Un Matrimonio Por Conveniencia.

El día de hoy es un día menos caluroso. Se siente mucho mejor, el medicamento que la doctora le dio para las náuseas está surtiendo su efecto porque ya no tuvo en toda la mañana. Por suerte no se ha encontrado con Lucca, desayuno con el abuelo Francesco, a quien le dio la noticia de que serán gemelos y salió a la alberca a nadar un poco, la doctora le aconsejo que se cuidara mucho los primeros meses, pero un poco de ejercicio liviano no le haría daño.

Después de nadar, se toma una ducha y se pone algo cómodo, un vestido color verde que le hace juego con sus ojos, esta bellísima y poco a poco su vientre parece más abultado, no va a poder esconderlo por mucho tiempo más de su esposo.

Hoy viene Isabella a tomar el té con ella, como se lo había prometido, así que una de las chicas de servicio les preparo una mesa en el jardín con una merienda completa, para que las muchachas hablen a gusto y disfruten de su tarde.

Cuando la joven llega a la casa, se saludan con cariño y se acomodan en el jardín, esperando el té de Marian, la muchacha de servicio, de origen latino, que hace años trabaja para el señor Francesco.

—Señora Abi, cada día está más bella, tiene un semblante tan radiante y unos ojos luminosos —comenta Isabella, elogiandola, así dicen la etapa del embarazo es cuando la mujer se pone más bella y Abi no es la excepción.

—Por favor, Isabella, solo dime Abi, nada de formalismos.

—Está bien, Abi —dice la muchacha sonriendole.

—Señora chiaraviglio aquí tienen el te —Marian acomoda las tazas, en cada lado de la mesa.

—Otra más que me llama señora, chicas tengo 25 años dejen de decirme señora y díganme Abi. Me hacen sentir una anciana —comenta divertida.

—Esta bien... Abi me retiro, con su permiso. Cualquier cosa que necesite, llámeme, estoy en la cocina.

—Así me gusta, Marian —Abi le sonríe y la joven latina le devuelve la sonrisa.

—Cuéntame que tal la cena de negocios, Abi, estabas tan linda esa noche —recuerda Isabella.

—Estaba hermosa porque tu hiciste un gran trabajo, toda la noche elogiaron tu peinado.

—Gracias Abi, sin embargo, cada día estas más bella, estas feliz, se te nota en la cara, el señor Chiaraviglio debe ser un buen esposo para ti—si supiera que esta feliz por sus bebes y no por el idiota de su marido.

-Debo confesarte algo, Isabella, aún nadie lo sabe, así que debes guardar silencio porque es una sorpresa para Lucca

—Dime con toda confianza, soy una tumba.

—Estoy embarazada de gemelos Isabella, por eso estoy tan contenta.

—Con razón estas radiante, te felicito Abi, gemelos, el señor chiaraviglio saltará de la felicidad.

—No te creas , el quería solo un hijo. No se que pensara sabiendo que serán dos.

—Mira Abi... no conozco al señor, pero mi marido que trabaja para la empresa, me dijo que él no es tan malo como aparenta, el jefe nos ayudo mucho a progresar, a tener nuestra casa—Abi no puede creer lo que está escuchando, ese no es su marido, Lucca no es así — pero se pondrá feliz ya veras, en este momento necesitas mimos y muchos cuidados, su matrimonio se afianzara mucho más con la llegada de los niños—matrimonio piensa Abi, el matrimonio más falso del mundo.

—Abi ¿estas bien? —pregunta Isabella al verla pensativa. Debe decirle la verdad a alguien o podría explotar en cualquier momento y no quiere hacerle daño a sus bebés.

—Isa en realidad.... Este matrimonio no es real—no puede creer que finalmente lo dijo, se siente tan aliviada de que alguien conozca su secreto.

—¿Como que no es real, Abi? ¿A que te refieres?—pregunta sorprendida.

—Lucca y yo estamos casados por un contrato, es un matrimonio por conveniencia —explica, al borde de las lágrimas, necesita tener una amiga al lado de ella a la que pueda contarle sus sentimientos y dolores frente a este maldito matrimonio.

—¡Dios mio! pensé que en esta época esos matrimonios ya no existían. ¿Pero por que, Abi?

—Mi padre le pidió un préstamo muy importante a Lucca, para invertir en un negocio norteamericano y puso nuestra empresa como garantía, el negocio salió mal y nos quedamos en la ruina. Mi esposo se quedó con todo lo que era nuestro.

—El señor Lucca es implacable con la competencia—acota la joven.

—Y lo comprobé, Isabella, soy la prueba de que lo que dicen de él, es cierto.

— cuéntame, ¿como llegaron a casarse?

—Es una larga historia, pero Lucca necesitaba una esposa para quedarse con las concesionarias Chiaraviglio y le propuso a mi padre un matrimonio de conveniencia por un año, así perdonaria todas nuestras deudas.

—¡Oh Dios mio! eso es muy cruel.

—Tuve que aceptar, Isa, no tenía otra alternativa, no podía perder todo lo que le pertenece a la familia y sobretodo despedir a cientos de empleados, empleados de toda la vida.

—Te entiendo, Abi, pero creo que tu te has enamorado de el ¿verdad? —ella comienza a llorar , el embarazo la tiene muy sensible.

—Perdón, son las hormonas, en realidad si lo amo y no te das una idea de cuanto, pero también lo odio.

—Hay algo más ¿verdad? —pregunta Isabella, con curiosidad.

—Si, hay algo más, antes de casarnos, vine de vacaciones a Italia a despejar mi cabeza de todos los problemas, y en el avión lo conocí, se hizo pasar por su abuelo, Francesco Capelli. Yo no conocía la imagen de Lucca así que fue fácil engañarme, el se comportó tan gentil, dulce conmigo toda la semana que me enamore de él perdidamente y el también se enamoro de mi, fue tan dolorosa la despedida, al saber que yo debía casarme con otro hombre y que estaba perdiendo al amor de mi vida, porque siento que Lucca es eso para mi, pero imagínate cuando se presento en mi casa como Lucca Chiaraviglio, yo pensando que Francesco había ido por mi y enterarme que era mi futuro marido casi muero de la angustia. Ese día mi corazón se rompió en pedazos y todavía esta sanando.

—Amiga querida, no puedo creerlo. Pero si el también te ama ¿por qué este matrimonio no puede ser real?

—Porque Lucca ama más el dinero que a mi, necesita tener un hijo para heredar todo y debe quedarse con el niño, cuando nos divorciemos dentro de un año, desapareceré con mis hijos y no podrá encontrarme.

—Es Lucca Chiaraviglio, amiga puede hacerlo, es uno de los hombres más ricos del mundo y tiene influencias.

—Lo sé pero tengo un año para planear muy bien mi desaparición— en ese momento el teléfono de Abi comienza a sonar y en la pantalla aparece un número italiano, desconocido , así que decide atender la llamada —hola ¿quien habla?

—Hola Abigail Moreno, soy Juliet, seguro sabes quien soy, soy el amante de tu marido—confiesa la italiana, con mucha seguridad.

—Hola Juliet se quien eres, ¿por que me llamas?—pregunta Abi, desconcertada, el maldito de su esposo sigue tomándola de estúpida , nunca termino con ella.

—Necesito hablar contigo ¿Puede ser mañana? - Juliet le pasa la dirección de un bar.

—Muy bien Juliet, allí te veré.