Juliet ha reencarnado en Rosalie, quien ha estado casada con el Marqués Paul, un hombre que le ha sido indiferente por 4 años, hasta que un día trae a casa a Aina, le mujer que siempre ha amado y la hace su concubina, pero Rosalie ya no es la misma y hará lo posible por librarse de ese matrimonio, para no convertirse en la villana de la historia.
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capítulo 22- sus malas intenciones
madre, no es posible que mi reputación caiga de manera horrible.
Carlota recién regresaba a casa después de acudir a una fiesta de té, pero en ese mismo sitió, ella fue el centro de atención cuando las mujeres comenzaron a decir que su madre estaba tratando de arruinar el matrimonio del Duque y Rosalie, se burlaron de ella por tener una madre loca que no supera que su hijo haya perdido a una buena mujer para casarse con una princesa que nadie soporta, que lo único que hace es vivir con un rencor hacía su ex nuera y que por ello quiere arruinar su matrimonio.
- esas malditas. No comprendo como pueden estar de lado de esa perra bastarda.
- madre así ya no podré casarme con el duque. Uy! Si tan solo existiera un príncipe heredero, yo ya sería la princesa heredera.
- por supuesto que si, el Duque debe de ser un tonto que no se da cuenta que casarse con esa bastarda, fue el peor error que ha cometido.
En la mansión del Duque, todo iba normal, después de los sucedido no han sido molestados por Tabatha y su hija, Rosalie se quedaría ahí por unos días, llevando su función como duquesa, así que ha estado revisando lo que le corresponde, todos han sido amable con ella así que le va bien. Vincent estaba de regreso cuando un carruaje se detuvo en la entrada, venía con varios guardias del palacio, así que supo de quien se trataba, era sin duda Aina, le permite pasar y hace que la lleven a la sala de invitados, pero le pide a su mayordomo que llame a Rosalie para que acuda a la sala.
- lamento venir así, pero había algo que me preocupaba.
- supongo que tiene que ver con mi matrimonio. Espero no diga lo mismo que otros.
- no, es solo que, no me había dicho nada. Pero lo que me preocupa es su esposa, verá estuve enviando invitaciones para usted, pero nunca acudió, creo que su esposa nunca le dio esas invitaciones.
- ¿que le hace creer que mi esposa no me dio esas invitaciones?
- e-es que se trata de mi y usted sabe mi historia con ella y el marqués.
- lo se, pero las invitaciones llegaron a mis manos, solo que no creí que sea correcto acudir a esas fiestas.
- ¿por qué no? Se supone que usted y yo solo somos amigos, no creo que a su esposa le moleste.
- no, no le molesta, pero soy yo quien no quiere nada que ver con usted, si me porte bien con usted es porque su madre adoptiva fue mi doncella, nada más.
- n-no puede ser...yo creí que usted me consideraba su amiga.
- creo que ha confundido mi amabilidad, princesa.
- cariño volviste.
Rosalie entro ignorando a Aina y se fue a sentar en el regazo de Vincent, aprovechando para darle un beso en la mejilla, Vincent se sorprende pero trata de actuar normal.
- esposa, tenemos un invitado.
Rosalie voltea hacía Aina y actúa sorprendida, por lo que se pone de pié y hace una reverencia.
- mil disculpas princesa. Aunque ya sabe, estás cosas son normales entre enamorados.
- l-lo es cuando se está a solas.
Aina aprieta las manos sobre su vestido, era molesto ver esa escena.
- lo siento, no me avisaron que había visita, no esperaba que la princesa real viniese hasta el ducado.
- solo vine a visitar a un amigo, el Duque y yo hemos sido buenos amigos y también es amigo del marqués. Aunque el Duque me ha ayudado mucho desde antes.
- la princesa era hija adoptiva de mi niñera, ella me pidió ayudarla, así que solo cumpli con la petición de esa mujer que se porto muy bien conmigo.
Menciona Vincent de manera sería, tal parece que Aina se ha hecho una idea equivocada durante todo ese tiempo.
- oh! Ya veo, que bueno que tuvo la ayuda de mi esposo, yo se que es un hombre generoso.
Rosalie sostiene la mano del albino y este corresponde el agarre, incluso besa el dorso de la mano de Rosalie, causando mayor molestia en Aina.
- s-si lo es, yo mejor que nadie conozco lo amable y generoso que es.
- siendo así me sorprende que teniendo un hombre tan maravilloso haya preferido al marqués, aunque agradezco eso, porque así he tenido la fortuna de unir mi vida a este maravilloso hombre, no sabe cuanto le agradezco que Paul se haya enamorado de usted.
- también agradezco eso, si no, no habría tenido la oportunidad de casarme contigo mi bella esposa.
Ambos se miran con ternura, cualquiera que los viera sin duda pensaría que son una pareja que se ama y Aina podía notar eso, el Duque ya nisiquiera la mira a ella.
- e-es tarde para volver, si no le molesta, quisiera quedarme a pasar la noche.
- a mi no me molesta, le pediré al mayordomo que mande preparar una habitación.
Menciona Rosalie y se pone de pié para salir, estando fuera deja salir un suspiro, ahí dentro pudo notar algo extraño, Aina parecía bastante molesta por el supuesto matrimonio, algo que no debe ser así pues Aina ahora es la prometida de Paul, ambos se casaran y serán felices, así que no hay razón para que Aina este enojada. Le pide al mayordomo preparar una habitación, más tarde Aina cena con ellos, pero no deja de verlos mientras Vincent y Rosalie se muestran cariñosos, al terminar la cena, Rosalie se retira primero, mientras que Vincent se va a su estudio, es hasta más tarde que el albino va camino a su habitación pero Aina le esperaba en el pasillo.
- princesa ¿pasa algo? ¿la habitación no es comoda?
- esta bien, es solo que quería hablar un poco. Duque ¿esta seguro de su matrimonio con lady Rosalie?
- lo estoy, no tiene que preocuparse por eso, preocúpese en su propio matrimonio, ahora finalmente puede usted estar junto al hombre que ama.
- eso es verdad, pero no puedo evitar preocuparme, me preocupa que usted solo se este casando con lady Rosalie por despecho, porque ella fue la esposa del marqués.
- ¿despecho? No se que tenga que ver, pero si me case con Rosalie es porque ambos nos queremos.
- pero lady Rosalie...ella nisiquiera sabe si es buena persona.
- se que lo es, de lo contrario, usted habría sido tratada mal por Rosalie.
- ¿esta seguro que no me trato mal? Usted no sabe lo que he pasado en esa casa.
- ¿que esta insinuando princesa?
- ya lo sabe y se trata de lady Rosalie...ella no tan buena como cree.
- hable más claro y espero que lo que diga tenga pruebas que lo corroboren.
- bueno, es que yo no...
- cariño, te estaba esperando aún no...oh! Princesa, que pena.
Rosalie tenía abierto su bata y debaja ver que llevaba un camisón de encaje, cuando Aina vio eso, miro a Rosalie con molestia.
- no debería vestirse así y menos frente a un hombre.
- lo siento, aunque mi cariño es mi esposo y es normal.
Rosalie sostiene la mano de Vincent y este pasa menor a abrazarla de la cintura.
- así es, estamos casados. Si nos disculpa, queremos pasar nuestro tiempo de esposos a solas.
- cariño. Igual y no creo que quiera ver princesa. Con su permiso.
Ambos se dirigen a la habitación del Duque mientras que Aina se queda ahí, pero estaba aún más furiosa, no podía soportar la idea de que Rosalie se haya ganado el corazón del Duque, no puede ser así, el Duque solo la miraba a ella, incluso peleo con Paul por ella, no puede solo haberla olvidado en unos meses. En la habitación, Vincent cubre con una sábana a Rosalie.
- no debe dejarse ver así.
- lo siento pero...es que me he enojado, ella, ella insinuó que yo la trate mal...
- así que lo escuchó, también me molesto que dijera aquello.
- juro que quería golpearla, para que diga con justa razón que la trate mal.
Rosalie estaba molesta, se supone que Aina es una chica de buen corazón pero justo ahora no fue diferente a la reina o a Tabatha.