Salem escapó de la oscuridad para refugiarse con una bruja Pero la oscuridad la mato . Durante años esperó en silencio a la niña de ojos ámbar que la bruja le había mencionado.
Y un día, Clarisse llegó.
El destino, sin embargo, pronto la apartó: fue enviada a la Academia de Brujas, un lugar antiguo donde las jóvenes aprendían a dominar sus dones. Cinco años después, vuelve convertida en una hechicera que apenas comienza a descubrir la magnitud de su poder.
No estará sola. Un cuervo sarcástico, tan fiel como insoportable; un tigre y un puma que ella misma rescató y que ahora la reconocen como su reina ; y Salem, el misterioso gato que nunca la abandonó, serán sus guardianes en la batalla contra las sombrasen la oscuridad.
Entre secretos familiares, pactos rotos y un linaje perdido. Clarisse deberá descubrir hasta dónde llega su poder… y qué precio está dispuesta a pagar por él.
¿Estás listo para entrar en un mundo donde nada es lo que parece, y hasta la magia tiene un precio?
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SEIS AÑOS DESPUES
Yo me mantuve en las sombras, observando.
Y sentí algo ,algo que no pensé que me importaría.Ella ya no me necesitaba.O eso creí.
Pero justo en medio de su euforia, Clarisse me buscó con la mirada.
—¿Salem?
¡Mira, Salem!
¡Él es Corvyn! ¡Mi familiar! ¿No es increíble?
Me quedé quieto.
—¿Y ese gato? —dijo Corvyn con desdén—. ¿Qué hace aquí?
—Él… él es mi amigo —respondió ella, como si fuera obvio.
—¿Amigo? Clarisse, querida, ese gato no habla. Ni siquiera es tu familiar. Es un mueble con bigotes. Un adorno.
¿Qué dijiste, pajarraco?
—Respétalo —dijo Clarisse con suavidad, aunque le temblaban los labios—. Él me ha acompañado todo este tiempo.
Corvyn chasqueó el pico con fastidio, pero no dijo más.
—Bueno, ya está.Una bola de pelos al club.
—Tienes nombre, voz y alas.
¿Te parece si vamos a ver a mamá? Seguro se va a emocionar…
Lo cargó en brazos como si fuera un trofeo.
Y cuando caminaba hacia la puerta, hizo una pausa, volteó a verme, y sonrió.
—Gracias por estar, Siempre.SALEM,
No lo dijo fuerte.
Pero… lo sentí.Aún en medio de su alegría no se olvidó de mi y eso me emociono mi corazón brinco de alegría solo por esa simple palabra.
Cuando se fueron, me acerqué al platito de comida.
No porque tuviera hambre.
Sino porque ese día…
Me dolió un poco el pecho.Pero también me alegró.
La vi alejarse con el en brazos y si no lo voy a negar sentí celos.No por perderla.
Si no por haber estado tanto tiempo… Y nunca haber tenido el título de “familiar”. Ahora deseaba ser su familiar y deseaba que me cargará en sus brazos como a él. Pero es mi precio a pagar por no dejar que me toque. El recuerdo de verlo en sus brazos no se borraba de mi mente y por un instante quería desplumar a aquel pajarraco odioso, si ya lo odiaba. Recién aparecía y ya me robaba la atención de ella.
—Ashh ¿Por qué me importa tanto?. Refunfuñaba en mí mientras me tragaba la comida sin masticar bien.
Lo que ambos no sabíamos es que la aparición de Corvyn lo cambiaría todo.Ella se fue , su madre la mando a la Escuela para brujas o Academia ya ni se llama para mí que eso es un internado para maltratar brujas .
Esa noche ella cambio todo a la casa que estaba al límite del bosque no tenía mucho tiempo su madre le había dicho que tendría que ir a la escuela de brujas antes de lo planeado.No fue una elección de Clarisse.
Pero ella no protestó.solo subió al ático y lloro , hasta quedarse dormida ,Corvyn aún no entendía que pasaba,así que no dijo mucho .
A la mañana siguiente .Recogió sus cosas.
Dejó la cabaña cerrada.
Y se fue sin palabras, con la frente en alto y el corazón apretado.
Recuerdo cada paso, cada sonido de madera crujiendo bajo sus botas mientras bajaba los escalones.
No lloró. Pero me dió esa última mirada como quien regalaba una luz a mi alma.
Caminó hacia la cabaña del bosque como quien parte hacia un sitio que ya le pertenece.
Apenas tenía doce.
Llevaba el cabello negro y desordenado, recogido a medias por uno lazo amarillo .
Su rostro era fino, con mejillas suaves , marcadas de vez en cuando por un leve sonrojo.
Pero lo que más recordaba eran sus ojos.
Color ámbar.
Como miel líquida,
Pero con algo antiguo brillando al fondo.
Como si dentro de ellos viviera una historia que ella misma escribiera .
Habían pasado seis años desde que Clarisse subió por última vez al viejo ático, cargando en brazos sus libros, sus pociones fallidas, su diario escondido… y ese libro que nunca se atrevió a abrir.
No volví a verla.
Solo supe de ella por rumores y cartas que su madre leía y rompía .
Que si era talentosa. Que si se enfrentó a otra bruja en duelo.
Que algunos la envidiaban y otros la respetaban,
Pero nadie quedaba indiferente.y sobre todo que no era tan fuerte como esperaba Seraphine.
Tenía un poder que no siempre se manifestaba con fuerza.
Sus hechizos a veces salían torpes, como si su magia estuviera contenida… dormida.
Pero los que sabían mirar más allá,
Los que sentían los hilos invisibles del aura…
Sabían que Clarisse escondía algo mucho más peligroso.
Algo que ni ella comprendía.
Y entonces, un día… volvió.
Yo estaba, como siempre, en el tejado.
faltando un mes para su cumpleaños fui a la casa a la que ella había dejado sus cosas .Había aprendido a no esperarla, pero… aún así, nunca dejé de hacerlo
Cuando la vi cruzar el camino del bosque, supe que era ella desde lejos.
Ya no era una niña.
Ahora caminaba con el cuerpo erguido, la espalda firme y el cabello largo suelto, azotado por el viento.
Vestía de negro, y en sus manos se notaban cicatrices finas, marcas de entrenamientos y heridas mal cerradas.
Sus ojos…
Esos ojos de miel oscura…
Ya no buscaban aprobación.
Ya no era la niña inocente que ví partir ,ahora traía una mirada feroz .Corvin venía en su hombro y ahora sus ojos tenían el mismo color de los de Clarisse.
Aquella niña que un día fue no quedaba ni la sombra solo podía divisar una mujer madura .
Abrió la puerta de la cabaña sin dudar.
El polvo la recibió como se recibe a una reina exiliada.
—Esto sigue oliendo igual… —murmuró, sin notar mi presencia allá arriba.
Con un simple movimiento de su mano, murmuró un hechizo bajo, uno que parecía no tener fuerza…
Pero lo tuvo.
El aire cambió.
El polvo desapareció en una ráfaga.
Los muebles brillaron con luz tenue.
La cabaña respiró como si acabara de despertar de un largo sueño.
—Listo. —susurró—. Hogar otra vez.Dormire un poco estoy agotada ,tengo que ir a ver a mi madre y mi padre ojalá todavía sigan viviendo ahí.
Dejó su mochila al pie de la cama, se quitó las botas… y sin decir nada más, se recostó boca arriba ,sus ojos se quedaron fijos en el techo de madera.
No llamó a nadie.
No preguntó si alguien la esperaba.
No supo que yo la estaba observando desde las sombras.
No sabía que yo nunca me fui.
Que yo aún estaba ahí.
Esperando.
Pero tenía miedo…
Miedo de no formar parte ya de su historia.
Miedo de haber sido solo una etapa.Y solo pensar eso se me hacia el corazón chiquito.
Ella cerró los ojos.
Y por un segundo…
Me pareció verla sonreír, apenas.
Una sonrisa cansada.
Como quien llega a casa y aún no decide si se queda.