La Apuesta De Angel

La noche avanzaba, con mucho romance y secretos. Corazones enamorados, como los de Celeste y Enzo, se entregaban al momento a su amor, mientras la fiesta se convertía en un escenario de emociones que estaban por explotar.

Marcos con victoria se había conectado muy bien.

Riccardo que miraba con amor a Iris y ella a él, pero no sé animaban a acercarse ni a declarar lo que sus ojos expresaban y sus corazones gritaban.

Apolo y Sofía que jugaban a no entenderse , a no mirarse por miedo a aceptar lo que sus almas necesitaban.

Sin que nadie lo esperará, Leo cortó la música, atrayendo la atención de todos los presentes.

Anna, junto a su hermano, observaban la escena con miradas cargadas de mentiras y ocultando sus verdaderos sentimientos por una venganza. La joven ardía de celos, incapaz de soportar la forma en que Leo miraba a Ángel, con un amor que parecía incendiar el aire. Su hermano, por otro lado, analizaba la situación con una mirada inquietante. No entendía por qué Ángel huía de Leo, a pesar de que sus ojos reflejaban el mismo amor que veía en los del él. Algo no encajaba, una pieza faltante en el rompecabezas, y él lo iba a averiguar muy pronto se dijo.

Leo, con una sonrisa pícara, se dirigió a todos:

-Bueno, gente, ustedes no saben que tengo un don especial. Aparte de los negocios, se me da muy bien el canto. Según me cuentan, heredé el talento de mi tío Drago, que le llevaba serenatas a mi tía Cata para conquistarla. ¿Es así, tía?

Cata, con los ojos llenos de amor, miró a Drago, reviviendo aquellos momentos tan maravillosos y locos.

-¡Así es, sobrino! -gritó, contagiando a todos con su alegría.

Leo, guiñando un ojo, continuó:

-Bueno, veremos si a mí se me da igual que a mi tío. Esto es para ti, hermosa. Ahí va...

Todos se miraban entre si, tratando de adivinar, la duda se apoderó de la multitud, que se preguntaban entre ellos, quién sería la destinataria de aquella inesperada dedicatoria.

Victoria, Iris, Celeste y Enzo intercambiaron miradas cómplices, sonriendo al conocer el secreto de Leo y que él tenía la intención de sacar a la luz.

Y allí, en medio de tanta gente, estaba Ángel, inmóvil, sintiendo que el tiempo se detenía. Sabía que la canción era para ella, cada palabra estaba dicha con amor, lo sentía pero no quería aceptarlo aún. Lo que Leo sentía por ella, era lo mismo que ella sentía por él pero no lo podía expresar , estaba aterrada , por culpa de esa apuesta, todo se arruinaría y lo sabía. Sus ojos se encontraron, conectando en un silencio intenso y lleno de Pasión.

Leo le sonrió, guiñándole un ojo, y entonces, la música comenzó a sonar con su voz dulce, llena de sentimientos, y sonó así:

Buenas noches, mucho gusto, eras una chica más

Después de cinco minutos ya eras alguien especial

Sin hablarme, sin tocarme, algo dentro se encendió

En tus ojos se hacía tarde y me olvidaba del reloj

Estos días a tu lado me enseñaron que en verdad

No hay tiempo determinado para comenzar a amar

Siento algo tan profundo que no tiene explicación

No hay razón ni lógica en mi corazón

Entra en mi vida, te abro la puerta

Sé que en tus brazos ya no habrá noches desiertas

Entra en mi vida, yo te lo ruego

Te comencé por extrañar, pero empecé a necesitarte luego

Buenas noches, mucho gusto, ya no existe nadie más

Después de este tiempo juntos, no puedo volver atrás

Tú me hablaste, me tocaste y te volviste mi ilusión

Quiero que seas dueña de mi corazón

Entra en mi vida, te abro la puerta

Sé que en tus brazos ya no habrá noches desiertas

Entra en mi vida, yo te lo ruego

Te comencé por extrañar, pero empecé a necesitarte luego

Entra en mis horas, sálvame ahora

Abre tus brazos fuerte y déjame entrar

Entra en mi vida, te abro la puerta

Sé que en tus brazos ya no habrá noches desiertas

Entra en mi vida, yo te lo ruego

Te comencé por extrañar, pero empecé a necesitarte luego

Te comencé por extrañar

Pero empecé a necesitarte luego...

Tras terminar de escuchar la canción, Ángel sintió que el mundo se le venía encima. Las lágrimas brotaron sin control inundando su rostro mientras huía, incapaz de soportar por más tiempo el peso de sus sentimientos.

Celeste, con el corazón roto también por toda esta situación,intentó seguirla, pero Enzo la detuvo.

-Déjalos, hermosa. Ellos lo deben solucionar solos-le dijo, no sabiendo la verdad detrás de toda esta situación.

Celeste, consciente de la verdad oculta, asintió en silencio, reprimiendo las palabras que querían salir de su garganta,pero no podía expresarlas.

Ángel corrió hasta llegar a su jardín secreto de rosas, aquel rincón donde las rosas perfumaban el aire y las lágrimas se confundían con el frío de la noche. Allí, arrodillada en el pasto, gritó con todas sus fuerzas, liberando el dolor que la consumía por dentro.

Leo, al verla huir, no dudó ni un instante. Corrió tras ella, guiado por el instinto y la desesperación. La encontró en el jardín, llorando como loca , muchas lágrimas en sus hermosos ojos- pensó y la abrazó por detrás, apoyando su cabeza en su hombro.

-Amor, no te alejes. No te vayas. No te asustes. Te voy a esperar, si es por la diferencia de edad. Te voy a respetar, te lo juro.

Para Ángel, escuchar esas palabras fue como una puñalada más profunda en el corazón. Se giró para mirarlo a los ojos, encontrando en ellos un reflejo de su propio sufrimiento pero él no tenía la culpa de nada , ella sola era la que había ejecutado todo.

—No puedo... —susurró, sintiendo que las palabras se le quedaban en su garganta. ¿Cómo confesarle la verdad? ¿Cómo explicarle que todo había comenzado como una maldita apuesta? ¡Que lo había planeado todo! ¿que había mentido y fingido?

Sabía que nunca la perdonaría, que nunca la entendería. Y lo perdería para siempre.

Leo, ajeno a la tormenta que se desataba en el interior de Ángel,a la verdad que él no sabía,la miró con ternura, sintiendo que su alma se desgarraba con cada lágrima que caia por su rostro.

-Amor, te amo como nunca pensé amar a una mujer. Eres mi luz en la oscuridad. -Tomó la mano de Ángel y la colocó sobre su corazón-. Escucha... Es por ti que late así. No te alejes... Quiero ser el dueño de tu corazón también , amor. Estoy muriendo por entregarte la pasión que tengo aquí dentro. Entrégame tu amor, Ángel, no temas, no te voy a lastimar.

Ángel se sentía morir y la realidad la golpeó más fuerte ,se decía en su alma (“ yo te voy a lastimar Leo si te enteras la verdad , tu a mí no").

Y entonces, Ángel se rindió. Se aferró al cuello de Leo , lo besó con una desesperación que nunca antes había experimentado. Un beso cargado de dolor, de arrepentimiento y de un amor que ya no podía ocultar.

Leo respondió a su beso con la misma intensidad, entregándose por completo a la pasión que los consumía. La acostó suavemente en el pasto, acariciándola con ternura mientras sus labios exploraban cada rincón de su piel.

Tras un largo rato, se separaron, agitados y sin aliento. Fue entonces cuando Ángel tomó una decisión. No faltaba mucho para que terminara el verano...

El beso se perdió en el aire frío de la noche, dejando tras de sí promesas rotas y un silencio muy intenso.

Ángel se separó de Leo, sintiendo el peso de la mentira, del engaño como una cadena que le apretaba y la asfixiaba en su alma. La verdad no la podía decir porque sabía que no podría vivir con su odio, con su decepción y su desprecio , por un juego mal jugado por un capricho.

Pero no. No podía permitírselo. No podía confesarle a Leo que todo había sido una farsa, un juego cruel que había terminado por consumirla a ella misma. No podía ver el amor transformado en desprecio de él.Prefería huir, desaparecer sin dejar rastro, antes que enfrentarse a lo que significaría su confesión y lo que desataría.

La decisión estaba tomada. No le diría nada. Guardaría el secreto, enterrando esto en lo más profundo de su ser.

En lugar de eso, tenía otro plan en silencio, que le permitiera alejarse de él sin causarle un dolor peor.

Mientras Leo la abrazaba, sintiendo su calor y su protección, Ángel pensaba en cómo llevar a cabo su plan. No le diría que quería irse, no le daría ninguna explicación. Simplemente desaparecería.

"Mañana hablaré con su abuelo, y su madre"porque su papá no la dejaría ir, pensó, sintiendo un nudo en la garganta.

"Les diré que necesito un cambio, que quiero estudiar en el extranjero. Sé que será difícil convencerlos, pero haré lo que sea necesario para alejarme de aquí".

No le diría a Leo que se iba. No le daría la oportunidad de convencerla de quedarse. Simplemente se marcharía, sin despedirse, dejando tras de sí un vacío que, con el tiempo, esperaría que él pudiera llenar con otro amor, aunque eso le doliera. Pero decir la verdad no lo haría , era cobarde.

"Es lo mejor para los dos", se decía a sí misma, intentando justificar su decisión. "Si se entera de la verdad, me odiará para siempre. Y yo no podría soportar eso".

Pero, en el fondo, sabía que no era solo por él. También era por ella misma. No podía seguir viviendo con la culpa, con la vergüenza de haberlo engañado.

Así, mientras Leo la besaba con ternura, con pasión.

Ángel se despedía en silencio, con el corazón roto y el alma que sentía morir de a poco .

Sabía que estaba tomando la decisión más difícil de su vida en su corta vida , era aún adolescente.pero no veia otra salida que escapar.

Al día siguiente les diría a su madre y abuelo ,se marcharía sin mirar atrás, dejando atrás el amor que había encontrado en los brazos de Leo, un amor que, por su culpa, nunca podría ser.