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The Dark Sky: El Trono De Oro

The Dark Sky: El Trono De Oro

Status: Terminada
Genre:Acción / Aventura / Completas / Demonios / Ángeles / Venganza de la protagonista / Viaje a un mundo de fantasía
Popularitas:1.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Acxel_Sanz

Después de un año de lo sucedido todo sufrió un cambio. Emily tratará de detener una inminente guerra entre ambos mundos, pero antes tiene que revelar secretos que le dirán quién es en verdad, pero no será la única que buscará respuestas en esta lucha.

NovelToon tiene autorización de Acxel_Sanz para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 17 — La Torre De La Reina

Caminaron mezclándose entre los habitantes de aquel pueblo, el sol pegaba bastante ya que era un día soleado. Los habitantes hacían su vida rutinaria vendiendo, yendo y viniendo. Emily caminaba con miedo a ser reconocida, pero nadie del pueblo la ubicaba.

Siguieron caminando hasta llegar a una cantina donde entraron para descansar un poco y tomar algo.

— ¿Qué van a querer? — Dijo el cantinero sin verlos.

— Una ronda de tarros de cerveza y algo de comer — Respondió Lexa mientras sacaba una bolsa con monedas de oro.

El cantinero las tomó y ordenó preparar la comida a los clientes. Mientras tanto Emily y Lexa seguían perdidas en sus pensamientos, cada una tenían diferentes cosas en su mente. El cantinero dejo los tarros de cerveza en la mesa y posteriormente llegó la comida; todos empezaban a beber y a comer, pero algo en Emily delataba que no estaba bien.

— ¿Qué sucede? — Dijo Lexa.

— Nada — Respondió rápidamente.

— Él fue muy valiente y no dejaremos que su sacrificio sea en vano — Dijo la chica.

— Lo sé, pero algo siento familiar, algo me llama por dentro — Respondió Emily.

— Sea lo que sea tienes que olvidarlo, nuestra prioridad es encontrar la entrada a ese castillo y el trono — Dijo Lexa.

— ¿Piensan entrar al castillo blanco? — Dijo un sujeto con mal aspecto.

— No es de su incumbencia — Respondió Lexa.

— Primero deben de buscar la torre de la reina — Dijo el hombre.

— ¿Reina? — Cuestionó Emily.

— ¿No saben la leyenda de su majestad? — Dijo el hombre.

La chica negó con la cabeza, el hombre tomo una silla y se sentó para proceder a contar la historia.

*Narra el hombre*

Cuenta la leyenda que la esposa de el antiguo rey fue secuestrada por las fuerzas de la oscuridad y llevada ante el tirano rey que al no querer estar con él fue enviada a la torre más alta del faro de fuego.

A lo largo del tiempo muchos valientes trataron de buscar dicha torre y rescatarla, pero nunca pudieron regresar.

El último caballero que intento hacer la búsqueda fue encontrado muerto a las afueras del terreno de aquella torre. Desde esa última vez nadie más quiso enfrascarse en aquella búsqueda y todo quedó en el olvido.

*Termina de narrar el hombre*

— ¿Eso que tiene que ver con nuestra búsqueda? — Cuestionó Lexa.

— Quién encuentre a la reina estará más cerca de encontrar el castillo blanco. Sólo vayan al Oeste— Dijo el hombre.

Se levantaron de la mesa y salieron rápidamente del lugar con dirección al Oeste. Se adentraron al bosque y caminaron hasta llegar al final del reino.

En los límites encontraron un lago de lava y en medio unas enormes rocas, y en la parte superior se encontraba la tan hablada “torre de la reina”.

— Esto está siendo muy fácil — Dijo la mano derecha de Lexa.

— Mantengan los ojos abiertos — Respondió la líder.

Uno por uno empezaron a cruzar el puente colgante para llegar a la torre. Una vez fuera de la estructura se respiraba un profundo miedo y una sensación de ser vigilados se hacía presente, así que los Templari sacaron sus armas y sin pensarlo más entraron a la fría torre.

El lugar estaba en penumbras, algunas antorchas seguían prendidas, el polvo permitía que las huellas de las pisadas permanecieran en el suelo.

Siguieron avanzando hasta llegar a las escaleras; Lexa tomó una de las antorchas y empezaron a subir. Lexa iba al frente, detrás Emily y cuidándolas iban los Templari que sentían una presencia demasiado cerca de ellos.

Mientras más subían más pesado se ponía el ambiente, más inseguridad sentían y no sabían por donde los iban a atacar. Pasaron cerca de una venta donde tenían una vista del bosque lleno de oscuridad y la lava debajo de ellos; subieron y de la nada una sombra obscura tomo del cuello a uno de los Templari y lo saco por la ventana.

Llegaron a un punto donde se detuvieron a descansar un momento y fue ahí cuando se percataron de que ya no se encontraba ese elemento. Todos se pusieron más alertas y siguieron avanzando hasta que llegaron a la puerta que los separaba de aquella habitación.

Con un suspiro Lexa pateó y abrió la puerta de madera, pero al entrar no había nadie; sólo una cama y una pared donde se contaba el tiempo que alguien paso encerrado ahí. Siguieron inspeccionando la habitación y mientras el que es la mano derecha de Lexa caminaba a la cama algo cayó sobre su rostro, se tocó y al verse los dedos noto sangre en ellos; él miro al techo y arriba de él se encontraba una gárgola que devoraba la cabeza de aquel soldado.

Empezó a disparar para liquidar a aquel monstruo, pero esto llamo la atención de más gárgolas que entraban a la habitación por la única ventana que había. Los demás igual dispararon, pero era imposible eliminar a todas.

Salieron de la habitación y bajaron las escaleras mientras eran seguidos por las gárgolas. Mientras bajaban los disparos seguían, pero así como unas cuantas caían las demás seguían en pie, pero eso cambio cuando llegaron a la planta baja.

— No podemos con todas esas cosas — Dijo Lexa agitada.

— Tengo un plan, pero necesito los explosivos — Respondió la mano derecha de Lexa.

— ¿Qué harás? — Cuestionó la chica.

— Haré volar este lugar — Respondió él.

— ¡Espera! ¡No! —

— No hay opciones —

El chico ordenó a los demás seguir a Lexa, él tomó los explosivos, pero Lexa lo freno tomando su brazo.

— No podemos separar — Dijo él

Lexa lo miro a los ojos y lo beso apasionadamente, se separaron y miraron fijamente por última vez. Lexa junto a Emily y los miembros restantes de los Templari salieron del lugar y aquel chico se quedó a colocar los explosivos.

— ¡Edward! — Gritó Lexa — ¡Te amo! — Agregó.

— Yo igual te amo — Respondió el chico.

Salieron y cruzaron el puente para después cubrirse de la explosión. Toda la estructura se vino abajo con las gárgolas y con Edward dentro. Lexa sólo se limitó a cerrar los ojos y llorar para sus adentros.

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