Un Contrato Para Amar

Nunca antes estuve enamorada y de la nada me convertí en la esposa de este hombre que despierta en mí una vorágine interminable de sentimientos.

Estoy insegura con respecto al futuro, el hecho de que mi madre mencionase el tema de los hijos despertó en mí inseguridades que no sabía que tenía.

Me esfuerzo por encontrar la calma y escucharlo dejando atrás esa voz en mi cabeza que me dice que no tenemos futuro.

- Ven aquí- me toma de la mano y me guía hasta el sofá de la sala de estar- aclaremos esto antes de que se convierta en un verdadero problema. Es cierto que Julia fue una parte muy importante de mi vida, la amé y estábamos por comenzar una familia. Su muerte me dejó devastado, sobre todo por el hecho de que el objetivo de ese ataque era yo. Por años me culpe y me castigue por su muerte, no vivía, era un autómata sin un motivo para seguir. El día de tu cumpleaños vi a una hermosa mujer que captó completamente mi atención, era la primera vez que eso sucedía desde la muerte de Julia. Desde ese día no he podido sacarla de mi mente. Esa mujer eres tú, me resistí lo más que pude a este sentimiento porque creía que le faltaba a ella, pero me di cuenta de que no podía seguirme castigando y que aunque ella siempre tendrá un lugar en corazón el amor que nos teníamos quedó en el pasado. Mi corazón comenzó a sanar gracias a ti. Fingir que éramos novios, poder abrazarte, besarte, conocerte, me fue cautivando día con día hasta entender que estoy locamente enamorado de ti. Independientemente de ese contrato, no hay otra mujer en el mundo a quien quisiera como esposa, quiero formar una familia contigo, más no quiero ser egoísta. Quiero darte tu tiempo para desarrollarte profesionalmente, quiero que cumplas todos tus sueños y aunque no quisiera parecer el abuelo de nuestros hijos, estoy dispuesto a esperar.

- No sé si quiero creerte. Tengo miedo, nunca me enamoré, jamás sentí por nadie lo que siento por ti y no quiero que un día te canses y simplemente te deshagas de mí.

- Créeme, no pienso dejarte ir. Le has devuelto el sentido a mi vida, te quiero a mi lado para siempre. Te amo y quiero hacerte feliz. Si quieres que tengamos hijos de inmediato, lo haremos. Nada me haría más feliz que tener un bebé que herede tus ojos.

Las palabras de Emiliano me han sacado lágrimas. Lo que ha dicho es hermoso.

- Yo también te amo, sé que soy joven e inmadura. Quiero crecer a tu lado y quiero que seamos felices por el resto de nuestras vidas.

- No llores, amor- limpia con delicadeza mis lágrimas y deja un beso en mis labios- nunca más quiero ver una sola lágrima salir de estos bellos ojos.

- ¿Entonces estás dispuesto a que tengamos un bebé pronto?

- Sí es lo que deseas, sí.

- La verdad es que estoy de acuerdo contigo en lo que respecta a la Universidad, pero si quiero tener hijos.

- Mientras llega ese momento podemos disfrutar de nuestro amor. Además nos falta la boda religiosa, quiero que sea la boda de tus sueños.

- En cuanto se recupere del todo mi papá podemos comenzar a planearla.

- Por supuesto, haremos lo que tú quieras.

- ¿Lo que yo quiera?- le digo muy coqueta.

- Todo, menos eso. Debes recuperarte y está vez no voy a caer en tu juego.

- Está bien, ¿vemos una película?

- Buena idea, ya traigo las palomitas. Escoge la que quieras.

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Mientras tanto en un club de la ciudad se encuentra Antonio completamente alcoholizado hablado por teléfono con su padre.

📲 Así que John despertó.

📲 Lo hizo y sospechan de nosotros.

📲 No encontrarán nada que demuestre nuestra responsabilidad.

📲 Eso espero, de lo contrario estamos acabados.

La conversación continua y a lo lejos un hombre lo observa con atención. Antonio no es precisamente el tipo más discreto y más de uno escucha lo que está hablando. El nombre de Emiliano Ferré sale a relucir y este hombre misterioso se acerca a la barra esperando el momento oportuno para abordar a Antonio.

📲 Te veo mañana en la empresa, deja de preocuparte papá.

Guarda su celular y pide un whisky más.

- Veo que te gusta lo bueno- le dice el hombre que está a su lado señalando el whisky que le acaban de servir.

- Por supuesto, jamás tomo licor barato.

- Tampoco yo, te invito otra copa.

- Te agradezco, pero puedo pagarme mis gustos. No por nada soy dueño de una de las empresas de telecomunicaciones más importantes del país.

- Qué interesante, precisamente estoy buscando un buen negocio para invertir mi dinero.

- Sin duda, yo puedo ayudarte con eso. Por tu acento, deduzco que no eres español.

- Lo soy, pero he vivido la mayor parte de mi vida en México. Volví hace unos meses, mi padre me heredó una importante suma de dinero que quiero invertir de la mejor manera.

- Haremos grandes negocios juntos, te lo aseguro. Antonio Estévez y tú eres.

- Reynaldo Durán. Mucho gusto, Antonio. Sin duda haremos grandes cosas juntos.

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Mi nombre es Reynaldo Durán, mi padre se encuentra en la cárcel gracias a Emiliano Ferré. Mi madre y yo nos vimos obligados a huir de España después de su juicio.

En ese entonces era un adolescente y había vivido protegido por mi padre, su detención y posterior encarcelamiento nos puso en la mira del cartel rival y debimos de huir a México en donde un hermano de mi padre nos dio asilo.

Ahí me enseñó todo sobre el negocio y a mi corta edad (23 años) me convertí en uno de los capos más importantes y temidos en ese país. Hoy estoy de vuelta en mi país natal para terminar lo que mi padre no pudo, acabar con Emiliano Ferré de una vez por todas.

Mi padre está a punto de salir de prisión. He logrado sobornar jueces y abogados para reducir su condena.

El tonto de Antonio Estévez y su padre serán claves en mi venganza. He investigado lo suficiente para saber que ambicionan quedarse con la empresa de donde son socios y en la cual también el padre de Emiliano es accionista.

Pienso obtener su ayuda aprovechando su ambición. Al final seré yo quien se convierta en dueño de esa empresa.

Las últimas investigaciones señalan que Ferré acaba de contraer matrimonio con la hija del principal accionista de dicha empresa. En esta ocasión no habrá ningún error al ejecutar mi plan, porque voy a usar a su mujer de carnada.

He visto fotografías de la señora Ferré y es una preciosidad, probablemente la use unos meses para satisfacer mis necesidades antes de matarla y obviamente su esposo será testigo de lo que le espera a su mujercita. Cuando lo vea completamente destruido lo mataré y ella presenciara su muerte.

Recuperaré absolutamente todo lo que mi padre perdió y se sentirá orgulloso de mí. Seremos los capos más importantes no solo en México, también en España. Volveremos a las glorias del pasado.

Mi madre volverá a Madrid cuando mi padre sea liberado y volveremos a estar juntos como la familia que somos.

Vine a este club con la finalidad de abordar a Antonio Estévez y lo he conseguido. Al parecer ellos fueron los artífices del accidente que tuvo John Spencer. Creyeron que si los eliminaban del mapa se harían con el control de la expresa.

Ahí entró Emiliano Ferré en la jugada y les complicó las cosas, lo que no sabe es que ahora he llegado y seré yo quien se las complique a él.

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Ajenos a la tormenta que se cierne sobre ellos, Emiliano y Kat disfrutan de una tarde relajada. Él cada día se enamora más de su esposa que ha llegado a revitalizar su vida.

Ella no desiste en su intento de seducirlo, pero él ya no es un adolescente que se deje llevar y eso a ella la tiene molesta.

- Estoy pensando que no te gusto realmente- se cruza de brazos y se recorre hasta el otro extremo del sofá.

- Kat, ¿te estás escuchando?

- Es eso o soy una inepta en el arte de seducir.

- Amor, te deseo como un loco- se aproxima a ella- pero no podemos excedernos.

- Yo me siento perfecta, ya no tengo ningún malestar. Bueno sí tengo uno- baja la mirada avergonzada.

- ¿Cuál? Dime.

- No puedo dejar de pensar en hacer el amor contigo.

- Me pasa lo mismo, ven aquí hermosa.

Kat acomoda sus piernas en el regazo de Emiliano y este la besa apasionadamente. Ella responde de igual manera, en este momento no existe nada más que ellos dos.