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Y Llegaste Tú

Y Llegaste Tú

Status: En proceso
Genre:Romance / CEO / Amor prohibido / Mujer poderosa / Amor eterno / Mundo mágico
Popularitas:26k
Nilai: 5
nombre de autor: SoMarWill

Y llegaste tú, y me sorprendió el poder que había en tu interior y llegaste tú...

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Capítulo 18

El jueves en la tarde, Emmanuel ya estaba en su despacho redefiniendo un diseño en la mesa de trabajo que tenía en el centro de la habitación, decidio que cuando terminara su jornada laboral, trabajaria en la ampliación del estudio de Marcos y, dado que a ninguno de los dos les urgía terminar con las remodelaciones, podía replantearse una nueva estructura general y los detalles más difíciles.

Ahora que Patricio le había encargado un segundo proyecto para ampliar la primera y la segunda plantas de la casa, con el regreso de papá Alexander, necesitaba volver a plantearse no solo los detalles y el diseño, sino la estructura entera. Y según su experiencia, era preferible dar carpetazo al proyecto original. Y empezar de nuevo.

Cuando termino con la propuesta de diseño de uno de los eventos en agenda, Emmanuel Jugo con las líneas y con los cambios de luz como parte fundamental del espacio ampliado, que seguiría siendo el estudio.

Remodelando el actual tocador y el archivo y aumentando los metros cuadrados de ambos, podría ampliar el cuarto de baño, añadir una ducha (la pareja sabría valorarlo en su momento), ofrecer a Marcos el vestidor que deseaba para las clientas y doblar la zona actual de archivo era lo mejor que podía hacer por su amigo y socio.

En cuanto al estudio de Carla en la segunda planta... Se instalo en su asiento, bebió un sorbo de agua e intentó pensar como Carla. ¿Qué querría en su espacio de trabajo esta profesional de la psicología y la catedra literaria? ¿Qué necesitaría exactamente? Algo eficiente, con un aire tradicional.

Se trataba de Carla. Una librería empotrada, en dos paredes, sería fantástico para ella.

Muebles cerrados con unos estantes superiores, decidió e hizo un rápido esbozo a mano. Además, unos armarios para guardar los artículos de oficina y los expedientes de los alumnos.

Nada insustancial, ni excesivamente elegante. Carla no era de ese estilo.

Madera oscura, pensó, imitando el estilo tradicional inglés. Y unos ventanales generosos que armonizaran con el resto del edificio. Y le brindara al estudio un caracter clínico para poder atender a sus pacientes como psicóloga privada. Convertiría el espacio en un lugar más interesante si incluía en él una zona de estar.

Pondría una puerta de madera deslizable y añadiría una terraza de dimensiones reducidas. Quizá Carla querría relajerse leyendo un libro y tomarse una copa de vino. Era una posibilidad.

Descansó un rato y se puso a ver el partido que estaban dando en la pantalla plana que tenía a su izquierda. Mientras iba dando forma a sus ideas, vio al Barcelona eliminar al Real Madrid.— Qué mierda.

Despues de ver esa eliminaroria volvió al proyecto. Y pensó en Samantha.

Solto el lapiz que tenía en la mano y se la pasó por el pelo. Había conseguido mantenerla al margen de su vida por un rato.

Se le daba bien mantener un equilibrio en sus distintas facetas. El trabajo, un partido e ir cambiando de tarea para dedicarse a otras cosas. Pero Samantha era otra cosa, se le estaba metiendo muy dentro y no sabía como pararlo.

No quería pensar en ella. No le favorecía en absoluto pensar en ella. Estaba claro que había cometido un error, pero aquello tampoco era el fin del mundo. Ella no quería estar con él, se lo había dejado muy claro su ausencia y su silencio.

Pero él no había podido dejar de pensar en sus besos, en su toque. «Esos besos le arrebataron el alma y se la entregaron a ella en bandeja de plata» pensó. Para él fue cada beso que se dieron. Un momento único.

Esperaría unos cuantos días para que ella confiara y le diera la oportunidad sin miedo a nada. y las cosas volvieran a la normalidad.

Por lo que había conocido de ella. Samantha no era una mujer asustadiza, no era el tipo de mujer que se dejara vencer por el miedo. Eso se lo había dejado claro. Pero era reservada.

Y tenía razón para serlo. Solo tenía que esperar, que el destino decidiera. No iba a forzar las cosas. — Diablos.

Se restregó la cara y se ordenó mentalmente volver al trabajo. Frunciendo el ceño, se puso a estudiar el esbozo de su diseño. Y entonces entrecerró los ojos. Ya va, ya va.

Si lo inclinaba todo, si basaba la estructura en los ángulos y concebía el estudio en un voladizo, le salía un espacio que podía servir como patio trasero para bribon y quedaba cubierto parcialmente. Eso permitiría a la pareja disfrutar de un espacio exterior, del que carecían de intimidad y de la posibilidad de tener un pequeño jardín donde plantar unos arbustos. Karina podría darle algunas ideas al respecto.

El volumen y las líneas del edificio saldrían realzados, y aumentaría el espacio útil sin que el coste de la construcción se incrementara de manera significativa.— Eres un genio, Rondón.

Estaba definiendo las directrices del nuevo proyecto cuando oyó que alguien llamaba a la puerta de su casa.

Con el dibujo todavía en mente, se levantó, salió de su estudio profesional y fue a la sala de estar. Dando por sentado que se trataría de uno de los chicos, abrió la puerta.

Y allí estaba ella bajo el resplandor que proyectaba la luz del porche. Olía como un prado en una noche de luna llena. Estaba guapísima.— Sami.

Samantha — Quiero hablar contigo. ¿Puedo pasar?

Emmanuel — Claro pasa.

Samantha pasó junto a él se echó el cabello hacia atrás y giró sobre sí misma. ¿Estás solo?

Emmanuel — Si.

Samantha — Bien. Primero quiero disculparme por mi comportamiento de ese día. Pero tu me diste permiso, me abriste las puertas sin restricciones y quiero saber ¿Por qué?

Emmanuel — Solo quería que supieras que puedes confiar en mi. Que me dieras la oportunidad.

Samantha — No me mientas Emmanuel, no juegues conmigo.

Emmanuel — Que no te mienta. ¡Eras tú la que Flirteabas esa noche con ese idiota, que estuve apunto de matar! Que sino hubiera sido por Marcos y Carla que me detuvieron, lo hubiera hecho.

— Despues te consigo con tu coche dañado en plena carretera, donde pudiste haber estado en peligro si yo no llego y te auxilio, me besas como si tu mundo girara alrededor de mi dejándome jadeando con ganas de mas, vienes a casa, me confiesas que eres tu la mujer que me estaba volviendo loco con sus mensajes, me vuelves a besar, demostrandome en ese beso que eres tu, la mujer perfecta para mi, haces conmigo lo que te viene en gana en el deposito de la cocina de la mansión y por último me das un masaje que me pone a mil por horas y que en ese momento no puedo hacer nada y ahora vienes aqui a decirme que soy yo el que esta jugando contigo.

— ¡QUE QUIERES DE MI SAMANTHA! TE LLAME, TE ESCRIBI, TE BUSQUE. Y NO ME DISTE SEÑALES. ¡QUE QUERÍAS!

Samantha — Lo siento. Ese dia en la carretera no pude aguantarme. Emmanuel no he dejado de pensar en ti desde que te conocí y ese día estaba temblando de frío, hasta que te que te traje la chaqueta que me prestaste para no morirme del frío y te confese que yo era la mujer de los mensajes, era porque había decidido ser sincera contigo y queria saber si tu sentias lo mismo por mi.

— Y el viernes en el evento de los Fernández tú empezaste y yo solo te segui, porque cada vez que tu me tocas mi cuerpo vuelve a vivir.

— Y La última razón es que te vi muy cansado y pense que haciendote un masaje reparador te sentirías mejor. No pense que eso me despertaría las ganas de volverte a besar. No fue intencional, lo juro.

— Por eso me fui. Porque no quería seguir interponiendome en tu camino y tu estabas trabajando no queria distraerte mas. Y también porque sentia vergüenza por mi misma y temia por lo que estuvieras pensando de mi. Por eso no te conteste las llamadas ni los mensajes, ni te envie ninguna respuesta con Patricia. Estaba aterrada. Y lo siento.

Emmanuel — Tú diste el primer paso, Samantha. Y te metiste en cada poro de mi cuerpo. Me besaste. Fuiste tú. O es que despues que matas el tigre, le tienes miedo al cuero.

Samantha se sintió muy molesta, pero no con él, sino con ella, porque sabía que Emmanuel tenia razón.— Soy culpable de todos los cargos. Pero tú me devolviste el beso. Y luego te marchaste corriendo con la excusa de que Patricio te necesitaba. Huyendo de mi, como si yo te hubiera chupado la sangre.

Emmanuel — Samantha no digas eso, porque tu escuchaste cuando Patricio me llamó por el busca. Estaba full trabajo, viste lo estresado que estaba, montando y desmontando. La cobarde Fuiste tú. Y has actuado como una cobarde desde entonces.

Samantha — Dime, ¿Que querias que hiciera, quedarme allí sola, después que te fuiste. Si, me marché. Y si por eso fui una cobarde, entonces lo soy. Pero tú saliste corriendo como alma que lleva el diablo, y a Angelica no la trago, así que decidí irme. Además, curiosamente, resulta que al igual que tú, tengo un consultorio que atender y he estado toda la semana trabajando . No escondiendome, como tu acabas de decir.

— Joder, porque he pasado todo este tiempo debatiendome entre si llamarte y venir y no pude seguir postergando lo impostergable porque no dejo de pensarte, ni de seguir sintiendo tu sabor en mi boca, ni tu toque en mi cuerpo, porque me estoy convirtiendo en una adicta a ti. Y necesitaba calmarme... No puedo creer que haya dicho eso.

Emmanuel tuvo que luchar con todas sus fuerzas para no saltarle encima a esa mujer, despues de escuchar su devastadora confesión. Y besarla para que se convenciera de que él se sentía igual. — Escucha, vale más que nos sentemos.

Samantha — No quiero sentarme. No puedo. Estoy demasiado furiosa conmigo misma como para sentarme. Porque tienes razón, uno no hace esas cosas y luego se marcha por la puerta de atras, rogando que nadie la viera.

Emmanuel — Fuiste tu Samantha. Fuiste tu. Muy bien pudiste haber contestado mis llamadas o haber respondido mis mensajes y arreglar todo. Pero no lo hiciste o no quisiste.

— Y yo tenia que esperar, esperar por ti. Y eso no basta. Y aun asi tuve que aguantarme para no salir corriendo a buscarte y obligarte a hablar.

Samantha no sabía que un hombre pudiera arder literalmente, como lo hacía en ese momento Emmanuel Y lo encontró irresistible.«¡Al diablo! Si el iba a condenarla por un crimen que cometieron los dos, mejor que la condenaran por dos.»—penso.

Samantha tiro de él y lo atrajo hacia ella hasta obligarla a ponerse de puntillas. Emmanuel emitió un sonido que podía interpretarse como un qué o un por qué, pero antes de poder terminar lo que iba a decir, Samantha se pegó a su boca. Le dio un mordisco rápido, de impaciencia, y Emmanuel, al notar sus dientes, abrió los labios reaccionando a su ataque quizá. Samantha no estaba de humor para adivinarlo, y menos aún cuando se encontró con su lengua, cuando el sabor de ese hombre le penetró en los sentidos como un catéter penetra en la sangre.

Emmanuel la asió por el cabello, salvaje y glorioso, y tiró de ella hasta inclinarle la cabeza hacia atrás.

— ¡Alto! — Quizo gritar Samantha quiso decirlo, quiso cumplirlo. Pero fue como zambullirse en un volcán en erupción. En el calor y la humedad. Y la sensatez la abandonó cuando su cuerpo pasó de la rabia a la sorpresa y del asombro a la pasión, solo por su toque.

Emmanuel alzó la cabeza y pronunció su nombre, pero ella se limitó a hacer un gesto de negación y lo atrajo hacia sí.

Durante un solo instante las manos de Emmanuel le recorrieron todo el cuerpo, incitándola, encendiéndola, hasta dejarla casi sin respiración.

— Dime que si.— Emmanuel manipuló el cierre de su uniforme medico.

— Si. — Samantha le habría dejado hacer cualquier cosa con ella.

Cuando la mano de Emmanuel cubrió su desbocado corazón, Samantha lo arrastró hacia el mueble que tenía cerca.

Un cuerpo escultural y una boca hambrienta hasta la locura. Hizo que Samantha tirara de la camiseta que tenía él puesta para quitársela y poder acariciarlo, tocarlo a su antojo y marcarlo como suyo. Con un quejido, Emmanuel la cogió para devorar su boca, su garganta, con una desesperación que en nada se comparaba con lo que ella le estaba haciendo.

Enloquecido por las llamas que lo consumía, la echó hacia atrás dispuesto a arrancarle la ropa, pero en aquel momento Samantha se golpeó el codo contra una mesa que estaba cerca del sofa, donde se estaban devorando por completo que la hizo regresar a la realidad. ¡Ay! Dioss

Emmanuel —... Mierda, joder. Lo siento Sami. Dejame ver, si.

— No. Esta bien. Aturdida y sintiendo un hormigueo y dolor en el codo, Samantha consiguió levantarse.— No es nada.

— Lo siento. Ven.— Emmanuel se puso a sobarle el antebrazo para aliviarle los pinchazos que imaginó dolorosos mientras, ella se esforzaba por recuperar el aliento.

Samantha — Te estas riendo de mi Emmanuel.

Emmanuel — No. Lo que estoy es embriagado de deseo que no puedo respirar bien.

— No sea mentiroso Emmanuel. Estás riéndote.— Samantha lo acusó con el dedo índice de la mano ilesa.

Emmanuel — No, no lo estoy haciendo. — Y cometió el error de levantar la vista y mirarla a los ojos.

La risa destellaba en ellos, como un reflejo dorado sobre un fondo marrón. Perdió la batalla y cedió a las carcajadas.— Lo siento mucho mi niña. Perdóname.

Samantha — ¿Por qué? Has demostrado que puedes controlarte en situaciones incómodas y difíciles. Yo soy la que debe disculparse contigo.

Emmanuel — Cierto. Porque has preferido tirarnos al sofa cuando en el piso de arriba hay una cama inmensa para disfrutarnos a tu gusto. Pero no quisiste.

Samantha — Solo un muñeco necesita practicar el sexo en una superficie blanda.

Él se quedó mirándola con una sonrisa provocativa.— No soy ningún muñeco guapa.— afirmó Emmanuel incorporándose. ¿Quieres probar otra vez?

— No. No quiero arruinarlo otra vez.— Samantha se separo de él y se fue hacia el ventanal que daba hacia el exterior de la propiedad. Se volvió de nuevo y lo miro directamente a los ojos. — No puedo negar que estas irresistible, tu sabor es divino. Pero no puedo permitirme que esto acabe mal, antes de ni siquiera haber empezado.— Se apartó el pelo de la cara con el brazo que aún le dolía.— Pero Emmanuel, sinceramente nose hacia donde vamos o si queremos esto. No se siquiera qué estamos haciendo.

Emmanuel — Si quieres que te diga la verdad, en este momento no me encuentro en buenas condiciones.

Samantha — No, hablo en serio. Quiero decir que...— Miró su uniforme con el cierre abajo y el sujetador de encaje blanco que saltaba a la vista con picardía.— Míranos. Mírame.

Emmanuel — Puedo asegurarte que no hacía otra cosa. Y quiero seguir mirándote. Lo que quiero es...

Samantha — Sí, lo se, eso lo he entendido, y yo deseo lo mismo, pero Emmanuel, no quiero. No quiero equivocarme otra vez.

— De verdad. No puedo seguir actuando así, de esta manera. Ni de ninguna otra.—Mientras en su interior sentía como ardía la llama de la pasión, del deseo. — Necesito pensar, reflexionar, entender lo que me sucede contigo, darle valor que se merece, si es que lo tiene. Emmanuel, porque no quiero tenerte, para luego perderte.

Emmanuel — Eso no va a pasar Sami. Creeme por favor. Confia en mi, si.

Samantha, con una mirada cálida, se le acerco de nuevo y le puso la mano en la mejilla.— Eres muy importante para mi. Y lo que llegue a vivir contigo, quiero vivirlo sin miedo a perderte.

— Es más, mi mejor amiga esta comprometida con uno de tus grandes amigos. Y todos ustedes son hombres excepcionales, cada vez que me reuno con ustedes lo confirmo una vez mas. Por eso, aunque me encantaría decir: «A la porra, probemos ese sofá, la cama y a lo mejor nos peleeemos el tercer round en el suelo»

Emmanuel — Samantha.— Sus ojos eran profundos, de un color verde agua oscurecidos por la profundidad de su mirada.— Me estás matando.

Samantha — No es lo mismo practicar sexo, que besarnos en la escalera trasera. Ni siquiera cuenta el beso increíble que nos dimos en el cuarto de almacenamiento de la cocina. Por eso tengo que pensarlo dos veces antes de tomar una decisión. Me niego a perderte o a solo tenerte como amigo, solo porque ahora mismo desearía verte desnudo. Me importas mucho Emmanuel. Y espero que entiendas.

Emmanuel lanzó un suspiro.— Tú también eres importante para mí.

Samantha — Entonces démonos un poco más de tiempo y pensemos en todo esto. Si.— Lo miro y se acerco hasta rozar su labios y le dio un pequeño beso. Que le avivo las llamas de deseo que tenia por dentro, se alejo y se subio el cierre de la blusa del uniforme.

Emmanuel — No sabes lo mal que que me hace sentir verte hacer eso.

Samantha — Sí lo sé. Tanto como yo por tener que hacerlo. No te levantes.— dijo ella recogiendo el bolso que había soltado cuando él la agarró.— Si te sirve de consuelo, pasaré una noche de mil demonios pensando en lo que habría sucedido si no nos hubiera puesto a pensar.

Emmanuel — No me sirve de nada, cielo.— dijo, levantándose del sofa y acariciarle la cara. — porque a mí me va a pasar igual.

Bueno — Samantha se volvió antes de salir por la puerta.— Mi único consuelo es saber que fuiste tu el que empezo. — Y se fue.

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Norma del Carmen
Pues para estar muy enamorado emmanuel busca muy poco o nada a samantha
alejandra delgado
Buenos días corazón, el capítulo 74 es el final de la historia de Emmanuel y Samantha, en este momento estoy escribiendo la historia de Luis Gaitan y Patricia Mendoza, si quieres conocer la historia de Marcos Duque y Carla Martinez la puedes encontrar en Siempre Juntos.
Marcela Villena
SI!!! ya son novios
VIVIANA CERDA
excelente. por favor autora, necesito el final!
VIVIANA CERDA
no puede ser! no era el capítulo final! ahora a esperar
VIVIANA CERDA
me encantó el capítulo!!! felicidades autora
VIVIANA CERDA
se olvidaron de la cena y pasaron al postre!
Dilegna Rodriguez
Que hermoso capitulo de reconciliación de perdón de ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️😍😍❤️❤️❤️❤️❤️/Drool//Drool//Drool/
Dilegna Rodriguez
No. como va a terminar el capítulo. necesito saber qué pasará con Samantha y Emmanuel 🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔🤔
Dilegna Rodriguez
Si Emmanuel, la verdad son unos buenos amigos, hermanos para alejar cualquier cosa que te pueda dañar. en estos momentos se llama Samantha 💖💖💖
Dilegna Rodriguez
Samantha te lo buscastes!!!! para ellos , Emmanuel es su amigo, su hermano verlo sufrir es una traición muy grande de tu parte por que ellos saben los sentimientos que tiene por ti.. Aléjate un tiempo. libérate de todo miedo e inseguridad que tengas con respecto a establecer una relación de pareja con Emmanuel con el amor de tu vida.💓💖💝😞😞😞
Dilegna Rodriguez
Ya Samantha. ese hombre te ama daría la vida por ti.. te quiere con todo su ser. entrégate con toda la seguridad no te arrepentirás 🥰💖🤩😘💝💝💝🌺🌺💐💐💓💓💓
Dilegna Rodriguez
Estos sentimientos me matan, la ira, la inseguridad estoy al borde del abismo. no quiero morir. pero quiero renacer con la esperanza de un amor puro, limpio.. entonces lloraré hasta limpiar mi alma, corazón. Y esperar para obtener lo que deseo.🤩😘🤗👏😃🥰💝💖
Dilegna Rodriguez
Novio. por Dios. no parece psicologa.. no puede ser el habla de sus sentimientos hacia ella y ella no soltó nada de lo que siente por él 🤔🤔🤔🤔🥺🥺🥺🥺🥺
alejandra delgado
me gusta mucho. es una novela refrescante
Dilegna Rodriguez
Samantha muy buen pensado... ese hombre te ama😘😘😘😘🤩🤩🥰🥰💓💓💓👏👏👏👏👏💖💝
Dilegna Rodriguez
Hay yo pensé que se iban a encontrar en la ciudad. Samantha y Emmanuel... tan Emmanuel le va a pedir matrimonio.💓😘😘🤗🤗😍🌻👏🥰🥰🥰💖💖💖💖💖💖💖
Dilegna Rodriguez
Samantha ya se decidió a estar con Emmanuel sin tapujos👏👏👏👏👏👏. Luis y patricio. tendrán que buscar la manera de conquistar a esas mujeres que se derrite por ellos., van a disfrutar en la playa en pareja💓😍😍🥰🌺💖🤭🤭🤭😋😋👏👏👏
Dilegna Rodriguez
Siiii. al parecer Samantha comenzará a entregar Almay corazón al hombre que le asegura un futuro juntos donde el la protegerá con su propia vida., comienza un camino juntos y a conocerse más aún. me encanta el camino del amor seguro💖🤩😘💝💓😍🥰🌺🍀🌻
Dilegna Rodriguez
waooo. que rico 🤤🤤. vamos a ver si Samantha le abre por completo el alma y el 💓 a este hombre que se derrite por ella...💝💝💝💝💝🥰😍😘🤩💓💓💓💓
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