Samantha es una chica que ha estado enamorada desde que era una niña de su vecino, James Él siempre la ha visto como a una hermana menor. Dejarán de verse por varios años, ella ha dejado de ser una niña y se ha convertido en una hermosa mujer. ¿Será que él comenzará a verla con otros ojos? ¿Ella aún seguirá enamorada o ya lo habrá superado?
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Capítulo 18
James se levanta de su asiento y se acomoda en la silla que se encuentra frente a mí, toma mis manos entre las suyas y comienza diciendo:
- El tiempo aquí se nos termino y no quiero que te vayas sin decirte lo que siento. Sigo enamorado de ti, Sam. Las circunstancias en el pasado no fueron favorables para nosotros y terminamos viviendo una vida completamente distinta a la que habíamos imaginado.
- James, yo...
- Por favor, déjame terminar. Entiendo que nuestras vidas son totalmente opuestas; tú eres una exitosa empresaria y yo un viticultor que apenas comienza, aún con todo en contra quiero que me des la oportunidad de volver a conectarnos. No voy a presionarte, quiero volver a ser tu amigo y si algún día logro conquistarte seré el hombre más feliz del planeta. Si no es así, respetaré tu decisión. Soy consciente de que Pierce O'Connor tiene las mismas intenciones que yo y estoy dispuesto a luchar por ti.
- James, no sé qué decirte. Todo esto me toma por sorpresa.
- Entiendo y no espero más que tu permiso para acercarme a ti como amigos. De lo demás me encargo yo.
- De verdad no sé si tú y yo tenemos alguna oportunidad. Pierce también fue honesto conmigo y ha dejado claras sus intenciones.
- No es mi intención ponerte entre la espada y la pared. No pienso forzar nada entre nosotros ni acosarte con mis pretenciones. Vivimos en países diferentes y eso juega en mi contra. Solo quiero que sepas que independientemente de lo que suceda, siempre estaré para ti. Incondicionalmente como alguna vez tú lo fuiste conmigo.
- Voy a ser honesta, te extraño como mi amigo que fuiste. Jamás llegamos a ser algo más y aunque en el pasado era lo que más deseaba en el mundo, las circunstancias cambiaron y me cambiaron. No soy la chica que recuerdas, me he convertido en una mujer fría y no sé si eso pueda cambiar en algún momento.
- Lo sé y te entiendo, en su momento también me volví un hombre frío y creí que nunca volvería a sentir nada por ninguna mujer. Solo bastó volver a verte para darme cuenta de que eres la única mujer que puede cambiar eso.
- No creemos falsas expectativas, intentemos recuperar nuestra amistad y lo demás vendrá después si es que llega.
- Estoy de acuerdo. Pronto viajaré a Londres y espero me acepte una invitación a cenar.
- Claro, me encantaría verte pronto. Debo ir a empacar.
Salgo de la biblioteca con sentimientos encontrados, hace años escuchar esas palabras de James me tendrían saltando de felicidad y hoy no sé qué pensar ni que sentir. Pienso que ya es muy tarde para nosotros.
En la habitación me esperan mis amigas expectantes a lo que tenga para contarles.
- Habla ya, mujer. No nos tengas más tiempo con esta incertidumbre.
- ¿Qué quieren que les diga? Seguramente ya se imaginan lo que sucedió.
- Tenemos una idea- dice Rachel.
- Sigue enamorado de ti, ¿no es así?- pregunta Steph aunque ya sabe la respuesta.
- Sí.
- ¿Y qué vas a hacer? ¿A quién vas a elegir?- indaga Rachel.
- No lo sé- respondo casi en un grito- no esperaba esto y estoy confundida.
- Es normal, mira que tener a esos dos papacitos detrás de tus huesitos- suspira Steph- ya quisiera uno para un domingo.
- Podrías tomarte esto en serio, necesito que me aconsejen.
- Ay amiga, por muchos consejos que te demos la respuesta solo la tienes tú y tu corazón.
- ¿Ustedes qué harían?
- Yo me quedaría con Pierce, sin duda- responde Rachel.
- Y yo con James, si fuera mi tipo.
- Valientes amigas tengo, eso no me ayuda en nada.
- Ya te lo dijo Steph, solo tú tienes la respuesta. Para tomar una decisión debes de conocerlos a ambos y para eso tienes que salir y convivir con ellos. Seguramente ambos saben que buscan lo mismo y que deberán esforzarse por ganar tu corazón.
- Pero es injusto salir con ambos.
- No si eres honesta. James ha sido parte importante de tu vida y lo que sería injusto es que lo rechazarás sin darle una oportunidad y de eso debe estar consciente Pierce.
- Creo que tengo mucho que pensar. ¿Ya tiene listo su equipaje?
- Listo, jefa.
- Entonces ayúdeme y vámonos que ya quiero estar en mi casa.
Empacamos mis cosas a la velocidad de la luz y bajamos a despedirnos de James y agradecer su hospitalidad.
- Gracias por todo, James- digo a modo de despedida.
- Está es su casa y son Bienvenidas cuando gusten- responde y deja un beso muy cerca de mis labios.
- Nos vemos, James. Fue un gusto verte de nuevo.
- Hasta luego, Steph. También me dio gusto volver a verte. Cuida de Sam por mí.
- Claro, no te preocupes por ella.
- Un gusto conocerte, James.
- Igualmente, Rachel. Qué tengan un buen viaje.
Salimos de la Villa y tengo un sentimiento agridulce al irme de aquí, es de verdad un lugar hermoso.
El vuelo de regreso a Londres me pareció eterno. No dejo de darle vueltas a las cosas. ¿Cómo pasé de ser una mujer sin interés en el amor a tener de pronto dos pretendientes? Lo peor es que cada uno de ellos tiene cualidades que ambos sin hombres atractivos y exitosos cualquier chica se sentiría afortunada de tener a cualquiera a su lado y yo estoy hecha un lío.
Aterrizamos en la madrugada y me siento agotada física y anímicamente. Me desplomó en mi cama haciendo un esfuerzo enorme por conciliar el sueño.
Dormí por mucho tres horas, me levanto y voy directo al gimnasio. Me urge despejarar mi mente. El ejercicio me revitaliza y estoy lista para ir a la oficina.
Mi padre insiste en cerrar el trato con el señor Johnson y para evitar conflictos le he pedido a Stephanie que se encargue ella.
Finalmente, se cierra el trato que mi padre tanto quiere.
Por la tarde recibo un mensaje de James.
📩 Espero que hayas tenido un vuelo agradable de regreso a casa.
📩 Resultó más cansado de lo que imaginaba.
📩 Espero visitarte pronto en Londres.
📩 También lo espero.
📩 Me da gusto que podamos volver a conversar, te he extrañado mucho estos años.
📩 Yo también a ti, eras mi único amigo aparte de Steph.
Seguimos enviando mensajes por un rato más hasta que decidimos despedirnos. Es tarde y quiero irme a casa.
Han pasado dos semanas desde mi viaje a Italia, James y yo hablamos casi a diario. Hemos vuelto a esa antigua dinámica de hablar sobre nuestro día y algunas cuestiones de trabajo.
Es viernes y es una mañana bastante relajada. Carol me informa que Pierce O'Connor acaba de llegar y le pido que lo haga pasar.
- Hola, Pierce. Adelante. Me levanto de mi asiento para saludarlo.
- Buen día, Samantha. Oficialmente, estoy de vuelta en Londres.
- Toma asiento, por favor. ¿Cuándo llegaste?
- Ayer al medio día. Me he instalado cerca de la empresa de mi padre.
- Es una excelente zona.
- Así es, he venido a invitarte a almorzar y no acepto un no como respuesta.
- En ese caso, acepto.
- Perfecto, vámonos.
Me lleva a un lindo restaurante cercano a mi oficina.
- Y dime, ¿cuánto tiempo estarás aquí?- pregunto.
- Calculo que unos seis meses.
- ¿Te gusta vivir en Roma?
- Sí, siempre y cuando sea una ciudad puedo acoplarse a cualquier sitio.
- Creo lo mismo, ya me acostumbré al ritmo de Londres.
- Aunque de vez en cuando algo de tranquilidad es necesaria.
- Sí, es cierto. El fin de semana en Montefioralle era justo lo que necesitaba.
- Es un lindo lugar. Por cierto, escuché que te asustaste con Johnson.
- Sí, más por insistencia de mi padre.
- Pues creo que han hecho un muy buen negocio.
- Al parecer así es.
- No suenas muy convencida.
- No es solo, sé que es un buen negocio.
- Y entonces, ¿qué te molesta?
- Tuve que poner en su lugar al señor Johnson y eso hace que la relación laboral se torne incómoda.
- Ese tipo no tiene vergüenza.
- Coincido, pero mejor cambiemos de tema.
- Me gustaría llevarte a Roma, estoy seguro que la ciudad te va a gustar.
- Tal vez en algún momento podamos ir. Creo que debo volver a la oficina, en una hora tengo una videoconferencia importante.
- Claro, vamos.
Me quedo hasta tarde en la oficina, quise adelantar trabajo y llego a mi apartamento pasadas las diez de la noche.
Mañana es sábado y como no tengo planes pienso dormir hasta tarde.