Amenokai, el jefe, conoce a Gacella, cuando era un flaco muchachito en el basto y tórrido desierto del Sahara. Tenía la obligación ética de cuidar y proteger al mocoso , lo llamó Jaculus, ratón del desierto. Pero resultó ser una mujer. Que díablos haría con ella ? Porque había que esconderla ? Porque era tan preciada por el maestro ? Quien diablos quería matarla ? Era ella una bruja o hechicera blanca ? Descubrir estas incógnitas le llevaría tiempo, pondría a prueba su paciencia y por desgracia o ventura le robaría su corazón para siempre.
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Capitulo 18. El señor Yuften.
El señor Yuften bajó de un magnífico y lujoso auto negro con vidrios polarizados y entró al registro civil de Bengasi capital de la ciudad de Cyrenaica.
Tenía un correcto y caro traje negro y anteojos obscuros.
Observó el registro y se dirigió a la señorita que le habían indicado que era la única que hablaba tamazinght, lengua del pueblo Bereber ,solo hablada por 24 millones de personas en el mundo todo.
En ese idioma se presentó ante la joven y pidió hablar en privado. La joven funcionaria bastante asombrada lo condujo a una oficina y cerró la puerta.
Cuando se dió vuelta el señor Yuften, que según ella sabía en su idioma significaba "Superior" abrió un maletín sobre la mesa repleto de dólares estadounidenses.
Acostumbrada a ver solo pesetas esa pobre chica quedó obnubilada por semejante riqueza.
Con una tranquilidad pasmosa el elegante personaje se sacó los lentes oscuros y le miró con fríos ojos Grises.
Hablándole en su idioma Bereber le dijo :
_ Señorita: Soy Idder Amenokai Baragsen Yuften, tuareg jefe y señor de la tribu Bereber. Este maletín es suyo. Para ello requiero que mí boda con esta persona, sea en absoluto secreto - Y Amenokai le pasó el documento de alguien llamado Annie Donovan junto al suyo.
_ Pero yo no....
_ Mi vida y la de mí futura esposa corren grave peligro. - le dijo brindándole una de sus mágicas sonrisas.
Esa sonrisa acalló todas las dudas de la funcionaria que se arrodilló y beso la mano del Tuareg.
Luego se fue en busca de un libro negro de actas que no se separó más de su poder.
Escribió los nombres de los contrayentes, como testigos escribió los nombres de Guilfreda Yuften y Omur Yuften.
Volvió a besar la mano del Tuareg, recogió la dirección y la hora de la boda que aparentemente sería en dos días, le juró y perjuro que estaría allí tres horas antes para oficiar la ceremonia legal y salió con el libro dentro del maletín.
La funcionaria avisó después de esa visita que debía tomar tres días de descanso por problemas familiares y se fue con semejante fortuna a su casa.
Amenokai volvió a su coche tan correctamente como había ingresado. Ya adentro se sacó la corbata , se desprendió los botones de la camisa y se acomodó sus partes nobles que le apretaban con el molesto y elegante pantalón.
No le gustaba utilizar todos los nombres que sus padres le habían puesto pero no le quedaba otra.
Sabía que nadie se enteraría de esa boda con su amada Gazella, no hasta que Su Jáculos cumpla los dieciocho años de edad, donde el libro hoy extraviado sería nuevamente mágicamente encontrado.
Mientras su gente le llevaba al hotel donde se hospedaba y dónde entro de traje y salió después con su característica túnica azul, con su interior aireado y libre, pensaba en todo lo que debía hacer para cuidar a Gazella.
Con todas las tareas propias de la organización de su boda,no había seguido investigando sobre Annie Donovan.
En realidad le importaba muy poco la supuesta fortuna que su esposa debía heredar.
Solo le preocupaba su integridad física.
¿Se preguntaba que diablos tiene que ver los dieciocho años de su Jáculos?
Eso era un misterio aún. Por ahora le importaba" como, de que manera y en qué circunstancias haría el amor sin lastimar a su mujer" y lo mágico era que ya tenía la respuesta.
Su boca, sus dedos, el lubricante y su imaginación desbocada conseguirían que ese momento mágico sea el más maravilloso para los dos.
Fue a su tienda después de un largo viaje en carro pero sus congéneres no le dejaron en la ensoñacion que solía sumirse.
Había tantas cosas que hacer que hasta un jefe como el, tenía que mover el trasero.
Un grupo de mujeres bordaban un velo rojo con perlas y diamantes. Los hombres tenían nuevos y vistosos mantos para adornar los camellos, los niños hacían flores de papel y las chicas jóvenes se probaban nuevos vestidos y peinados.
Y el tesorero de Amenokai lo esperaba para dirimir todos los comestibles y bebidas que traería el camión para la boda.
Tamaz le había mandado un vídeo de su Jáculos ensayando su caminar el primer día, con zapatos altos que le hizo reír un montón.
Eso era lo extraordinario de su amada, le hacía reír. Y muy poca gente hacía reír al gran jefe Amenokai.
Realizó la lista de víveres que debían llegar esa misma tarde y miró las túnicas de fiesta azules que le trajo su tesorero.
Túnicas que solo usaría en la ceremonia. Luego en la carpa con su amor estaría como dios lo trajo al mundo.
Sabía que debía convencer a Jáculos de hacer el amor diciéndole que la tribu estaba esperando en la puerta de la carpa la consumación.
Con eso y con muchos besos sería suficiente , pensó. Y luego se fue feliz a contar las horas y minutos para verla.
Vocabulario Tamazight :
* Idder: El que tiene vida.
* Amenokai: Ni idea. Nombre puro invento.
* Baragsen : Orgullo.
* Yuften : Ser superior.
