Defendiendo y aprendiendo de mis decisiones.
Estoy llegando a una edad donde tengo que tomar decisiones importantes en mi vida.
¿Que haré?
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Capitulo 18
Me sentía nerviosa mientras caminaba por los brillantes pasillos de la oficina. Después de una semana agitada en la que su hijo Francisco estuvo enfermo y su querido perro Sherkan sufrió un accidente, finalmente estaba lista para volver al trabajo. Sin embargo, algo dentro de ella se sentía inquieto, una sensación de ansiedad que no podía sacudirse.
Al llegar a su escritorio, Beige se sentó con una taza de café humeante y comenzó a revisar sus correos electrónicos. Sin embargo, cada vez que intentaba concentrarse en su trabajo, su mente se desviaba hacia lugares oscuros. Recuerdos de situaciones pasadas que pensaba que estaban ya superadas, momentos de duda y ansiedad, comenzaron a resurgir en su mente de manera inesperada.
Marco, quien estaba sentado a su lado, notó la expresión preocupada en el rostro de Beige. "¿Estás bien?", preguntó con suavidad, poniendo una mano reconfortante sobre la suya.
Beige asintió débilmente, forzando una sonrisa en su rostro. "Sí, solo estoy un poco cansada", mintió, sintiéndose culpable por preocupar a su esposo con sus propias inseguridades.
Pero por dentro, Beige se sentía como si estuviera perdiendo el control. Las dudas comenzaron a nublar su mente, alimentadas por el estrés de los eventos recientes. ¿Era lo suficientemente buena como abogada? ¿Estaba haciendo lo correcto al equilibrar su carrera y su familia? ¿Y si algo salía mal?.
A medida que el día avanzaba, la ansiedad de Beige se intensificaba. Cada tarea parecía abrumadora que la anterior, cada interacción social, una prueba de sus propias habilidades. Trató de mantenerse ocupada, sumergiéndose en su trabajo para evitar enfrentar sus miedos, pero era inútil. Las voces críticas en su cabeza se volvían cada vez más fuertes, ahogando cualquier atisbo de confianza que intentara aferrarse. No entendía lo que me pasaba, esta no soy yo.
Finalmente, en un momento de debilidad, Beige se levantó de su escritorio y se dirigió al baño. Se encerró en uno de los cubículos y dejó que las lágrimas fluyeran libremente. Se sentía atrapada en un torbellino de emociones, incapaz de escapar de sus propios pensamientos negativos. Mientras tanto, Marco comenzaba a preocuparse cada vez más por su esposa. Le preguntó a Laura si sabía qué le pasaba, pero ella tampoco sabía. Le comentó que había salido hace rato para el baño. Notó su ausencia prolongada y decidió ir a buscarla. Se levantó de su escritorio y caminó hacia el baño, esperando encontrar a Beige allí y saber que ocurría.
Cuando entró, escuchó sollozos ahogados que venían de uno de los cubículos. Su corazón se hundió al darse cuenta de que Beige estaba sufriendo en silencio. Se acercó con cuidado y tocó suavemente la puerta del cubículo.
"Beige, cariño, ¿estás bien?", preguntó con voz preocupada.
Hubo un momento de silencio antes de que Beige respondiera, su voz temblorosa por el llanto. "No, Marco, no estoy bien", admitió con honestidad. "Me siento abrumada, como si no pudiera controlar mis propias emociones. Esto no me pasaba desde mi adolescencia, cuando me sentía sola, pero con miedo de acercarme a los demás."
Marco se sintió impotente al escuchar las palabras de su esposa. Sabía cuánto había luchado contra sus propias inseguridades en el pasado, y verla sufrir de esa manera lo rompió por dentro. Se arrodilló junto a ella y la abrazó con fuerza, ofreciéndole todo el apoyo y amor que podía reunir.
"Estoy aquí para ti, Beige", murmuró, acariciando suavemente su cabello. "Siempre estaré aquí para ti."
Beige se aferró a él con desesperación, encontrando consuelo en el calor de su abrazo. A medida que las lágrimas comenzaron a disminuir, sintió una sensación de alivio al saber que no tenía que enfrentar sus miedos sola. Con Marco a su lado, sabía que podía superar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.
Después de un momento, Beige se secó las lágrimas y se levantó del suelo con determinación. Aunque sus inseguridades aún persistían, se sentía más fuerte sabiendo que no estaba sola en su lucha. Tomó la mano de Marco y lo miró a los ojos con determinación.
"Gracias por estar aquí para mí", dijo con sinceridad. "Voy a superar esto, lo prometo."
Marco le devolvió la mirada con una sonrisa amorosa. "Siempre estaré aquí para ti, Beige", aseguró, apretando su mano con firmeza. "Juntos, podemos superar cualquier cosa."
Pero Marco tomó la decisión, de pedir una cita médica.no es normal esto.
¿Cómo te estás sintiendo ahora que has terminado?