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El Legado De La Villana

El Legado De La Villana

Status: En proceso
Genre:Escuela / Viaje En El Tiempo / Viaje a un mundo de fantasía / Supersistema / Espadas y magia / Villano
Popularitas:25.3k
Nilai: 5
nombre de autor: KITSUN3

Cuando despertó, Casey descubrió que había viajado a un mundo diferente, pero ¿qué pasó con este cuerpo? El recuerdo de la propietaria original surgió en su mente.

¿La novia de la infancia fue golpeada por mí, su novio vendrá para buscar venganza?
Esta trama es tan familiar.

¡Ding! %10... %59... %100

【Se activa el sistema de favorabilidad.】
Afortunadamente, he despertado el sistema de favorabilidad.

¡Cuanta más favorabilidad obtenga, mayores serán sus recompensas!

【Estás a unas horas de morir】

¿El protagonista está realmente a mi lado y yo soy en realidad la villana?
Estaba a punto de llorar pero no tenía lágrimas.

【Las recompensas han llegado...】

Casey: En realidad creo que este papel me queda bien~

Entonces "ella" no tuvo más remedio que... emprender un camino sin retorno.

"¡¿Es así cómo se siente el amor a primera vista?!"

"Quiero toda su información dentro de una hora"

Después de quitarle toda la lana al protagonista, 'finge su muerte y se va'.

¡No vengas!

NovelToon tiene autorización de KITSUN3 para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 18: ¿Te vas?, Revelación. Momento de relajación

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La lluvia empezaba a caer lentamente.

Alexander se encontraba en su auto cuando vio a su prometida arrodillada en el suelo, desplomada y vulnerable.

El corazón de Alexander se llenó de temor al verla en ese estado y, sin dudarlo, salió corriendo impulsivamente hacia ella sin tiempo de pensar correctamente.

Al acercarse, se sintió abrumado por la culpa al recordar que su intervención había desencadenado esta cadena de eventos que la habían llevado al sufrimiento.

Con timidez, se acercó a ella, quien levantó la cabeza y lo miró con tristeza.

Sus lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia, creando un paisaje desgarrador.

"¿Vienes a burlarte?"

Susurró Casey con voz entrecortada, revelando su vulnerabilidad y dolor.

Alexander negó con la cabeza y, con un gesto de compasión, extendió su mano para ayudar a levantarla, la abrazó en un intento de consolarla.

Casey, sumida en la tristeza, aceptó su abrazo y se desahogó entre sollozos, liberando toda la angustia y la decepción que la embargaban.

"Él me dejó plantada, lo estuve esperando durante mucho tiempo y no llegó. No me ama"

Confesó Casey con un dolor profundo en su voz, compartiendo su corazón roto con su prometido.

Alexander acarició suavemente su espalda en silencio, sintiendo el peso de la culpa en su conciencia.

Quería confesarle la verdad, admitir que fue su intervención lo que impidió que su amante llegara, pero se quedó callado, atormentado por su cobardía y su complicidad en el dolor de su prometida.

"Soy tan miserable, ¿por qué no llegó?"

Lamentó Casey entre sollozos, expresando su dolor y su confusión ante la decepción que la atormentaba.

La observó en silencio sin saber que decir para consolarla.

Después de unos momentos se separaron del abrazo.

Alexander recobró los sentidos y se sorprendió al notar la ropa empapada de Casey, que se adhería a su esbelta figura de una manera seductora.

A pesar de considerarse un caballero, no pudo evitar sentir la atracción y el deseo que surgían al contemplarla en esa situación.

Con un gesto rápido, se sacó su traje y se lo ofreció a Casey, procurando protegerla del frío que empezaba a calar sus huesos.

Casey, aún sumida en la tristeza y la confusión, aceptó con gratitud, susurrando tímidamente.

"G-gracias"

Alexander desvió la mirada, sintiéndose avergonzado por la intensidad de sus propios sentimientos, y respondió con humildad que no era nada.

Con un gesto de preocupación, Alexander sugirió refugiarse del fuerte aguacero que caía.

Juntos, se dirigieron a su auto, buscando un respiro y un poco de calma en medio de la tormenta que los envolvía.

Al llegar al vehículo, encontraron un refugio momentáneo donde el calor del auto y la cercanía entre ambos brindaban un consuelo en medio del frío que los rodeaba.

Mientras el auto avanzaba por la carretera, Casey apoyó su cabeza en la ventanilla, dejando caer lágrimas silenciosas.

Aunque intentaba ocultar su dolor, quizás olvidó que su reflejo era visible a través de la ventana.

Alexander la observó en silencio, respetando su intimidad y evitando cualquier gesto que pudiera avergonzarla aún más.

Porque creía que una orgullosa hija como ella no permitiría que la vieran en un estado tan vulnerable.

Con delicadeza, le colocó una manta sobre su cabeza, procurando brindarle un poco de consuelo.

Los hombros de Casey temblaban levemente, revelando la carga emocional que llevaba en su interior.

Mientras la lluvia seguía cayendo, Alexander se concentró en conducir por la carretera, rodeado de un paisaje envuelto en sombras y reflejos de luz difusa.

La lluvia golpeaba el parabrisas con una cadencia monótona, creando una atmósfera de desolación en el entorno.

El paisaje se desdibujaba entre la neblina y las gotas de lluvia, las luces de los faros de los autos que pasaban se reflejaban en el asfalto mojado, creando un juego de luces y sombras que añadía un toque de misterio.

El sonido de las gotas de lluvia golpeando suavemente el techo del auto se mezclaba con el susurro del viento, creando una sinfonía.

Después de conducir durante un buen tiempo, Alexander finalmente se estacionó frente a un lujoso hotel.

Con determinación, se bajó del auto y se acercó a Casey, quien había permanecido en silencio durante todo el trayecto.

Con cuidado, levantó la manta que cubría su cabeza y la encontró dormida, tenía lágrimas en las comisuras de sus hermosos ojos.

Movido por la ternura y la compasión, Alexander decidió cargar a Casey en sus brazos para llevarla al interior del hotel.

Le cubrió su rostro con la manta para proteger su identidad y evitar posibles rumores o problemas.

Con paso decidido, entró por la gran entrada del hotel, atrayendo las miradas curiosas y sorprendidas de las personas presentes.

La presencia imponente y atractiva de Alexander no pasó desapercibida, su figura alta y apuesta capturó la atención de todos los presentes al ingresar en silencio con Casey en brazos.

A pesar de las miradas intensas y los murmullos que surgían a su paso, su única preocupación en ese momento era encontrar una habitación donde pudieran descansar y recuperarse.

Dirigiéndose a la recepción, Alexander solicitó dos habitaciones para ambos.

Los trámites se resolvieron rápidamente y pronto tuvo en sus manos las llaves de las habitaciones.

Con determinación, subió las escaleras en busca de los alojamientos asignados.

Al llegar a la primera habitación, cuidadosamente recostó a Casey en la cama, asegurándose de que estuviera cómoda y segura.

La tranquilidad de la habitación y el suave murmullo de la lluvia en el exterior creaban un ambiente de paz y serenidad, ofreciéndoles refugio temporal.

Alexander se encuentra en un dilema al observar a Casey dormida.

Su cuerpo, en reposo, emana una sensualidad que contrasta con la fragilidad de su estado dormido.

Con un nudo en la garganta, Alexander traga saliva antes de dejar que su mirada recorra cada centímetro del cuerpo de Casey con una mezcla de deseo y vergüenza.

Desde sus pies, sus muslos esculpidos, su cintura delicadamente curvada, su mirada asciende lentamente, deteniéndose en cada curva y detalle que componen la belleza única de su prometida.

Mientras Casey duerme serenamente, su rostro refleja una paz que contrasta con la tormenta emocional que agita el corazón de Alexander.

Avergonzado por sus propios pensamientos y deseos, se prepara para retirarse, pero un gesto inesperado de Casey lo detiene.

Sosteniendo su mano débilmente, ella le hace una pregunta cargada de tristeza y anhelo, revelando la profunda herida que lleva en su interior.

"¿Tú también me dejarás sola?"

Susurra Casey con una voz entrecortada por las lágrimas, desvelando la vulnerabilidad y la soledad que la aquejan.

Alexander se siente abrumado por la carga de sus palabras, sin saber cómo consolarla o qué decir ante su dolor.

"Comprendo, sé que no sientes amor por mí y quizás sea lo mejor. Ya estoy acostumbrada, primero fue mi madre, luego mi hermano menor murió, seguido por mi mascota, un amigo me dió la espalda, y finalmente mi amado me dejó ahí esperándolo"

Murmura Casey.

Las confesiones sobre las pérdidas y abandonos que ha sufrido a lo largo de su vida resuenan en la habitación.

Su voz entrecortada y llena de dolor revela la carga que lleva en su corazón.

"No me iré, solo quería tomar una ducha y cambiarme. También deberías hacer lo mismo porque te podrías resfriar"

Resuena su voz ronca y magnética.

Casey con la mirada triste, niega con la cabeza.

Sintiendo su cuerpo enfriarse de manera repentina, sus ojos se abrieron.

Una hemorragia nasal sorpresiva hace que la sangre viva brote mientras tose.

En un acto de urgencia, Casey le solicita mentalmente al pequeño sistema recrear una copia idéntica de su anterior pañuelo y colocarlo en su bolsillo, a pesar del alto costo en puntos de favorabilidad.

Con un asentimiento, el sistema cumple su solicitud silenciosamente, permitiendo que su anfitriona se limpie la sangre con el pañuelo.

Alexander estaba consternado por la repentina enfermedad de su prometida, se preparaba para llamar a la ambulancia.

Sin embargo, Casey lo detiene, negando con la cabeza mientras se seca nuevamente la sangre con el pañuelo.

"Necesitas un doctor"

Ante la insistencia de Alexander por buscar ayuda médica, Casey revela la urgencia de su situación y la limitación de su tiempo, mientras se seca su sangre.

"Esto... es demasiado para procesar"

Después de terminar de hablar Alexander nota con sorpresa su pañuelo, desencadenando una serie de preguntas y sospechas en su mente.

"¿Por qué me estás mirando tan fijamente? ¿Tengo algo en el rostro?"

Pregunta avergonzada por la intensidad de su mirada.

Alexander movido por la curiosidad busca una explicación sutil sobre la procedencia del accesorio.

Porque él desde que llegó del extranjero, buscó incansablemente el origen del pañuelo pero nunca pudo encontrar nada.

"Ah, este pañuelo lo hice yo misma. En mi familia tenemos una tradición, desde pequeña nos hacen bordar dos pañuelos, pero yo hice tres jeje, uno lo perdí hace años atrás, el otro se lo regalé a un amigo y este es el único que me queda"

Responde Casey con una sonrisa tímida.

Alexander se queda boquiabierto.

Todo en lo que creía se empezaba a desmoronarse en un instante.

La idea de que Casey sea su salvadora lo sumerge en un mar de pensamientos confusos y emociones encontradas.

Después de un momento de asombro, Alexander respira profundamente para aclarar sus pensamientos.

Con nerviosismo y un destello de esperanza en sus ojos, se atreve a formular la pregunta que lo inquieta.

"¿Años atrás salvaste a un niño que se estaba ahogando?"

Preguntó con voz temblorosa y anhelante.

Casey, sorprendida por la precisión de la pregunta, abre los labios en asombro y recuerda aquel evento con claridad.

"¿Cómo lo sabes, me investigas? En ese entonces era demasiado joven, me perdí y luego escuché su voz, lo salvé y me fuí corriendo para cambiarme de vestido. Cuando regresé lo encontré acompañado por una niña"

Respondió con una mezcla de sorpresa y nostalgia en su voz.

"¿No te gustaría volver a verlo?"

Casey, con una expresión pensativa, responde con sinceridad.

"Yo no lo sé, cuando lo busqué no pude encontrarlo, pero era un niño muy lindo, supongo que creció y se casó"

Alexander se sonrojó levemente ante los elogios de Casey.

...

El pasado de Alexander se despliega ante sus ojos en un flashback que lo transporta a un momento crucial de su infancia, donde una experiencia traumática marcó su vida de una manera profunda.

En el recuerdo, un niño pequeño y delgado, con su rostro marcado por una mancha negra, se ve envuelto en un incidente que lo lleva al borde de la tragedia.

Vestido con elegancia pero con la angustia reflejada en sus ojos, el niño se resbala y cae al estanque, sumergiéndose en el agua mientras la desesperación lo consume.

"¡Auxili...oo!"

Clama el pequeño Alexander, luchando por mantenerse a flote y buscando ayuda en vano.

Sus pensamientos se tornan pesimistas, llenos de autorreproche y tristeza.

Su visión se nubla, el agua lo envuelve y la sensación de ahogo lo abruma, llevándolo al borde de la inconsciencia.

En un momento crítico, una mano pequeña lo sujeta, sacándolo del agua y llevándolo hacia el césped, donde pudo sentir una sensación suave y cálida en sus labios.

En la orilla, el niño recupera el aliento.

A pesar de su debilidad y la visión borrosa, logró levantar su mano y deslizarla por la cintura de su salvadora.

Al menos me habrías dicho tu nombre.

Reflexiona con una mezcla de ironía.

Alexander regresa a sus sentidos, dejando atrás los recuerdos del pasado para dirigir su atención hacia Casey con ternura y preocupación.

"¿De verdad no quieres que te lleve al hospital?"

Sugiere, preocupado por la salud de su prometida.

Sin embargo, ella responde con calma que estará bien y que solo necesita una ducha y descansar.

Ante su respuesta, Alexander asiente, sintiéndose aliviado y confundido.

"Nos vemos mañana"

"Está bien, adiós Alex"

...

Minutos después, sonó un suave golpe en la puerta de su habitación y se acercó para abrir, encontrándose con una joven que traía ropa para ella.

La joven entrega las prendas con respeto y luego hace un reverencia antes de retirarse, dejando a Casey con la ropa nueva en sus manos.

Casey observa las prendas con curiosidad antes de decidir entrar a la ducha, porque no entendía como era que sabía sus medidas.

...

En la privacidad del baño, al abrir la llave las cálidas gotas de agua acarician su piel con suavidad y delicadeza.

Se da cuenta de que no hay jabón ni shampoo a su alcance en la ducha.

Decidida a completar su rutina de baño de manera adecuada, se toma un momento para buscar en el estante de la ducha.

Con cuidado, Casey aplica el jabón en su esponja y comienza a frotar suavemente su cuerpo.

Con movimientos circulares, se asegura de cubrir cada parte de su cuerpo.

Toma el champú y aplica una pequeña cantidad en la palma de su mano.

Masajea suavemente el shampoo en su cuero cabelludo, disfrutando de la sensación relajante de sus dedos masajeando.

Una vez que ha enjuagado completamente el jabón y el champú, Casey se siente renovada y fresca.

Sale de la ducha y se envuelve en una suave bata, lista para continuar con su rutina de cuidado de la piel.

Con delicadeza, comienza su rutina de skincare, aplicando productos hidratantes y nutritivos en su rostro para mantenerlo suave y radiante.

Al finalizar su rutina de skin care, se sintió rejuvenecida y lista para descansar.

Caminó con pasos ligeros hacia su cama.

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PhantomD00
Demasiado interesante.
PhantomD00
Está excelente
🌟Andy Munf
Lo de las lindas gatitas fue literal 🤣 🤣 🤣
🌟Andy Munf
No todas las recompensas son buenas.
🌟Andy Munf
Ojalá fuera tan fácil adquirir habilidades, culinarias o no.
Lizani Dias
Excelente
🌟Andy Munf
Yo también.
PhantomD00
Es muy buena esta historia, la verdad.
Lisa Estigarribia
eso es verdad escritore...lo.negro que sale del♥️es lo contamina todo
Lisa Estigarribia
oooh
🌟Andy Munf
El karma siempre encuentra su camino.
🌟Andy Munf
"Era un niño muy lindo"... ya con eso lo terminó de conquistar por completo.
🌟Andy Munf
Tenía que ser uno solo para efecto dramático.
🌟Andy Munf
Y mucho...
🌟Andy Munf
Rescate perfecto.
🌟Andy Munf
Pobre Lily. Que horrible es terminar en problemas debido a la ignorancia de los demás.
🌟Andy Munf
El bien y el mal, al igual que los conceptos de héroe y villano, son relativos.
🌟Andy Munf
Todo tiene un propósito a menos que no lo tenga /Facepalm/
🌟Andy Munf
Yo quiero un Asher.
🌟Andy Munf
El nombre de Asher me gusta mucho.
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