El Diario De Supervivencia

Ashleigh

Leí los relatos rápidos, pensando que quizás alguno decía algo sobre el cómo poder salir aquí, pero el segundo escrito ni siquiera lo podía leer, ya que le hice caso a Adrienne y respecte su muerte, no iba a leer algo que ella no quisiera, solo leí su historia, nada más. Su relato fue igual que al de Jerry, tal parece que sin poder ver nada, solo siendo encerrada en aquel lugar que desconozco. Charlott me quito el diario de las manos para esta vez leer ella en silencio, puesto que empezó a leer las partes fuertes, pero de nada le sirvió, ya que confirmo que no había nada. Luego leyó en voz alta el otro que nos quedaba, fue horrible escuchar todo lo paso con la hermanita de quien fuera que estaba escribiendo, al principio, mi cerebro imaginaba que era un chico de dieciocho años o menos, pero conforme Charlott iba leyendo, el relato se volvía más extraño, hasta que finalmente se reveló que se trataba de él, pero... ¿Quién era él?, nosotros pensamos que es Kefor, pero a veces hay nombres que se escuchan como Todd, luego Windi, ahora descubrimos que, quien escribió esto, tal parece que se llama Jaques, ¿Quiénes son todos ellos?, no lo entiendo, pero es de lo que menos me concentro ahora, ahora estoy más concentrada es en que el diario no tiene una mierda para ayudarnos.

—No hay nada—dijo Charlott, siendo bastante destacable su enojo, hasta tal punto de lanzar el diario al sueño. Nunca la vi así en toda mi vida y eso que llevamos mucho tiempo de amistad.

—Tranquila Charlott... Si ya terminamos aquí, vamos por Brian para salir—intente animarla, mientras tomaba el diario de nuevo pasando hoja por hoja, pensando que quizás halla algo más que podría ayudarnos. Era una esperanza estúpida, pero bueno, como siempre, prefiero las malas esperanzas que aceptar la realidad, como lo estuvimos haciendo desde que paso toda esta mierda.

—No, no vamos a buscar a Brian, él sabe que-

—y tú también sabias lo que le podría pasar a Randy, pero no, preferiste dejarlo solo—le interrumpí molesta, ya que sé que Charlott es mi mejor amiga y que siempre es muy razonable en esta clase de situaciones, pero ahora no puedo pensar que tiene razón, ella dejó a Randy solo aun sabiendo lo que pasaría, y si no lo hubiera dejado solo, Brian no estaría poniendo su pellejo en peligro.

—¿Me estás echando la culpa de lo que paso?—me pregunto con incredulidad.

—No, solo te estoy diciendo tu error, yo si iré a buscar a Brian y si tú no quieres, entonces quédate, no voy a dejarlo solo—respondí mirando a Charlott, la cual tenía el ceño fruncido. Ella soltó una risa sarcástica y negó con la cabeza.

—Increíble, fui a buscarlos y Randy no quería por tener miedo, ¿Acaso es mi culpa ahora?, le dije que me iría, él podría haber venido conmigo.

—Pero no lo hizo, y tú, aun sabiendo eso, seguiste caminando sin importarte lo que le pasara, ¿Acaso no es tu culpa ahora?.

Siempre me quejaba de la pelea de los demás, de la pelea de Lisa con cualquier persona, de la pelea de Brian y Dom, la pelea de Dom y Randy, Randy y Brian también tuvieron una pelea, supongo que Charlott también tuvo una pelea con Randy cuando estaban escondidas, la última pelea fue de Brian y Charlott, ahora yo soy la que se involucra en una pelea y es aún más estresante. Solo hablábamos en voz alta diciéndonos cosas, sin importarnos que Kefor nos pueda escuchar y terminar viniendo hacia nosotras. Estaba llena de ira, cansada, estresada y triste, era un conjunto de emociones que mi cuerpo descartaba con palabras hirientes, mismas palabras que salían de la boca de Charlott. Llego un punto en que ella me empujo y le devolví el mismo gesto violento. Los golpes empezaron, eso nunca llegaba en ninguna pelea, ni en la de Dom y Randy que eran los más propensos a llegar a los golpes, no, no eran ellos los que estaban haciendo esas acciones infantiles, esas éramos Charlott y yo, nosotras que éramos amigas desde hace mucho tiempo, ahora estábamos jalándonos del cabello, empujándonos y dándonos bofetadas. La pelea acabó cuando le lance el diario en la cara, ese mismo objeto cayó al suelo, pero no fue una caída seca lo que se escuchó, fue un pequeño sonido metálico que hizo que ambas miremos al mismo tiempo. Me acerque al diario y lo tome, no tarde en visualizar un pequeño objeto que tome entre mis manos del suelo, mientras mi corazón palpitaba a mil.

—¿Qué es eso Ashleigh?.

—Es una llevé—le respondí. Mi vista se dirigió a Charlott, ella estaba igual de fascinada que yo.

—Espera, espera, ¿Y si es una trampa?, ¿Por qué mierda abría una llave?.

Mantuve la llave en mi mano en todo momento, no lo deje por más que pasaba las páginas del diario. Llegue hasta el final del mismo, esa era el único pedazo de hoja escrito entre muchas páginas blancas sin tinta, pero si algo sucias con polvo o manchas de quien sabe que.

—La llave es de la salida, es una copia que hice sin que ellos se den cuenta, no confíen en los fantasmas, sé que existen, y no quieren verme vivo, intenten evitarlos—leí en voz alta, mientras no entendía quien podría ser esta persona, dudaba que era alguien de los relatos que hemos leído hasta ahora, quizás era algún superviviente como nosotros que lograron darnos ayuda.

—No lo sé... Es muy extraño, ¿Será que de alguien que estuvo aquí?.

—Quizás, pero si no es así ¿Tienes alguna otra mejor idea?, mejor vámonos rápido y busquemos a Brian, quizás aun este con vida—dije sin poder evitar sonreír al pensar que saldremos de aquí, aunque... ¿Por qué menciono lo de los fantasmas?, eso hizo que mi sonrisa se borre, ¿A qué se refería con eso?, que yo sepa, esos mismos espectros que la persona quien escribió esto llama "fantasmas de los cuales no se pueden confiar", son los mismos que nos ayudaron al principio a advertirnos de él. Ah, y lo más importante, ¿Por qué los fantasmas quieren verlo muerto?, ¿Quién es esta persona que nos ayuda ahora?.

Estaba sumida en mis pensamientos por culpa de esas preguntas que hacía. Volvía a caminar en automático junto con Charlott para buscar a Brian, ahora entiendo el porqué era malo tener mi vista con espirales, o ver sombras donde no las hay realmente, si es que todo es como lo dice el diario, eso es malo porque significa que los fantasmas están cerca de mí, aunque ya me había dado cuenta de eso desde antes, en el momento que escuche las voces diciendo "ayúdame", me di cuenta de que eran ellos intentando comunicarse conmigo. Intente ignorarlos, pero ese fue un enorme error que cometí, al hacer eso, solo hice que se enfadaran a tal punto de que me tomaran del cabello y tiraran del mismo hacia abajo, eso me genero dolor, un dolor que no sentía demasiado por suerte, pero seguía siendo extraño que ellos me hagan eso si supuestamente querían ayudarme a vivir.

Mi vista estaba en el techo, las alucinaciones de espirales se hicieron presentes luego de hace mucho tiempo no verlas, pero aquellas ilusiones o efectos, eran acompañadas por rostros oscuros que se asomaban en todo mi carpo visual, haciendo que no pueda ver el techo al cubrirme sus caras. Los espectros solo movían su boca susurrando cosas incomprensibles, yo solo me los quedaba viendo como las movían con mis ojos bien abiertos. No sé que esperaban haciendo eso, o que querían darme a entender, pero no me gustaba, me daban miedo. Sentí que los estuve viendo y escuchando por horas y horas, como si el pasar del tiempo era lento, aunque eso se rompió gracias a Charlott que me tomo del brazo y me levanto levemente del suelo, pasando su brazo por mi espalda para brindarme un sostén, así podría quedarme sentada respirando mejor. Tome mucho aire como lo había hecho la última vez que los vi a ellos.

—¿Qué paso?, ¿Ellos hablaron contigo?—me pregunto Charlott rápidamente y preocupada por mi estado como siempre lo hacía.

—No, no... No sé lo que querían decirme, pero no hablaron conmigo, ni mucho menos parecen felices—le respondí con dificultad, tuve que tomar mucho aire en cada palabra que decía y lo sacaba de mis pulmones como si en serio no supiera como se debe inhalar o exhalar—no importa eso ahora, vamos por Brian—dije mientras me levantaba con mucha dificultar, ya que me tambaleaba mucho como si no tuviera equilibrio. Charlott debía de tomarme del brazo para poder hacer que mis piernas estén sosteniendo mi cuerpo de la manera que es debida.

Con cada paso que daba, sentía un peso en pies que intentaba ignorar para seguir mi camino, ya no quería pensar en que querían decir aquellos espíritus, o si estaban molestos, solo quería irme de aquí lo más rápido posible y esperaba irme de aquí con mis amigos, quería encontrarme a Brian vivo y sería aún más espectacular si Randy también lo estuviera para que ellos nos esperaran con preocupación y nosotras dándoles las noticias de que podríamos salir de este infierno. Pensar en esa escena en mi cabeza, hacía que unas lágrimas se me escaparan de los ojos y pequeños sonidos de sollozos salgan de mis labios. Por alguna razón, no sentía que iba a ser así, algo extraño hacía que se me haga la piel de gallina, como si fuera un mecanismo de defensa dándome la señal de no inventarme ilusiones de algo que probablemente no pasaría. Ese mecanismo de defensa hacía que mis esperanzas bajen en el mismo lapso de tiempo en que yo ponía un pie en otro escalón. Ese mecanismo de defensa se detuvo una vez que mi pie piso el final de las escaleras, que hacían darme cuenta de la llegada de la recepción, donde se pudo haber evitado todo esto. La alerta se acabo una vez que se halla descubierto el responsable de su activación, y sí, descubrí porque razón había sido activado. Tal y como se era esperado, no fue un descubrimiento bueno.

—Randy...—murmuro Charlott con su boca siendo cubierta por su mano. Se notaba que no podía creer lo mismo que estaba viendo.

Randy estaba en el suelo y con sangre en la mayoría de las partes de su cuerpo, o mejor dicho, en los pedazos de parte de su cuerpo que le faltaban, ese mismo líquido rojizo iba deslizándose de sus heridas, para finalmente caer al suelo formando pequeños charcos de sangre, también manchaba las perndas de la persona que lo sostenía a pesar de mostrar claros indicios de que Randy estaba muerto, ¿Quién más iba a ser?, claro que era Brian abrazándolo con fuerza mientras algunas lágrimas salían de sus ojos. Brian logro encontrar a Randy, pero tarde. Él lo encontró primero y parece como si hubiera dejado su cuerpo para hacernos sentir peor.

—Estaba moviéndose—empezó a decir Brian con un nudo en su garganta y soltando esos sollozos que ni siquiera se esforzaba en esconder—él... se arrastraba, seguía vivo, me acerque a él e iba a decirme algo, pero no lograba entenderlo, le repetía una y otra vez "Randy, Randy dímelo, Randy dímelo de nuevo por favor, repítelo"—intentaba explicar, pero tuvo que hacer una pausa para soltar algunos lamentos. Brian abrazo aún más el cuerpo de Randy y esa acción me rompieron aún más el corazón. Me tuve que acercar a él para abrazarlo, así intentaba reconfortarlo, aunque no podía ver él cuerpo sin vida de Randy, en lugar, escondía mi rostro en el hombro de Brian para evitar verlo—no pude escuchar sus últimas palabras, soy un idiota, un gran idiota, ¡Soy un jodido estúpido!—repetía sin parar en alta voz, escuche el desgarre en su garganta cuando dijo eso. Quisiera poder ayudarlo más que dándole solo un simple abrazo, pero mis palabras ni salir de mi boca, solo podía estar ahí abrazándolo y escuchando como se desahogaba con palabras deprimentes, mientras cambiaba el rumbo de mi mirada hacia Charlott. Ella estaba de rodillas mirando el cuerpo de Randy con varias lágrimas en sus ojos.

Supongo que esta es la peor parte de estar aquí, el ver a nuestros amigos muertos y no haber podido expresarles todo lo que debíamos. Seguramente eso es lo que le tiene carcomiendo el cerebro a Brian, el hecho de no haber podido decirle a Randy lo mucho que lo quería y el gran amigo que fue, después de todo, ellos fueron amigos de la infancia, por eso Brian estaba en ese estado tan vulnerable. Creo que hubiera preferido morir antes que ver como todos murieron menos nosotros tres, es un gran peso que tendremos que cargar por años, aunque luego lo superemos. Sé que lo haremos, sé que vamos a superar todo esto y que solo será un terrible recuerdo, pero por ahora nos quedaba esto, estar aquí viviendo el fatídico momento que, no solo nos hace que nuestras gargantas se desgarren por la cantidad de nudos que tuvimos o la cifra de sollozos que soltamos, sino también, que nos hace desgarrar nuestros corazones.