no me dejas explicarte lo que ocurrió, solamente crees en el palabrerío de la chusma- le dijo ella enervada.
¿qué mentira podrías tener para explicar por qué volviste tan tarde en la noche en brazos de mi hermano, dormida y toda sucia?- le reprocho con firmeza.
sacaste las conclusiones sin siquiera escucharme, no te detendré, al final la verdad no importa- los ojos le ardían, debía irse de ahí mismo antes de que la vieran llorar -escucha bien mis palabras, anulo nuestro matrimonio Eric Black, eres libre de la zorra y casafortunas que tenías de prometida- y sin decir una sola palabra más se alejó corriendo escaleras arriba y encerrandose en su habitación.
los presentes se quedaron impactados con las palabras recién escuchadas, una niña de 16 años había enfrentado a un hombre de 22 y le había cancelado delante de todo el mundo el matrimonio.
¿acaso realmente se daban por vencidos al amor?
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18
Llegue al hotel con la mente pensando en mil cosas por minuto, por suerte para mi Luis aún estaba despierto y con algo de comer esperándome.
Veo por su cara que le fue bien teniente- la verdad no sé que cara tendré, pero de felicidad estoy seguro de que No.
no sé si tan bien como esperaba, pero al menos conseguí decir casi todo lo que necesitaba y saber más de aquello que desconocía- le explique también lo del duelo, a lo que pude ver que estaba demasiado sorprendido.
¿Por qué decide desafiarlo a usted? El día del accidente con el caballo todos escuchamos de boca de su hijo que habían pasado demasiados por aquel cuarto. ¿Acaso le pedirá a todos una satisfacción?- sus palabras me hicieron reír demasiado.
Claro que no, el tema es que si consigue matarme, adquiere todas mis tierras. No es un tipo muy listo si no conoce la reputación que me precede, aunque sé que es tramposo- le dije aun riendo.
¿Pedirá el cambio de pistolas por espadas?- me pregunto serio.
Claro que si, le demostrare porque me llaman el Demonio de Alta mar- pude ver un destello de miedo quizás en sus ojos, por ahí mis palabras habían sido lo suficientemente frías.
Bien, entonces descansemos, mañana será largo- me dijo levantándose de la silla y dirigiéndose a la cama.
Tienes razón, aunque no sé si podré dormir bien- le confesé.
Me alegro mucho de que la señorita Isabella sea la causante de ese insomnio- dijo riéndose.
Ya cállate, mañana será un día arduo, a dormir- dije en tono molesto, por algo él era mi mayor confidente y mi mejor amigo. Me conocía aún mejor que yo mismo.
Descanse teniente- me dijo y cayó en los brazos de Morfeo, debo admitir que a mí me costó un poco más, pero también caí rendido en el sueño. Y como si fuese algo que necesitaba, soñé con ella, con el pasado cuando aún era una pequeña niña que perseguía mariposas, cuando la veía llegar a los bailes con esos sencillos, pero hermosos vestidos y ahora toda una mujer hecha y derecha.
El amanecer nos encontró ya listo para salir al duelo, la verdad era que había dormido poco, pero en paz y eso ya era algo que reconfortaba mi corazón y mi alma. Nos dirigimos a la entrada del bosque, obviamente fuimos los primeros en llegar, luego se hizo presente el juez con el doctor del consultorio y por último Lord Brishop con su testigo. Explique por qué consideraba necesario el cambio de armas y el juez me lo otorgó sin ningún problema.
Me hubiese gustado que el duelo durará un poco más de un par de minutos, pero lo cierto es que en la lucha con espadas y esgrima, tenía un talento bastante notorio y la verdad era que no me costó mucho herir al Lord y dejarlo fuera de combate. Lo que sí nunca más podría disimular, sería el tajo que le deje en su mejilla y que llegaba hasta la mandíbula.
El doctor lo atendió de inmediato y se dio por terminado el enfrentamiento, me acerqué solamente a decirle que no debía preocuparse más por mis visitas a su esposa, ya que, nunca volverían a suceder, aunque admito que en sus ojos había sorpresa, también irradiaba mucho odio.
Nos dirigimos con Luis hasta el pueblo nuevamente, quería ir a ver a Isabella, no solo para que supiera el final del duelo y darle las gracias por su aviso, sino también para invitarla a recorrer el mercado conmigo y así poder pasar un tiempo con ella.
Pero grande fue mi sorpresa al encontrarla fuera del consultorio hablando con ese tal Lord York, si bien era una amena charla, algo dentro de mí se encendía ¿celos? Si quizás era eso. Luis lo noto de inmediato y antes de que yo pudiese hacer o decir algo él ya estaba caminando más rápido para encontrarse con ellos.
Muy buenos días, señorita Isabella- le dijo de forma amigable -quiero darle las gracias por atenderme los otros días. Buenos días, caballero- le extendió la mano al otro hombre.
Muy buenos días, señor, me alegro tanto verlo bien- le contesto ella haciendo una sutil reverencia.
Muy buenos días- dijo el hombre con una sonrisa y devolviendo el saludo con la mano.
Muy buenos días- dije en un tono menos serio y frío de lo que estaba acostumbrado.
Buenos días, Lord Black, es un placer conocerlo al fin. En el pueblo hay muchos rumores de sus grandes asañas, me encantaría algún día invitarlo a mi humilde morada a escuchar de su propia boca aquellas aventuras- dijo sin ninguna maldad aparente.
Claro, sería un placer- podía ver como Isabella se tensaba.
Señorita Isabella, señor Luis, ustedes también están más que invitados. Es más si gustan podría mandar un carruaje hoy en la noche- dijo mirando a Isabella y yo me encendía nuevamente.
Si los señores no tienen problema, arreglaré todo para estar libre yo también- dijo mirándome a mí y a Luis.
Claro será un placer ir, podremos contar muchas cosas- dijo Luis adelantándose a mi respuesta.
Entonces está decidido, a las siete de la tarde mandaré el carruaje aquí, los esperaremos ansiosamente- dijo y luego se marchó.
Si me disculpan caballeros yo también tengo trabajo que terminar- dijo Isabella haciendo una reverencia y adentrándose en el consultorio.
Emprendimos camino al hotel, pero aún debía saber por qué mi camarada había aceptado en mi nombre.
¿adónde quieres llegar?- le dije sabiendo que entendería perfectamente mi pregunta.
Bueno, usted desea saber que intenciones tiene ese hombre con la señorita y nada mejor que conocer todo de él- tenía razón, su razonamiento era sumamente claro como el agua más cristalina. Si nosotros íbamos podría saber si él estaba cortejando a Isabella.
Bien- dije en tono serio.
De nada, teniente- me dijo riendo.
Recorrimos un poco el pueblo, fui a varios embarcaderos donde realizaba antes negocios mi padre, terminamos almorzando en un puesto callejero y seguimos trabajando con aquellos negocios atrasados. Regresamos por la tarde al hotel, era momento de descansar un rato y luego asearnos para la cena de la noche. Obviamente, iríamos con los trajes de fiesta de la marina, ya que, siendo sinceros no había llevado demasiada ropa de gala, porque había pensado en volver rápido a mi casa.
Diez minutos antes de las siete de la tarde, nosotros ya estábamos listos esperando fuera del consultorio. Isabella salió poco después con un hermoso vestido de color lila, unos guantes impecablemente blancos cortos con encaje en sus muñecas y una carterita haciendo juego.
Se ve hermosa, señorita Isabella- le dije aún con las palabras atoradas en mi garganta.
Muy buenas noches caballeros, se encuentran ambos muy exquisitamente vestidos- dijo haciendo reverencia y sonriendo.
Iba a decirle algo más, pero el carruaje llegó puntual a buscarnos. La ayudé a subir y luego nos subimos nosotros, en el camino Luis le sacaba charla mientras yo me limitaba a mirar todas sus facciones y expresiones, simplemente era la mujer más hermosa que había visto.
Sería maravilloso que Isabella no terminara kn él no la merece