El Hilo Del Destino.

iAl bajar por las escaleras ambas mujeres Matthew quedó hipnotizado por las bellezas que tenía enfrente, pero fue traído a la realidad por Ian, quien le entrego su celular.

Ian: No le vayas a decir a mamá que te puse la app de la cámara en tu celular.

Matthew: Está bien.

Emma: MATTI!!

Dijo esto corriendo y lanzándose a sus brazos, y fue recibida con el mismo cariño que la niña estaba dando.

Matthew: ¿Cómo está la princesa de la casa?.

Emma: Estoy muy bien, gracias ¿y tú?.

Matthew: Estoy muy bien, ¿ya están listas para llevar a manchas al veterinario?

Emma: Si!

Matthew: Bueno vamos!

Tanto Matthew como Karina se dieron una mirada fugaz que tenía algo más que ninguno de los dos quiso descifrar o al menos no querían darse cuenta.

Querían negar ese sentimiento porque para ambos aún era prematuro pensar en algo más.

Y es que se negaban a querer sentir amor por otra persona tan pronto y ambos pensaron que seguro puede ser un apego por el tiempo que han compartido y por las circunstancias que les ha tocado vivir durante esta semana.

Todos bajaron por el ascensor y Matthew se adelanto con manchas para ponerlo de manera segura en el auto mientras Karina y los niños esperaban en la acera, no se esperaban nada de lo que vendría.

Juan venía de la mano con Lorena al parecer se acordó que tenía hijos y quería presentar a su nueva pareja, lo cual nada iba a salir bien.

Al llegar y ver a Juan con una mujer tomada de la mano su cuerpo se tensó inmediatamente y sus hijos lo notaron y al ver en la dirección a donde miraba su madre y ver a su padre con una mujer inmediatamente fruncieron el ceño.

Juan: Hola niños, ¿a dónde van?

Los niños guardaron silencio.

Juan: ¿Niños?.

No sean mal educados, quiero presentarles a alguien.

Ian: Bendición papá, te saludo por educación, pero nada más, desapareciste por una semana y vienes de la mano de una mujer y pretendes que nosotros sonriamos ¿como si nada?.

Juan: ¿Karina que les dijiste?.

Karina: Nada, tú eres el único que piensa que nuestros hijos no se dan cuenta de nada.

Matthew se quedó en la puerta del auto no se iba a meter en una discusión familiar si no era conveniente.

Aunque le parecía muy cínico de su parte traer a la amante a dónde su exesposa e hijos, quería partirle la cara en ese momento, pero tenía que esperar para saber que va a pasar.

Juan: Hijos les quiero presentar a mi nueva pareja se llama Lorena.

Lorena: Hola niños, un placer, ¿cuáles son sus nombres?

Ian: Eras la amante de mi padre y no sabes los nombres de sus hijos agh!

Hizo un gesto de asco.

Juan: Ian no te permito que le faltes al respeto a Lorena.

Karina: ¿Disculpa?, tú si que eres cínico en verdad, traes a esta zorra frente a mis hijos y pretendes que la traten como señora, eso no va a pasar ellos están grandes y saben lo que pasó.

Por qué para tu información señor genio, te fuiste a mitad de la madrugada como la rata que eres y dejaste un sobre en la mesa de la cocina y adivina quién lo leyó.

Juan miró a Ian quien lo miraba con desprecio y no bajo su mirada.

Juan: Emma cariño, tú no estás molesta con papi, ¿verdad?.

Emma: Vete papá no te quiero ver, durante una semana no te acordaste que tenías hijos y ahora pretendes que sigamos como si nada, olvídate de eso.

No somos tontos, papá sabemos lo que pasa a nuestro alrededor y aunque mamá trato de justificar tu ausencia, nosotros nos dimos cuenta.

Juan: Bueno, ya que están tan bien enterados de lo que paso quiero que quede claro que no regresaré con su madre y mi nueva pareja es Lorena.

Karina: Tengo que admitir que eso es un alivio porque yo tampoco pienso volver contigo, gracias a Dios que me quito ese peso de encima.

Juan: Hablas desde el despecho.

Karina: No, ya las lágrimas que tenía que llorar ya las lloré así que no te des tanta importancia en mi vida.

Vámonos niños.

Juan: Ustedes no van a ningún lado.

Dijo tomando del brazo a Karina, asustando a los niños y alertando a Matthew quien salió en defensa de Karina.

Matthew: Suéltala si no quieres que te parta la cara.

Juan: ¿Y tú quién eres?, deja de meterte en dónde no te llaman.

Emma empezó a llorar y Juan le dio igual, pero a Matthew le rompió el corazón.

Juan: Emma deja de llorar me estresas.

Karina: Cállate es solo una niña, eres un miserable.

Karina tomó en brazos a Emma y la metió en el auto y le puso el cinturón de seguridad y cerró la puerta.

Karina: Deja de molestar Juan, te fuiste con esa mujer y nos dejaste, hazr tu vida y déjanos en paz, tal vez con el tiempo puedas tener una relación sana con los niños, pero por ahora no.

Juan: ¿Me engañabas con este idiota?.

Karina: Para empezar no soy igual de traicionera que tú, yo si te amé y te fui leal, no me vengas con tu cara bien lavada a decirme algo cuando el primero en fallar fuiste tú y desde que firme los papeles de divorcio puedo hacer con mi vida lo que me da la gana.

Regresa por dónde viniste con tu amante y a mí me dejas en paz.

Ian sube al auto.

Juan: ¿Ian de verdad te vas a ir en el auto de este hombre?.

Ian: Desde que él entró en nuestras vidas nos ha dado más atención que cuando tú vivías con nosotros, pensé que era por trabajo, pero veía como mamá trabajaba, mantenía la casa y nos daba atención y me di cuenta de que tu atención estaba en otra persona no me vengas de hablar ahora que estás preocupado por nosotros cuando no te has tomado el tiempo de ni siquiera llamar para saber cómo estamos.

Ian dijo esas últimas palabras y se metió al auto sin mirar a su padre.

Matthew: No te vuelvas acercar a ellos de esta manera tan violenta por qué no lo voy a dejar pasar como ahora.

Dijo Matthew soltando la camisa de Juan.

Juan: ¿No sabes quién soy yo?, tengo amigos con poder que me pueden ayudar a destruirte.

Matthew: Eres tan cobarde que amenazas con otros, no te tengo miedo por mí puedes hacer lo que se te dé la gana.

Vamos cariño sube al auto se nos hace tarde.

Karina asintió y subió en silencio, Matthew le dio una mirada de advertencia a Juan y subió al auto dejando a una pareja discutiendo.

En el auto todo era silencio nadie se atrevía a decir nada, solo se escuchaban los sollozos de Emma quien era abrazada por su hermanito quien se secaba las lágrimas apenas salían.

Matthew condujo unos minutos más y estaciono el auto en un parque.

Matthew: Niños vamos a bajarnos aquí un momento.

Karina: ¿Por qué?.

Matthew: Háganme caso por favor.

Todos bajaron del auto en silencio y caminaron al parque donde se sentaron en una banca.

Matthew: Ya vuelvo, espéreme unos minutos por favor.

Matthew se fue entre la gente dejando a Karina con los niños.

Karina: Siento mucho lo que acaba de pasar niños, hubiera querido que no pasaran por algo así.

Emma: Tranquila mami, estaremos bien si nos mantenemos juntos.

Ian: Mi hermana tiene razón, somos fuertes si nos mantenemos juntos, él no puede venir y dañar nuestra paz.

Matthew regreso con una bandeja de helados con forma que inmediatamente enamoraron a los niños.

Cada uno tomo un helado y empezaron a comerlo con alegría.

Matthew: Niños sé que lo que acaba de pasar no es fácil, vamos a tratar de que el día no se vaya a la basura por un mal momento vamos a comernos este rico helado y vamos al veterinario y luego haremos algo divertido.

Niños: Siii!!!

Los niños se fueron a jugar con el conejo en el parque mientras se comían su helado.

Karina: Gracias Matthew por ayudarme y apoyarme con los niños cuando no es tu problema.

Matthew: No tienes que agradecer nada, ya te lo había dicho me agradan esos niños y me molestó muchísimo que ese hombre siendo su padre no sepa el daño que les está haciendo los niños.

Te voy a decir lo mismo que le dije a los niños, no dejemos que ese hombre dañe el día que teníamos planeado.

Ambos se miraron a los ojos por unos minutos y sintieron que el mundo a su alrededor desaparecía, para los dos fue algo nuevo nunca habían sentido algo así.

Sentían que en su cuerpo recorría una electricidad que dejaba sus cuerpos aturdidos.

Ellos están pasando por situaciones que los unen, ellos quieren negar lo que está empezando a nacer, pero por cuánto tiempo dejaran de hacerse a un lado de ese sentimiento que los está envolviendo sin darse cuenta.