Una Sorpresa Para El Jefe

Pov Marcos

—Guarda silencio, Jason. ¿Quieres que ella se entere?

—Marcos, ella ya es tu esposa. En algún momento tendrás que revelarle la verdad.

—No, aún no. No hasta que este seguro de que me ama— Si ella llegara a enterarse de todo ahora, me asusta pensar que podría asustarse e irse.

—Sabes que mientras más tardes en decirle es mucho más probable que se enoje más.

—Correré el riesgo— Además, no es algo que pueda decir así como así. Podría pensar lo peor de mí.

—Miranda es una mujer orgullosa, Jason. Si descubre que yo planeé todo, no me lo perdonará.

—Tu sabrás lo que haces, pero creo que debes decirle. Es mucho mejor a que luego se entere por otra persona.

—¿Y quién se lo va a decir? ¿Tú? Nadie más sabe de esto, a la única persona que se lo he contado eres tú.

—Y puedes estar seguro que por mi, Miranda nunca se enterará.

—¿De qué no me voy a enterar?— Miranda regreso nuevamente a la sala acompañada por sus padres y Eugenia.

—Nada, es solo que me pelee con mis padres pero no quiero que te preocupes.

—Pues no es para menos. ¿Cómo se le ocurre decir a tu madre que mi hija es una cazafortunas?

—Señora Vanesa, le pido disculpas por el comportamiento de mi madre, ella aún no conoce a Miranda. Pero se que en el momento en que la conozca cambiará su forma de pensar sobre ella.

—Eso espero, porque no voy a tolerar que mi hija y mi nieto sufran. En el momento en que me entere que ella derramó una sola lágrima me la llevaré de aquí— Y no planeo que pase eso, lo único que quiero es que Miranda sea feliz, lo he querido siempre y ahora que tendremos un hijo más.

—Papá, creo que ya deberían irse. Necesito descansar.

—Bueno, nos iremos. Pero recuerda que si en algún momento decirte irte de aquí solo tienes que llamarnos, vendremos de inmediato.

—No se preocupen, estaré bien— Los dos se despidieron se Miranda y se fueron, al igual que Eugenia y Jason. Supongo que después de la visita de nuestros padres el ambiente ya estaba arruinado.

—¿Estás bien?— Se que está molesta y no es para menos. Admito que las cosas ocurrieron un poco más rápidas de lo que tenía y no tuve tiempo de preparar a mis padres, pero de todas formas nada justifica sus acciones, en especial las de mi madre.

—Si, lo estoy, o bueno no— La vi tomar asiento y no me atreví a acercarme, no sabía hasta que punto estaba su enojo y si intentar aproximarme podría empeorarlo. —Me preocupa tu madre.

—No tienes que hacerlo. Yo voy a mantener a mi mamá lejos de ti.

—No es eso, Marcos. Lo que me preocupa es nuestro hijo. ¿Y si ella lo rechaza? yo no quiero que nuestro hijo se sienta rechazado por sus abuelos por mi culpa.

—Eso no pasará. Ambos nos encargaremos de que a este bebé no le falte cariño. Sin importar si nuestros padres quieran formar parte de su vida o no— Yo voy a hacerlos felices, a ambos. De eso no tengo duda.