Veronica

Nataly.

Todos dirán que soy una mala mujer por haberme enamorado de Lucas, pero ni yo sé cómo sucedieron las cosas. Cuando menos lo esperaba, ya me encontraba enredada con él. Por supuesto, me dolía traicionar a mi hija. Le he mentido en muchas ocasiones, pero mi secreto más grande es muy difícil de compartir. Tengo miedo de que no reaccione bien. Pero en fin, esa es la vida que nos toca a los que cometemos errores con las personas que más queremos.

- ¿En qué piensas tanto?

- Mi hija, sé que no me ha perdonado, pero sin embargo, me alegra saber que hoy estará a mi lado.

-No quiero que vayas a pelear con ella. Le puede hacer daño al bebé.

El secreto más grande que había guardado Natalie era que el padre de Verónica se encontraba más cerca de lo que se imaginaba. Cuando estaba joven, se enamoró de un hombre que se encontraba casado y, por miedo de que él la obligara a abortar, decidió alejarse de él sin decir una sola palabra. Se escondió en las sombras para proteger a aquella criatura que tanto deseaba. Rodrigo, en ese tiempo, era un joven lleno de ambiciones y metas. Aunque tenía solo 20 años en ese momento, ya se encontraba comprometido con una mujer que sus padres habían elegido. En el trayecto de su vida, se encontró con Natalie, una joven dulce, cariñosa y de ojos encantadores que lo hipnotizaban cada vez que la miraba. Se fue enamorando de ella lentamente hasta el límite de perder la cordura y de casi no querer regresar a su casa con tal de estar al lado de ella.

Se encontraba muy tranquilo en su oficina cuando Natalie lo llamó para decirle que quería pasar con él todo el día. Lo que él no se imaginaba era que había utilizado ese enganche para estar por última vez al lado de él. Pasaron un día increíble en el que su celular parecía que fuera a estallar de tantas llamadas que tenía de su esposa. Fueron pasando las horas y la noche llegó, ya siendo de madrugada. Natalie tomó sus cosas y, en silencio, salió de esa habitación. Hasta ese día, Rodrigo no volvió a encontrar ni la sombra de aquella mujer.

Aún con el transcurso de los años, sigue preguntándose qué había hecho para que aquella mujer se alejara de su lado. Se miraba tan feliz que incluso estaba dispuesto a dejar a su pareja para iniciar una nueva vida con ella. Lentamente dejó pasar los días y, cuando menos se dio cuenta, habían transcurrido años sin poder volver a verla.

El mundo es tan pequeño que pueden pasar tantas cosas. Una tarde, Natalie se encontraba en una tienda de ropa comprando cosas para su futuro bebé. Al frente de ella se encontraba aquel hombre que había amado por tantos años y que había decidido olvidar a la fuerza.

"Nataly", dijo Rodrigo.

"Hola, Rodrigo", casi con lágrimas en los ojos, lo abrazó como si tuviera un fantasma el que tenia al frente.

"Solo eso vas a decir", preguntó Rodrigo.

"Mejor busquemos un lugar para poder hablar", respondió Nataly.

Salieron juntos del local y se dirigieron a una cafetería para hablar de aquel pasado que tanto anhelaban recuperar.

"Quiero que me expliques por qué jugaste conmigo. No sabes lo que sufrí al no encontrarte", dijo Rodrigo.

"Seamos sinceros, Rodrigo. No me encontraste porque no querías. Si hubieras deseado encontrarme, lo habrías hecho. Tienes muchas influencias. Tal vez te aferraste a la idea de que tu vida con tu señora era mejor que al lado mío", respondió Natalie.

"No me vengas con sermones, porque te recuerdo que fuiste tú la que me abandonaste", dijo Rodrigo.

"Rodrigo, aquí nadie abandonó a nadie. Te recuerdo que para ti yo era aquella mujer que satisfacía tus deseos, de los cuales tu esposa no cumplía", respondió Natalie.

"A esa mujer la saqué de mi vida. Quiero que vuelvas a mi lado", dijo Rodrigo.

"No. Mira, estoy embarazada y muy feliz", respondió Natalie.

"Eso veo. Deberiamos darnos una oportunidad para que recuerdes lo felices que éramos", dijo Rodrigo.

"No. Si acepté reunirme contigo fue por una sola cosa. Cuando me fui de tu lado, lo hice por una simple razón. Me encontraba en mi mejor momento y no estaba preparada para que tú acabaras con esa felicidad que sentía en mi interior. Aquel día que me alejé de tu lado, en mi vientre llevaba una criatura de aquel amor".

-¿Qué dices, Nataly? ¿Tenemos una hija?

-No, tenemos una hija, una preciosa mujer anhela encontrarte.

- Dime dónde está, la buscaré.

- Sé que saldrías corriendo a buscarla, pero necesito que esperes un día. Mañana ella llegará a ti sin que la busques. Ella aún no sabe quién es su padre, sabe que tiene un padre, pero no quiénes en realidad.

- OK, toma mi tarjeta para que ella me busque.

Nataly recibe la tarjeta en su mano, pero no sabía todo lo que se le aproximaba por aquel hombre, y la tormenta que se le espera a Verónica.

Rodrigo, después de una semana desde que Nataly desapareció de su vida, no soportaba nada. Su esposa cada vez era una mujer insoportable y en uno de sus arranques la tomó prisionera y la llevó a un cuarto oscuro para torturarla y ahí la tiene encerrada por más de 20 años. La va a visitar una vez al mes y cada vez que lo hace lleva a un nuevo hombre para que la violenten. Para que nadie sospechara de él, hizo una carta con la letra de ella en donde indicaba que no quería estar más en ese lugar, que quería estar libre y conocer nuevos horizontes antes de formar una familia con Rodrigo. Frente a sus familiares, pinche tristeza y que deseaba que regresara. Pero más adelante le redactó a la familia a ella que él iba a seguir con su vida, ya que no podía seguir enamorado de una ilusión de una mujer que no lo quería a su lado.

Tenía muchas influencias en el mundo bajo. Por la rabia e impotencia de que Nataly lo hubiera dejado, decidió sacarse toda esa furia con su esposa, aquella mujer que solo deseaba que la miraran a los ojos con cariño.