CASUALIDAD O DESTINO III AMOR INFINITO

La rebeldía es un estado muy común en el ser humano y más en la etapa, de la adolescencia, ahora es el turno de Charlotte, la cual ha terminado la secundaria con 14 años de edad, la familia entera, está al tanto de la decisión sobre qué tipo de bachillerato, elegirá para estudiar, ya que los mayores de la cuarta generación de los Cruz, desde ese momento ya habían decidido que estudiar, eligiendo todos preparatorias que los ayudarían con sus carreras universitarias.

En cuanto a Charlotte, se sentía muy presionada, ya que todos, sus hermanos mayores, habían elegido carreras relacionas, con las ciencias, ya sean médicas, exactas, tecnológicas o incluso sociales, y ella no sabía si seguir esos pasos o tomar su propia dirección, pero temía las reacciones de los miembros de su familia si no seguía un camino similar.

El tiempo se agota rápidamente, una decisión debe ser tomada, la hora de presentar el examen para ingresar al nivel medio superior se acerca cada vez más, incluso la muestra de preparatorias, se había llevado a cabo y a Charlotte hasta ese momento indecisa le llama la atención una escuela que no tiene nada que ver, con las carreras que su familia había aceptado, lo cual le causa más preocupación, ya que teme la reacción de su familia, pero la decisión ha sido tomada y es momento de decirla a todos en la familia.

Charlotte:

Familia, he decidido a que preparatoria, quiero asistir, y si no lo entienden lo comprenderé, pero es mi decisión.

Alondra:

Hija dinos, sea lo que sea te apoyaremos.

Carolina:

¿Será tecnología, ciencias sociales, que será?

Charlotte:

He decidido estudiar artes.

Carolina:

¿QUÉ DICES?, el arte no tiene futuro, necesitas estudiar algo que te sirva para la universidad, elige otra cosa o no lo pagaré.

Alondra:

Amor, tranquila, tiene que ser un error, hija, por favor, no agás este tipo de bromas, dinos en verdad que vas a estudiar.

Charlotte:

No es broma, quiero estudiar artes, la preparatoria que quiero es una donde puedo estudiar lo que me apasiona y de ahí irme a una universidad del mismo estilo.

Carolina:

No puede ser, arruinarás tu vida, estudia otra cosa, o no la pagaré.

Alondra:

Por favor, Charlotte, no arruines tu vida, estudia algo que en verdad te sirva, todos tus hermanos mayores han decidido estudiar, carreras que les aseguran un buen futuro.

Charlotte:

¡SABíA QUE NO LO ENTENDERÍAN! Pero mi decisión está tomada, estudiaré en una preparatoria de arte.

Carolina:

Si insistes en esa tontería no la pagaré o estudias algo que en verdad, te sirva para ingresar a una universidad de verdad o tendrás que pagarlo tú misma y no hay muchos trabajos para estudiantes.

Charlotte:

¡NO ME IMPORTA!, tengo suficiente ahorrado, para pagar mi escuela, además, no necesito que la pagues, el porcentaje de los restaurantes que me dejaron mis abuelos es suficiente, además el fideicomiso que prepararon es para estudiar lo que yo quiera.

Carolina:

Si tienes mucha razón, mis padres te dejaron eso, pero para tu mala suerte, somos tus tutoras legales, y, por lo tanto, podemos disponer de tus bienes hasta que tengas 18 años, así que no te dejaré estudiar esa tontería de arte o estudias lo que nosotras digamos o no estudiaras nada hasta que tengas 18 años y no sobrará nada de tus ahorros.

Charlotte:

No puedes hacerme eso, ese dinero es mío, mis abuelos lo dejaron para mí, más vale que me los des.

Alondra:

Hija, entiéndenos, lo hacemos por tu bien, ahora puede parecerte injusto, pero en el futuro cuando tengas tu título y una carrera exitosa nos lo agradecerás.

Charlotte:

Jamás lo aré,  además mis abuelos pusieron una cláusula en la que nadie puede tocar ese dinero solo nosotros cuando tengamos 18, se puede abonar, pero no sacar absolutamente nada, así que puedo esperar otros 3 años. ser mayor de edad y estudiar lo que quiera.

Carolina:

Así que sabes todo eso, perfecto, pero lo que no sabes es que sin nosotras no tendrás que comer, no pienso mantenerte 3 años más, si no estudias en un bachillerato, que tenga una verdadera carrera o incluso en un bachillerato  general, ni tu madre ni yo te mantendremos y mientras vivas bajo mi techo vivirás bajo mis reglas.

Charlotte:

¡TE ODIO! Solo quieres, controlar mi vida, ya no soy una niña a la que puedas amenazar, soy mi propia persona y puedo tomar mis propias decisiones.

Alondra:

Charlotte, entiéndenos, lo hacemos por tu bien, incluso tus abuelos querrían que estudiaras una verdadera carrera y no desperdiciaras tu inteligencia en una carrera que no te va a beneficiar.

Charlotte:

A sí, que no me mantendrán, e incluso no piensan dejarme vivir en la casa, pues me voy,  tengo la fortuna de tener otra casa y una habitación propia, mis abuelitos de seguro sabían qué arias, algo así por eso su casa es de todos nosotros y de ahí nunca me podrás correr, mis abuelitos si me querían y me apoyarían sin importar qué.

Carolina:

Con que eso crees, pues no te irás y estudiarás donde yo te mande, aún no eres mayor de edad y tendrás que hacer lo que tu madre y yo te digamos, te guste o no.

Charlotte:

No me puede obligar a vivir contigo.

Carolina en un momento de desesperación sujeta fuertemente a Charlotte, quien guiada por la ira se suelta con suma facilidad haciendo uso de las artes marciales que le había enseñado su abuelo Carlos durante tanto tiempo, saliendo corriendo de su casa, llegando en unos minutos a la casa de sus abuelos donde se sentía

comprendida, cuidada y protegida, como si sus amados antecesores todavía estuvieran físicamente ahí.

Al darse cuenta de que sus acciones, habían alejado a su amada hija, Carolina y Alondra se sueltan a llorar desesperadamente, pero sin darse cuenta de lo que habían hecho, ya que creían que Charlotte, había huido solo porque Carolina la había sujetado, y se había espantado, lo cual la llevo a escapar, creyendo que

regresaría cuando su enojo se le pasara.