Alejandro es un exmilitar que junto a su amigo fundó una empresa de seguridad. Su vida iba relativamente bien. Hasta que acepta ser quien se haga cargo de la seguridad de Paulina Montez, la hija de uno de sus principales clientes. Paulina es una chica de 18 años, con una vida desenfrenada, pero con la llegada de Alejandro a su vida, todo dará un giro de 180 grados, cuando la atracción entre ellos empieza a ser inevitable.
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capitulo 18
Alejandro Olmedo
--- Y ahora qué--- dijo ella con una cara de ternura, yo tome la botella de champán y serví dos compás empezamos a tomar nos sentamos en el suelo y comenzamos hablar cada trago era una pregunta y una confesión ella empezó primero con las preguntas
--- Con cuántas mujeres te has acostado?--- en mi cabeza giraba la posible respuesta, dije desde el principio que no iba a mentir pero que debía decir.
--- aunque no lo creas he salido con muchas mujeres pero con ninguna me he acostado---
--- No te creo, no hay hombres vírgenes a tu edad---
--- A penas estoy por cumplir 27 años no soy tan viejo, y te recuerdo que mi trabajo me absorbe mucho tiempo y creo que no he encontrado a la indicada---
--- Y que hay de Diana, con ella no te acostaste---
--- No, y ya no la menciones además lo más cercano a tener sexo, bueno fue como aquella vez que me descubriste---
--- Ya ni me lo recuerdes te dije que voy a necesitar terapia---
---- No creo que haya sido al único que has visto, tu vida como modelo ese ambiente debes de haber salido con varios así que tú con cuántos te acostaste--- pregunté pero creo que mis palabras la enfurecieron por qué levantó la voz
--- Crees que soy una p**a o que, no tardas somos así es cierto salí con varios modelos pero solo por publicidad y yo sí soy virgen---. dicho eso se levantó y se fue a la cama yo me quedé un rato bebiendo hasta que me pude dormir.
A la mañana siguiente me desperté por la incomodidad que estaba pasando ya que me había dormido en el piso, Paulina seguía dormida en la cama y aún traía el vestido de novia, cuando se despertó me aplicó la ley del hielo, me estaba ignorando pero muy pronto se le pasó el enojó, ya que luchaba para quitarse el vestido y yo solo reía
--- Deja de reír y ayudame con el cierre--- y enseguida fui en su ayuda comencé desabrochando el cierre quedó al descubierto su espalda al parecer no traía sujetador y su cintura mis manos se deslizaron tocando su cuerpo sentía que algo me quemaba, mi cuerpo estaba muy estimulado me acerque más a ella, estaba a punto de bajar el vestido cuando escuché un pequeño gemido, se que Paulina trato de disimular pero al parecer ella también sentía algo me estaba dejando llevar cuando un poco de cordura regreso a mi cabeza.
--- Lo siento-- dije un poco apenado, para después correr al baño era urgente una ducha fría incluso si hubiera hielos no se me bajaría todo esté calor solo de volver a recordarla mi cuerpo volvía a reaccionar ni el agua fría servía en este momento, tanto que tuve que recurrir a la ayuda de mis manos para desahogar toda esta presión, creo que dos veces me tuve que liberar por que mi amiguito estaba tan firme como un soldado en frente de batalla.
--- Te encuentras bien--- gritó Paulina
--- Si enseguida voy---
--- Oye yo también necesito ocupar el baño ya he revisado la casa y no hay ninguno disponible, la señora del aseo dice que vendrán en unas horas a revisar la tubería---
Cuando salí del baño ella estaba sentada en la cama con una bata que apenas cubría su cuerpo y mostraba sus hermosas piernas.