La Luz De Mi Luna.

Cuando lleguemos a la casa de mi madre, lo bese y baje emocionada.

Walter y mi mamá estaban parados en la entrada.

Imaginé que Walter le contó a mi madre que vendría. El está encargado de la seguridad de mi familia, Leltxu dio la orden que los cuidarán el día que trataron de matarme.

- ¡Mami!, grite.

Ella me abrazo y besaba mi rostro.

- ¡Mi hermosa princesa, te extrañe!.

- Y yo mami.

- Buenos días Leltxu, dijo sería mi mamá.

- Buen día señora.

- Ven vamos a comer algo, estás tan flaca y esos ojitos hinchados, ¿acaso estuviste llorando?

- No, dije sonriendo.

- Si claro, no soy tonta, decía en mi oído

Soy tu madre Amarís conozco bien a mi hermosa hija.

- Mamá por favor.

Me senté, la mesa estaba llena de mi comida favorita y postres.

- Mamá, ¿sabías que vendría?.

- Me contó el tonto de Walter, decía sonriendo.

Walter y Leltxu se quedaron afuera platicando.

- ¡Come mi amor!, decía mi mamá.

- Si mami

- Todo está bien princesa, ya estás en casa, en un rato llega tu hermano.

- ¿Y como está?

- Feliz por qué están esperando su primer hijo.

- ¡No sabía, que felicidad!

- Pronto tal vez mi hija me de una sorpresa, decía sonriendo.

Entonces recordé la maldición, el primer hijo de Leltxu morirá. Mis lágrimas volvieron a salir.

- ¿Qué pasa corazón?

- Nada mami, es que me emociona que pienses que yo puedo ser mamá.

- Bueno aunque el no me agrada, ya me pidió tu mano.

- ¡cuándo!, dije nerviosa.

- Un día me llamó y me dijo, señora se que no es la manera pero solo quiero pedirle la mano de Amarís, la amo y quiero casarme con ella.

- ¿Eso te dijo?

- Si, mañana te pedirá matrimonio, decía mi mamá en mi oído, están preparando una hermosa fiesta.

- ¡Mami era sorpresa!

- Eso creo, decía ella sonriendo.

Gire y mire a Leltxu sonriendo.

*Creo que mi suegra acaba de arruinar mi sorpresa*, decía él en mi mente.

- Irina está como loca, decía mi mamá.

- ¿Ya la conoces?.

- Si es hermosa y está loca por Walter, se ve que se aman mucho, me gustó, ella es una chica muy inteligente y trabajadora.

- Si.

- ¡Hablan de mi!, decía Irina.

- Hola hija, decía mi madre mientras Irina la saludaba con un beso.

Me abrazo.

- Todo saldrá bien, no te preocupes, decía ella en mi oído.

Yo sonreí nerviosa.

- Tenemos que ir de compras, necesitas un hermoso vestido, en la tarde llegará el maquillista y creo que sería lindo que te arreglaran ese hermoso cabello.

- Gracias, pero estoy bien así.

- Tu mamá y yo planeamos ésto para ti, no vas a rompernos el corazón.

- Ok, dije sonriendo.

- Bien es hora de irnos.

Caminamos a la salida.

- ¡Hola Walter, adiós Walter!, dije mientras Irina me empujaba.

- ¡Adiós amiga diviértete!

Irina se detuvo.

- tu mate quiere despedirse.

Leltxu la miró enojado. Lo abrace.

- Diviértete mi amor, dijo leltxu besando mis labios con ternura.

- Te voy a extrañar.

- Te veré en unas horas, tengo unas cosas que hacer, pero estaré ahí si me necesitas.

- Si mi amor, nos besamos con pasión.

- Me dejas sin aliento, decía el besando mi mejilla.

- Te amo

- Y yo mi amor.

Nos subimos al auto de Irina, ella manejaba.

- Será divertido, toda la tienda está cerrada para nosotras.

- ¡Toda!, decía mi mamá

- Ya sabes cómo soy de loca, le decía a mi madre.

Mi mamá se reía.

- Un día Irina llegó a la casa con 20 tartas porque Walter no le dijo cuál me gustaba, ella compró todos los que tenían en la tienda.

- Y recuerdas las botellas de vino, decía Irina sonriendo.

- Si hija, se carcajeaba mi mamá.

- Le compre a tu madre dos cajas porque escuché que dijo solo quiero dos, y yo pensé dos cajas, cuando me miró llegando con dos cajas me dijo que las regresara, pero le dije que era una oferta, pero la realidad es que yo me equivoqué.

Mi mamá movía la cabeza.

- Esta tan enamorada que no pone atención, decía mi madre.

- ¡Pues ese chocolatito me trae loca!, decía sonriendo.

Yo me reía.

Llegamos a la tienda de vestidos.

- Hola señora Irina, decía la gerente.

- Hola Ana, ella es mi amiga Amarís y pronto seremos familia, en la noche tendrá una cena especial, queremos algo lindo.

- Si claro. Pasemos a la sala, por favor.

Nos sentamos en un sillón, nos mostraron varios vestidos y yo aún no podía elegir todos eran hermosos.

- Esté es lindo, decía mi mamá.

- No se, está muy descubierto.

- Es sexi, decía Irina.

- No sé.

No quería ser muy provocativa aún no se quienes estarán en la fiesta.

- Irina ¿quienes estarán en la fiesta?

- Solo mi familia.

- ¿Sus padres?.

- Pues claro, hoy le avisé a mi tía, ya vienen en camino.

- A ok.

Tenía que elegir algo lindo, esta noche tiene que ser especial, pensaba.

Elegí un vestido blanco de seda, me encantó.

- ¡Pero es blanco!, el blanco solo se usa en las bodas, decía mi madre.

Irina se reía.

- Te ves hermosa, él se va a volver loco. Sabías que su color favorito es el blanco.

- ¿Por qué?.

- Su lobo es blanco dijo en mi oído.

- Es verdad.

- Aunque últimamente le gusta el color rojizo, ¿quién sabe porqué?, decía sonriendo. Nos llevaremos ese vestido, decía Irina a la vendedora.

Me quite el vestido, mientras me cambiaba, escuché a las empleadas del lugar hablando.

- ¿Esa es la luna del alfa Leltxu?, dijo una.

- Si, es humana, dicen que el elegirá a otra que sea lobo porque no la quiere marcar.

- Pues a mí me encantaría que me mordiera mil veces, decía la otra chica, soltaban las carcajadas.

Mi corazón latía tan rápido, sentía rabia.

- ¡Lista!, decía Irina entrando a los vestidores.

Yo tenía mi puño con sangre.

- ¿Qué carajo te paso?, gritaba Irina.

- Nada solo le di un golpe a la pared, dije molesta.

- ¡Estás loca el me va matar!

- ¡No es tu culpa, es mía por ser una tonta humana débil!, grite, salí enojada de la tienda, comencé a correr sin rumbo. Irina corría detrás de mí.

De pronto unos tipos me sujetaron y me subieron a un auto.

Yo luchaba para que me soltaran, pero era difícil porque ellos eran muy fuertes.

Irina golpeó a uno, otros dos la golpearon, ella cayó al suelo.

- ¡Irina!, le grite mientras el auto avanzaba.

Uno de los hombres me golpeó en la cabeza y me desmayé.