El Rey Demonio Y La Princesa Hada

En el castillo había mucho movimiento, a demás de celebrar el compromiso del rey y la princesa, ésta última se mudaría después de la fiesta, al palacio de la reina. Al haber transcurrido tantos años desde que la reina Aradia lo utilizó, el palacio se mantenía atendido, pero no estaba preparado para habitarse, por lo que los sirvientes le daban los últimos cuidados necesarios para estar disponible para la princesa.

Áine caminaba por los pasillos junto a Aerin, los príncipes buscaban una excusa para que Amelia los acompañara, y la pelirrosa creía ya saber cómo hacerlo. Se gira hacia su hermano y le dice algo al oído y éste mueve la cabeza con un sí. Caminan en busca de la rubia y al encontrarla leyendo, los jóvenes se miran.

- Buenos días, primita, jamás pensé verte con un libro en la mano nuevamente.- La aludida deja de leer y los mira con una sonrisa.

- Buenos días, primos ¿en qué puedo ayudarles?- Aerin le sonríe.

- Primita, queríamos que nos acompañaras al palacio de la reina para revisar los últimos detalles. ¡Ay! A veces extraño mi móvil, con él todo era más fácil.- dice fingiendo aflicción- con uno en mis manos no tuviera que usar una lista impresa para revisar la información.

Amelia lo mira interrogante, parecía no entender. La rubia se levanta y deja el libro en la mesa.

- Primo, estás tan raro, no sé de qué me hablas, ¿móvil, qué es eso, acaso los magos o los alquimistas crearon un objeto mágico nuevo?

Los hermanos se miran, no podían creerlo. Áine se preguntaba, si Amalia no era una reencarnada como ella, no entendía ¿qué le había pasado a la chica? Todo era muy sospechoso.

- Amelia, hablemos sin rodeos- la princesa se acerca a su prima.- ¿Dime qué te pasó realmente después de la caída por las escaleras? Éste cuentecito tuyo, no me lo creo.

Aerin no esperaba que su hermana fuese a ser tan directa sobre el tema, aunque no iba a negar que también tenía curiosidad. Amelia la mira extrañada, la chica no entendía qué pasaba, o al menos eso era lo que quería aparentar, y entonces habla muy bajito, casi imperceptible.

- Al parecer una no puede cambiar, qué molestia- la chica mira a su prima- Áine, entiendo que en el pasado tuvimos nuestras diferencias, pero digamos, que soy una nueva versión, quisiera que me perdonaras por ello- se le acerca y la toma de las manos, Áine siente un escalofrío y la mira- ¿pudieras perdonar a esta tonta prima tuya?

Áine la mira con recelo, todo estaba demasiado extraño, y su instinto le decía que mantuviera distancia de la rubia. Se aleja y le suelta las mano.

- Amelia, no te voy a odiar por lo que hiciste, dicen que rectificar es de sabios, pero no me pidas ser amigas, pues eso no va a pasar.- Áine le da la espalda y toma del brazo a Aerin para irse, pero antes le dice- y será mejor que no juegues a ser la chica buena, ¡Ah! Y mucho menos con los sentimientos de Dorian, esto no es una advertencia- la mira con el filo de los ojos- esto es una amenaza.

Los invitados llegaban, y es presentado uno de los que se esperaba su presencia. El vocal hace la presentación.

- El Rey de Heavening, Uriel Heaven hace su entrada.

Los presentes lo miran, los demonios lo hacen con resentimiento, mientras que el resto de seres mágicos se le acercan para saludar. Los primeros son los reyes de Azavil, ya se conocían, hacía unos años se había firmado un tratado de paz entre sus reinos y la cordialidad aún existía. Hacen una inclinación de las cabezas en señal de respeto y conversan. Después de un tiempo pequeño, son anunciados los homenajeados.

- El Rey de Hellion, Xander Darkstar y la Primera Princesa de Azavil, Áine Forest hacen su entrada.

Los jóvenes entran tomados de la mano, se veían felices. Caminan hasta el centro y el rey se prepara para hablar.

- Damas y caballeros, sean bienvenidos todos. Esta noche es muy especial para mí- Xander mira a Áine- quiero presentarles a la futura Reina de Hellion, la ahora Primera Princesa de Azavil, Áine Forest- le besa el dorso de la mano y ambos sonríen, los invitados aplauden y se les acercan para felicitarlos y conocer a la princesa.

Un ángel elegante y atractivo, de cabellos rojo, ojos azules y mirada misteriosa se les acerca. Hace una inclinación de la cabeza y los saluda. El hombre toma la mano se Áine y le besa el dorso de forma galante, Xander aprieta los puños, sabía que era una provocación; Áine también sabía que era con malicia, pero no quería crear un conflicto ese día.

- Majestad, tiempo sin verlo.- el ángel la mira descaradamente y le responde.

- Debo decir que verla ahora ha sido como una brisa fresca- Xander lo mira con odio y Áine le acaricia la mano para calmarlo- majestad, usted se lleva un tesoro preciado.

- Gracias- Xander responde de forma sobria- no todos tenemos esa fortuna.- el demonio le pasa el brazo por detrás de la cintura a la chica y la acerca a su dorso, el ángel trata de disimular, pero eso lo había molestado.

- Ciertamente, espero pronto puedan visitarme, aunque tengo algunos invitados ahora mismo, creo que su presencia sería del agrado de todos.

- Será para nosotros...- Áine hace una pausa buscando las palabras correctas- una experiencia interesante, majestad, ahora si nos lo permite, tenemos que abrir el baile.

La princesa suelta un suspiro al alejarse del Rey Ángel. El ambiente se había sentido cargado, Xander se mantenía callado.

- ¿Acaso mi demonio sintió celos?- el azabache no responde y mira hacia un lado, Áine se ríe bajito- pues creo que sí.

Xander sigue sin decir nada, realmente se había molestado con el Rey Uriel y sus indirectas hacia la princesa. La chica le sonríe y todo pasa a segundo plano, verla lo tranquilizaba. Caminan hasta el centro, él la sostiene con una mano en la cintura, ella coloca una en su hombro, y las manos libres se entrelazan para así iniciar un suave baile. Él se le acerca para susurrarle al oído.

- Estás muy bella ésta noche- y le dice aún más cerca del oído- pero sin ropa te ves mucho mejor.

Áine se sonroja y siente como su piel se eriza. Los jóvenes bailaban y su coordinación era perfecta, como si llevaran años juntos. Eran la pareja más llamativa del lugar.

Una vez terminan, se hacen una reverencia y dan paso al resto de los asistentes a danzar. Dorian saca a bailar a Amelia, y la princesa que lo ve, agacha su cabeza con decepción.

- ¿Pudiera la demonio más bella de éste sitio, concederme ésta pieza?- Aerin se inclina y extiende la mano a la princesa, ella duda, pero accede.

Aerin la lleva a la pista de baile donde otras parejas ya iniciaban la danza. El joven la guía con delicadeza y seguridad, se le acerca un poco, cerrando la distancia que tenían y la halaga con bellas palabras. Xadie sonríe feliz, no se esperaba que el pelirosa la invitara a bailar y que a demás, lo hiciera tan bien. Ya la chica había olvidado su tristeza y se sonrojaba con los comentarios divertidos del príncipe.

La pieza finaliza y las parejas se detienen dando paso a otra tonada, nuevos bailarines se suman, y algunos dejan la zona de baile. Amelia le había dado las gracias a Dorian y se había alejado buscando la mesa de las bebidas.

- Buenas noches, Lady Amelia- la chica se asusta y se voltea, pero se sorprende al ver que quien le hablaba era el Rey Uriel.- no quería molestarla ni perturbarla, pero debo decirle un mensaje de una persona muy querida por usted- dice el hombre con frialdad, la chica tiembla levemente al escuchar sus palabras.

- Disculpe, majestad, no comprendo, aquí están presentes todos los que me importan.- la rubia trata de alejarse, pero él se le interpone sin que nadie lo note.

- Lady, será mejor que me escuche, pero hablemos en otro lugar- habla más bajo- aquí alguien pudiera enterarse de lo que tengo que decirle, y eso sería lamentable.- la chica quería marcharse, pero el ángel la sujeta por el antebrazo y la aparta.

A lo lejos Dorian había visto todo, se acerca a un sirviente y le dice algo por lo bajo, éste asiente y se marcha. Áine también había visto la escena, arruga la frente y se queda pensativa.

- Alteza, felicidades, pero con esa expresión pareciera que no está feliz, ¿tendrá algo que ver con que se enteró de que los ministros no la desean ver en el puesto de reina?- Lady Luci se acerca con tres chicas más.

[La que faltaba] Piensa Áine mientras ve a la albina con una sonrisa en su rostro.

- Lady Bifrons, muchas gracias, aunque creo que no está usted bien enterada- la mira- el rey aceptó que yo analice junto a él, si los actuales ministros están cumpliendo bien sus funciones, y en el caso de que no sea así, se prescindirá de ellos, o él.- la mira con superioridad y entonces finge preocupación- ¡Oh, vaya! ¿Qué le sucedió, usted no se habrá...?- Áine le señala el cuello y se tapa la boca fingiendo inquietud. Las chicas que estaban al lado de Luci la miran preocupada.- Lady Luci- le toma las manos- si necesita mi ayuda, aquí estoy en lo que necesite.

Luci estaba roja de la ira, necesitaba romper algo, sus planes para hacer quedar mal a la princesa se habían volteado, y todo por culpa de la pelirrosa. Se aleja furiosa dejando a sus acompañantes con Áine murmurando sobre lo que habían visto.

La albina sale al jardín y patea un arbusto, luego aplasta una flor con su mano. Una voz melosa la asusta, cuando se voltea a ver, el ser desde la penumbra la llama.

- Venga, señorita, yo la ayudaré a que ese trono sea suyo- y le tiende la mano.

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Holaaaaaaas 👋 chic@s, bueno, ¿será o no será una reencarnada Amelia ahora? ¿Qué le habrá dicho el Rey Uriel a la chica? ¿Quién llamó a Luci a la oscuridad? 😆 L@s dejé con muchas interrogantes, ¿verdad? Estaré leyendo en los comentarios sus teorías, siempre son muy creativ@s 🤭 Muchas gracias por seguir leyendo mi novela 🥰

Chau Chau 😚❤️