En un reino maldito donde las personas se convierten en bestias al caer la noche, Aria, una joven cazadora, es enviada para eliminar a la Bestia maldita. Pero al llegar descubre que todo lo que decían, era falso y la Bestia de la que tanto temían, la arrastraría a sus más profundos, oscuros y lujuriosos deseos. ¿Podrá Aria acabar con la Bestia maldita o el deseo acabará con ella?
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Masacre en el calabozo I
Mientras Rowal caía abatido en el piso, Aria experimentaba un terrible dolor de cabeza
Yunaz no entendía qué le pasaba a la cazadora, había caído a un lado de sus piernas jadeando quejidos de dolor
-Qué ocurre? Esto es un chiste?- preguntó Yunaz enfadado ante la interrupción del masaje que le estaba propiciando
-Ugh… aaah! duele- Aria mostraba una sincera expresión de dolor mientras aferraba sus manos a su cabeza con fuerza
Yunaz no sentía compasión, su primer pensamiento fue “vamos, solo falta que esta perra inutil muera aquí” por lo que la dejó tirada en el suelo mientras gritaba buscando a Rowal
-Ayuda amo… am… princ…- Aria cayó al suelo desmayada, desnuda y llena de agua jabonosa
Fenrir acabó con Rowal sin mayor esfuerzo, tomó el cuerpo por el cuello desgarrando la piel que escupió, volvió a sujetarlo por un brazo arrastrandolo escaleras abajo
El preciosos y majestuoso salón de Banquete, cuyo piso resplandecía, ahora tenía un rastro de sangre que seguía el cadáver de Rowal
Fenrir no era silencioso en absoluto, la bestia negra gruñía mientras avanzaba obstinado arrastrando el cuerpo, sus sentidos ahora eran más agudos, por lo que su camino era en dirección al olor de Kael
Escaleras abajo, el cuerpo de Rowal rodó, la cabeza colgaba de su cuerpo por un pedazo de piel solamente, era una imagen atroz
Al llegar al calabozo, Fenrir retrocedió observando a Kael, su bestia había triplicado su tamaño, mostrando lo grande que era aquel calabozo
Kael estaba sentado desmembrando soldados, sin ánimos de buscar la salida, solo satisfaciendo su ocio
-ROWAL! ROWAL! TU PERRA ARRUINÓ MI MASAJE!- Yunaz gritaba avanzando por el castillo, no tenía en absoluto clase y porte de Rey, siempre fue un revoltoso, vago e ignorante acerca del Reino
Lyra pasó a su lado haciendo una reverencia baja para evitar que viera su cara, no por miedo a que la reconociera, pero prefería evitar sospechas por una trabajadora nueva en esa ala del castillo
Al perder al príncipe a su espalda, corrió directo a la habitación de donde el hombre había salido. Grandes e imponentes puertas de oro fundido. Terriblemente pesadas, las movió con todo su peso, lo suficiente para pasar por ellas
-Aria..? Estás aquí?- preguntó en un bajo tono de voz, lo suficiente para ser escuchada en la cercanía
No obtuvo respuesta, pero a contraluz, un cuerpo pálido y descubierto con cabellera blanca, yacía en el suelo
Corrió hacia ella, la tomó entre sus brazos cubriéndola con la sábana de la cama
Con sus manos a cada lado de su cabeza trató de conectar mentalmente con Aria, él bloqueo había caído, pero era tan fuerte la magia que su cuerpo había colapsado, realmente solo Lydia podía ayudarla ahora
Con rapidez, tomó la sal de baños que estaba cerca de la pequeña bañera que ocupaban en la habitación y comenzó a dibujar un pentagrama
Tomó el fuego de uno de los candelabros y encendió la figura dibujada en el suelo, acercó a Aria al centro y comenzó a recitar el hechizo
Lydia había jurado no practicar magia prohibida nuevamente, pero no podía dejar morir a Aria, después de todo, ella no fue quien usó la magia prohibida, fue Rowal
Los ojos de Lydia estaban abiertos completamente, sus globos oculares giraron hacia atrás mientras recitaba el hechizo, la luz de la habitación fue absorbida, la puerta bloqueada y los sonidos silenciados
El cuerpo de Aria se elevaba lentamente sobre la sal en llamas, parecía un cuerpo sin alma, sus brazos y piernas desplomadas
Lydia temblaba, su voz cada vez sonaba más agotada, hasta que por fin, Aria abrió los ojos
No estaba consciente, sin embargo estaba despierta, en su frente brillaba un símbolo mágico que reaccionaba a las palabras de Lydia
Al terminar, Aria se golpeó contra el suelo y Lydia cayó arrodillada con ella
-L..Lydia dónde estamos? Qué sucede?
-Oh niña, pensé que moriría tratando de devolver tu consciencia- habló con voz jadeante y temblorosa
Aria se arrastró hacia la sábana para cubrirse, temblaba del frío y la vergüenza, poco a poco, recuerdos desconocidos para ella llegaban a su mente
-Lo siento, no… yo no soy parte de nada contra Kael, yo de verdad no podía hacer mi voluntad- Aria lloraba como si sus ojos fueran cataratas interminables
-No es momento de llorar Aria, probablemente Rowal está muerto y por eso el bloqueo mental cayó, ahora debemos buscar a Fenrir y a Kael
Lydia ayudó a Aria con su apariencia, aunque no quedaba mucho de su energía para hacer magia, era lo suficiente para el momento
Ambas apoyadas entre sí, salieron de la habitación temerosas que los soldados estuvieran afuera de nuevo, pero no, extrañamente no fue así
A medida que avanzaban, se encontraron con soldados con armaduras y armados como si fueran a la guerra, corrían en la misma dirección
-Aria, debemos camuflajearnos con ellos, es la única manera
-No, ese camino da hacia los calabozos, conozco otra entrada por donde metí más de una vez alguna presa…- se ruborizó apenada por contar sus antiguas andanzas
Aria creció en el castillo, no como una noble, pero Lord Dan siempre la llevaba por los pasajes secretos para poder alimentarla y enseñarle con libros de la biblioteca real
En sentido opuesto, salieron directo al jardín trasero, ese ocupado por los trabajadores para lavar y recibir el cargamento de provisiones para las temporadas
Detrás de un gran arbusto y piedras grandes, estaba la puerta de ingreso directo a los calabozos
Ambas mujeres en silencio se escabulleron hasta llegar al arbusto cuyas ramas movieron a un lado para poder jalar la manilla de la puerta
La puerta se abrió y una a una atravesaron el marco, algunos rasguños se marcaron en su piel por el contacto con las ramas puntiagudas y espinosas
-No podemos hablar demasiado, el eco de nuestros pasos se puede escuchar arriba, así que debemos ser cuidadosas
-Yo me encargo
Lydia tomó la mano de Aria para meterla en un aura de silencio, avanzaban por el largo y oscuro túnel, era obvio que nadie más que ella lo había usado nuevamente
Lo que aquellas mujeres no imaginaban, era que mientras atravesaban el túnel, Fenrir luchaba junto a Kael contra los soldados
La orden de Yunaz era clara, protegerlo a toda costa, debían sacarlo del lugar, pero nada más lejano de la realidad, Yunaz, quien temeroso siguió el rastro de sangre hasta encontrarse con el cadáver de Rowal y una gran bestia enfurecida acabando con sus soldados
La alerta fue dada inmediatamente, Yunaz sonó la campana en crisis, haciendo gruñir a Kael ante el tormentoso sonido que retumbó en sus oídos
Con una respuesta inmediata, soldados llegaban corriendo al lugar, pero antes de que pudieran proteger al Rey, Fenrir había corrido sobre él tumbandolo a un lado de Kael, quien se movió para interponerse cerca de la única entrada y salida conocida
Los movimientos bruscos de Kael retumbaban en las paredes del túnel como si fuera a colapsar, Aria y Lydia debían darse prisa si querían llegar al calabozo