Crepúsculo De Alianzas

La habitación estaba envuelta en una penumbra matutina cuando Elyssia abrió lentamente los ojos. Se estiró ligeramente, sintiendo la rigidez en sus músculos después de una noche de sueño intranquilo. Damien ya no estaba a su lado, y un sentimiento de soledad la invadió mientras se incorporaba lentamente en la cama.

Antes de que pudiera reunir sus pensamientos, un grupo de criados irrumpió en la habitación, trayendo consigo una ráfaga de actividad. Se movieron con eficiencia, preparando a Elyssia para el día que estaba por comenzar. Mientras la ayudaban a vestirse y peinarse, Elyssia podía sentir las miradas de desaprobación y resentimiento que pesaban sobre ella.

—¿Qué estás haciendo aquí, colaborando con estos vampiros? —murmuró uno de los elfos esclavizados mientras ajustaba el vestido de Elyssia.

Elyssia apretó los labios con determinación, resistiendo el impulso de responder con ira. Sabía que su presencia en Nocturnia había causado un revuelo entre su propio pueblo, que la veía como una traidora. Pero también sabía que no tenía elección en el asunto. Su matrimonio con Damien era una cuestión de política, una alianza destinada a asegurar la paz entre sus dos reinos.

—No tengo elección, ¿verdad? —respondió Elyssia con calma, aunque el peso de sus palabras la abrumaba.

Los criados continuaron trabajando en silencio, pero el ambiente tenso no disminuyó. Elyssia podía sentir las miradas acusadoras que la seguían mientras se preparaba para el día que la esperaba. Trató de mantener la cabeza en alto, recordándose a sí misma que estaba haciendo lo que era mejor para su pueblo, incluso si eso significaba sacrificar su propia felicidad.

Finalmente, cuando estuvo lista, los criados se retiraron de la habitación, dejando a Elyssia sola con sus pensamientos. Se miró en el espejo, viendo el reflejo de una mujer atrapada entre dos mundos, luchando por encontrar su lugar en medio de la política y la traición.

Con un suspiro, Elyssia se enderezó, preparándose para enfrentar el día que tenía por delante. Sabía que sería un desafío, pero estaba decidida a mantenerse firme en su propósito, sin importar las dificultades que pudieran surgir en su camino.

El aroma tentador de la comida llenaba el aire cuando Elyssia entró en el comedor, donde Lilith la esperaba pacientemente. La mesa estaba elegantemente decorada con un festín de manjares, una mezcla exquisita de platos elficos y vampiricos dispuestos con cuidado para satisfacer los gustos de ambos mundos. Había frutas frescas y exóticas, bandejas de quesos y embutidos, así como una selección de pasteles y panes recién horneados. Además, había platos principales elaborados con carne asada y pescado fresco, sazonados con hierbas y especias para realzar su sabor.

Lilith sonrió acogedoramente cuando Elyssia tomó asiento, y de inmediato un criado se acercó para servirles. Elyssia observó con curiosidad la variedad de platos que se le ofrecían, maravillada por la exquisita presentación y la atención al detalle en cada uno de ellos. Había una sensación de opulencia en la mesa, una muestra del poder y la riqueza de Nocturnia que no pasaba desapercibida.

Mientras disfrutaban de su desayuno, Elyssia aprovechó la oportunidad para preguntar por Damien. La ausencia del príncipe vampiro no pasó desapercibida, y Elyssia se preguntaba por qué no estaba presente en un momento tan importante para ambos.

—¿Dónde está Damien esta mañana? —preguntó Elyssia con curiosidad, mirando a Lilith con una expresión inquisitiva.

Lilith suspiró ligeramente, su mirada perdida por un momento antes de responder.

—Mi hermano está ocupado con sus deberes como tesorero del reino —explicó—. Tiene muchas responsabilidades que atender, especialmente ahora que está casado. Pero no te preocupes, estará contigo en cuanto pueda.

Elyssia asintió, aunque no pudo evitar sentir una ligera decepción por la ausencia de Damien. Había esperado que su matrimonio les permitiera pasar más tiempo juntos, pero parecía que las obligaciones del príncipe vampiro siempre estarían en primer plano.

Lilith notó la expresión de Elyssia y le ofreció una sonrisa tranquilizadora.

—No te preocupes, Elyssia. Aunque Damien esté ocupado, yo estaré aquí para acompañarte —dijo con amabilidad—. Hoy te llevaré a conocer a los líderes de los clanes vampíricos que controlan el consejo de Nocturnia. Será una oportunidad para que te familiarices con tus nuevas responsabilidades como princesa consorte.

Elyssia asintió, agradecida por la compañía y la guía de Lilith en este mundo desconocido. Aunque se sentía abrumada por todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, sabía que tenía que mantenerse firme y aprender a adaptarse a su nueva vida en Nocturnia.