquilo es solo un juego- le dije intentando calmarlo, se que el también odiaba que me metiera.
¿Animalitos?- pregunto con toda su inocencia y por primera vez en la noche volvió a tener esos ojitos brillando.
Le explique como pelar las papas, las corte y mientras él me miraba atento las puse a hervir. Estuvimos bastante tiempo preparando el pan rayado y las figuras de plástico que había encontrado mi compañero en un cajón olvidadas.
Cuando el puré estuvo frío y listo para usar, le enseñe a hacer las figuras y pasarlas por pan rayado, aunque sabía que convenía no freírlas dado que era aún un niño, se las prepararía al horno.
Tío, tío mira es un gatito- mientras yo sacaba la segunda bandeja del horno escuche como Leo saltaba de la silla con dirección a la puerta que daba al comedor. Mierda me metería en problemas por esto.
No pude escuchar que le respondía él y solamente fije mi mirada en ellos cuando puse las últimas figuras que había preparado en el plato que estaba reposando en la isla de la cocina. De reojo podía ver como Rumi estaba tenso mientras cocinaba y Neo solamente me miraba. La madre del niño, que no voy a mentirles no sé cómo se llama, entro segundos después sorprendida por la efusividad y la alegría que demostraba su hijo.
Mientras los dos adultos miraban el gato, Leo vino hasta mí para darme un suave beso en la mejilla y decirme gracias. Podía notar el asombro de todos los presentes, pero decidí no darles mucha importancia, si me iban a regañar por lo que había hecho no tenía por qué demostrarles nada.
Mi hijo habla mucho de ti, te llamas Natacha ¿verdad?- la mamá del pequeño se acercó hasta nosotros y miraba con sorpresa los dos platos con formas -gracias por hacer esto por él- había sinceridad en sus palabras y por primera vez desde que entraron mi cuerpo y mente se relajaron.
Fue un placer, además él fue un gran ayudante- le dije sonriendo mientras revolvía sus cabellos.
Ella se comió primero un perrito para asegurarse de que está a bien- dijo el niño y pude ver como la madre se volteaba con cara de enojada a ver a su cuñado quien solamente se encogió de hombros.
La cena estará servida en unos minutos- la voz de Rumi cambio completamente el ambiente y los dos adultos se dirigieron al comedor.
Leo ve a lavarte las manos, pondré en la mesa tu comida- le dije dándole una palmadita en su espalda.
Él contesto con una enorme sonrisa y salió disparado a hacer lo que le dije mientras Rumi preparaba las bandejas para servir todo.
Es peligroso acercarse tanto Nat- la advertencia de Rumi me devolvió la máscara de seriedad en mi cara.
Lo sé- dije poniendo los platos en bandejas y dejando que él se encargara de servir todo, mientras terminaba de limpiar la cocina.