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DINASTÍA: Reinas Perdidas.

DINASTÍA: Reinas Perdidas.

Status: En proceso
Genre:Venganza / Época / Superpoder / Reencuentro / Secretos de la alta sociedad / Batalla por el trono
Popularitas:2.3k
Nilai: 5
nombre de autor: KeliindA RojanO C.

Hace dieciocho años, el reino de Eldoria fue consumido por la traición y la guerra. En medio del caos, mientras el Rey Gustavo luchaba una batalla perdida contra su ambiciosa hermanastra, la Reina Roxana se vio obligada a huir. Con el corazón roto y un adiós desgarrador a su amado, confió el futuro de su linaje a tres pequeñas vidas: sus hijas trillizas, recién nacidas y destinadas a heredar el trono.

Hoy, esas princesas viven una existencia humilde y oculta bajo los nombres de Nyx, Ignis y Luna. Tras la reciente pérdida de su madre, estas jóvenes campesinas se enfrentan solas a la dureza de la vida, sin saber que la sangre real corre por sus venas ni que cada una posee un don mágico latente: el control de las Sombras, el Fuego y la luz, respectivamente.

Pero el destino tiene otros planes. La llegada de un misterioso anciano, portador de secretos ancestrales y verdades olvidadas, irrumpirá en sus vidas, desvelando la usurpación de su reino y profecías...

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Una confianza entre verdaderas sombras

La escena se había calmado, pero la tensión en el aire no había disminuido. Se había transformado, migrando del fragor de la batalla a la quietud expectante que sigue a un gran peligro. Los guerreros, exhaustos pero victoriosos gracias en parte a la inesperada intervención del forastero, se reagrupaban.

El guerrero corpulento, se mantenía firme frente al recién llegado, sus ojos escrutando cada detalle de su semblante. El forastero, Corvus, había ofrecido una respuesta ambigua, una invitación a la empatía, pero una cortina de misterio seguía cubriéndolo.

El silencio se extendió, pesado y cargado de preguntas no formuladas. El guerrero, con el hacha aún en la mano, aunque ahora descansaba sobre el suelo, dio un paso adelante. El resto de los guerreros, muchos de ellos con heridas leves pero visibles, observaban la interacción, sus propios rostros reflejaban una mezcla de gratitud, cautela y una curiosidad casi palpable. Habían sido salvados por un extraño, un espectro que había aparecido de la nada y había luchado con la ferocidad de un demonio, pero que ahora se presentaba con la humildad de un mendigo de propósito.

La armadura del forastero, aunque no tan ostentosa como la de algunos de sus propios líderes, tenía un corte limpio y un color oscuro que no se parecía a nada que hubieran visto antes. Su rostro, ahora visible bajo la luz menguante del día, era joven, pero había una profundidad en sus ojos que sugería experiencias que iban más allá de su aparente edad. Era un enigma envuelto en la oscuridad, un enigma que acababa de salvarles la vida.

El guerrero corpulento frunció el ceño, sus labios se apretaron en una línea tensa. Podía sentir la duda en su mirada, la lucha interna entre la gratitud por la ayuda recibida y la desconfianza natural hacia un desconocido que aparecía en el momento más crítico. ¿Era un aliado caído de otra unidad? ¿Un mercenario errante? ¿O algo más... insidioso?

La voz del guerrero, aunque ronca por el esfuerzo, resonó con autoridad. —Pertenecer no es algo que se encuentre, forastero. Se gana. Y se gana con lealtad y verdad. Dinos tu nombre real. Dinos de dónde vienes. Si eres un guerrero, lucha bajo un estandarte conocido—

Extendió una mano, no para atacar, sino para esperar una respuesta sincera. La presión sobre Corvus era inmensa. Cada segundo que pasaba sin una respuesta clara, la sutil magia de Morwen podría debilitarse, o peor aún, la desconfianza podría arraigarse y volverse inquebrantable.

Corvus, por su parte, sintió el peso de esa mirada, y la expectativa de todos los guerreros reunidos. Apretó el amuleto en su bolsillo, como un recordatorio silencioso de su verdadera identidad, y de su misión.

La imagen que proyectaba era la de un alma perdida, pero la verdad era mucho más compleja, mucho más peligrosa.

¡El aire vibraba con la expectativa! El guerrero corpulento, con la mano extendida, esperaba la respuesta del misterioso forastero. Los demás guerreros, con sus heridas aún sangrando levemente, observaban la figura solitaria que había irrumpido en su lucha. La pregunta del líder resonaba en la quietud: ¿Quién era realmente este guerrero de la nada?

—Mi nombre es Corvus—. No era la voz del forastero que intentaba proyectar, sino una resonancia más profunda, más suya. —Y vengo de un lugar que ya no existe. Un lugar que fue arrasado por la misma oscuridad que acabamos de enfrentar—

Una ola de murmullos recorrió a los guerreros. La mención de un lugar destruido, de una oscuridad similar a la que ellos combatían, tocaba una fibra sensible en sus corazones.

—No busco un estandarte, sino una causa— continuó Corvus. —Vi la valentía en sus ojos, la fuerza de su espíritu ante la adversidad. Y supe que aquí, entre ustedes, podría encontrar un propósito. Podría ayudar a evitar que otros sufran la misma pérdida que yo—

Una chispa de esperanza pareció encenderse en los ojos del guerrero corpulento. La sinceridad en la voz de Corvus, la pasión en sus palabras, comenzaban a disipar las sombras de la desconfianza. Pero aún quedaba una prueba, una última barrera que derribar.

—Si eres un guerrero de verdad, Corvus— dijo el líder, con su mano aún extendida, pero ahora con un matiz de invitación en su gesto, —entonces pruébanos tu valía una vez más. Las bestias no han terminado de amenazar estas tierras. Hay más que proteger—

Corvus asintió, una sonrisa genuina iluminando su rostro. La oportunidad que había estado buscando se presentaba ante él, clara y brillante.

—Lo haré— declaró, su voz llena de un entusiasmo contagioso. —Lucharemos juntos. Y demostraremos que incluso en la oscuridad más profunda, la luz de la esperanza puede prevalecer. ¡Por su causa!—

Un rugido de aprobación surgió de los guerreros. La tensión se disipó, reemplazada por una energía renovada, un espíritu de camaradería forjado en el fragor de la batalla y la promesa de un futuro compartido. Corvus, el forastero, había encontrado su lugar.

¡La batalla se desató con una ferocidad renovada! Corvus, ahora aceptado como un aliado temporal, luchaba codo a codo con los guerreros. El aire se llenó de gritos de guerra, del choque metálico de las espadas y del rugido de las criaturas que intentaban invadir. Corvus, con una agilidad sorprendente, esquivaba los ataques, sus movimientos eran precisos y mortales. Cada golpe que asestaba era calculado, no solo para derrotar a sus enemigos, sino también para observar las tácticas y debilidades de aquellos a quienes servía.

Los guerreros, inspirados por la energía de Corvus y la urgencia de proteger su hogar, luchaban con todo su ser. El sudor les perlaba la frente, la suciedad y la sangre cubrían sus armaduras, pero no cedían. Cada uno de ellos, desde el más joven hasta el más veterano, se mantenía firme, en un muro de determinación contra la marea de la oscuridad.

La lucha fue larga y agotadora. Las criaturas, aunque numerosas, finalmente fueron repelidas, dejando tras de sí un campo de batalla desolado y cubierto de restos. Los guerreros, exhaustos y heridos, se miraron unos a otros, un entendimiento silencioso pasando entre ellos. Habían ganado, pero el precio había sido alto, y la amenaza, aunque temporalmente aplacada, aún acechaba en la distancia.

—Debemos regresar— dijo el guerrero corpulento, —Elara debe saber lo que ha sucedido—

Corvus asintió, su mente ya estaba calculando el siguiente paso. La batalla le había dado la oportunidad de observar de cerca, de ganarse una mínima confianza.

El regreso a la caverna fue un camino de silencio reflexivo. Los guerreros, acostumbrados a la oscuridad y a los senderos ocultos, guiaban el camino. Corvus los seguía, con su corazón latiendo con una mezcla de anticipación y la fría determinación de su verdadera misión.

La caverna, con su entrada oculta y su atmósfera protectora, era un símbolo de la seguridad que él pretendía romper desde dentro.

Al llegar a la entrada principal, se detuvieron. La luz tenue del interior iluminaba la figura de Elara, sentada en un lugar de honor, su rostro es sereno pero imponente. Sus ojos claros, profundos y penetrantes, se posaron sobre Corvus, escrutándolo con una intensidad que helaba la sangre. La aprobación de Elara era el último obstáculo antes de que pudiera comenzar a desmantelar su mundo desde las sombras.

—Han regresado— dijo Elara. Se levantó y caminó lentamente hacia Corvus. —Y han traído a un extraño con ustedes—

El destino de Corvus pendía de un hilo, y Elara, con su mirada penetrante, estaba a punto de decidir si él era un aliado digno de confianza o una amenaza que debía ser eliminada...

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Anonymous
Es una historia fantástica
Anonymous
Espero que actualices pronto, una excelente historia
Kelinda R.C: Hola, gracias por tu apoyo... claro que sí, ya me encuentro editando los siguientes capítulos. 🫶
total 1 replies
ortiz
me encanta, ella es mi personaje favorito 🥰
ortiz
está muy buena. me gusta como inicio 👏
Isabel...
Whau, que emocionante ... me gusta
Albany Garcia
actualice pronto porfavor 🙏🏼
Kelinda R.C: hola, gracias por el apoyo... la novela apenas la cree hoy, me alegra que te guste... estoy creando los siguientes capítulos pero espero que sepas que no los puedo subir todos hoy, tengo otras novelas que actualizar ☺️🫶
total 1 replies
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