Mi Fortaleza

...Narra Victoria....

El príncipe se colocó encima de mí. Sentir su cuerpo tan cerca al mío. Recorta mi respiración.

Sus manos empiezan a recorrer cada parte de mi cuerpo de una manera única y diferente.

Sus labios se separan de los míos, y fueron besando mi cuello hasta bajar a mis pechos. Mis pezones se pudieron duros, en el momento en que los toca.

Ejerce un poco de fuerza en ellos y no puedo controlar mis gemidos, escapan de mis labios sin esfuerzo.

Sus manos van bajando lentamente hasta en medio de mis piernas. Cuando siento sus dedos tocarme ahí.

Sentí una descarga eléctrica recorrer cada músculo de mi cuerpo. Mi cuerpo se pone tenso y mi respiración se acelera.

Fue realmente maravilloso lo que me hizo sentir.

Pedí el control de mis emociones y dejé que pasara lo que tenía que pasar entre el príncipe y yo.

Quería disfrutar ese momento tan único, para los dos. No sabía si sus palabras eran reales o solo lo decía para acostarse conmigo.

Después de pensarlo, una y otra vez, volvía a lo mismo. ¿Podría ser la hija de la Reina Sofía? Nunca podría saberlo si no tenia alguien poderoso que me proteja.

La decisión de entregarme a él, buscando un protector y sobre todo un futuro Rey. El respaldo del príncipe será muy importante para mí.

Hicimos el amor por casi toda la noche. Fue realmente maravilloso. Me quedé dormida en los brazos del príncipe.

A la mañana siguiente, antes de que alguien despertará; salí de la habitación del príncipe. Sin que nadie se diera cuenta.

Bueno, solo los sirvientes más allegados al príncipe. Al volver a mi habitación, lo primero que hice fue ir al baño.

Lave mi cuerpo con agua helada, y mientras lo enjabono sentí un fuerte ardor en mi espalda y cuello.

Al terminar sequé mi cuerpo y me puse una bata. Fui a la cama, durmiendo por un par de horas más.

Como siempre, Isabela escogió un vestido para mí.

_______ Buenos días... ___ Saludé a Isabela, sin poder borrar la sonrisa de mis labios.

Isabela voltea a verme y el vestido cayó de sus manos. Ella se puso pálida, como si yo tuviera algo en la cara muy horrible.

_____ ¿Qué pasa, Isabela? ¿Por qué me ves así?

Isabela recoge el vestido del piso y corre al interior del baño. Al volver, lo hace con un espejo enorme.

Lo pone delante de mí y dice.

_____ Victoria, estás enferma. Ve cuantas manchas hay en tu cuello y en tu espalda. También en tu pecho y en gran parte de tu cuerpo.

Avergonzada de lo que veía, tome la sábana y me cubrí por completo.

_____ ¡Maldita sea! ___ Susurré al darme cuenta de que el príncipe lo hizo a propósitos, para que el Duque se de cuenta de que ya no soy mujer para él.

______ Vicy, ¿tú sabes que enfermedad tienes?

La pregunta de Isabela no sabía si hacerme llorar o reír. No, tenía ni una enfermedad. Yo le llamaría de otras de manera, pero, no enfermedad.

______ Isabela, dejame a solas. ____ Dije desde abajo de las sábanas.

______ Vicy, le llamaré a la doctora que venga a visitarte.

_______ ¡¡¡NOOOOOOO!!!! ____ exclamó de inmediato.

Isabela se asustó con mi grito.

______ Vicy, ¿pasa algo que no quieras decirme?

______ No... Vete, vete... Pero, sin llamar a la doctora.

Isabela encoge los hombros y deja el vestido sobre el sofá. Me levantó corriendo de la cama y me veo, una y otra vez al espejo.

No, podía creer lo miserable que fue el príncipe al marcar mi cuerpo así. Quería que Francesco me viera y se diera cuenta de que ya soy su mujer.

Así iba a dejar de insistir en mi boda. ¡Ah, pero, esto no se va a quedar así!

Quiere que todos se den cuenta de que soy su mujer. Quiere ver arder en llamas este Palacio. Pues, lo va a ver.

Escogí un vestido aún más provocador, recogí mi cabello y no usé maquillaje. Salí de la habitación con una enorme sonrisa en mis labios.

En el pasillo me encontré con la princesa, que al verme su expresión cambio.

______ Buenos días, princesa... ____ Dije mirando fijamente a Artemisa.

Me ignora y baja las escaleras. Me levantó mis hombros y baje las escaleras hasta el vestíbulo.

Ahí me encuentro con Francesco, que por lo que veo está mejor. Solo fue una herida superficial la que el príncipe causó en su pecho.

______ Buenos días; su excelencia. ___ Dije haciendo una leve reverencia frente al Duque.

Extiende su mano y pasa la yema de sus dedos por mi cuello. Sin decir nada, se quita el saco y me lo pone.

______ Así está mucho mejor.

______ Ven, vamos a conversar afuera.

Me invita a que ponga mi mano en su brazo. Lo hago y salimos al jardín.

_______ ¿De dónde vienes?

La pregunta del Duque me hizo detenerme de golpe.

Abrí mis labios y quise decir algo, pero, mis palabras se ahogaron en mi garganta cuando el Duque dijo.

_______ No eres ninguna princesa, he investigado todo y el Rey de Grecia no tiene ninguna hija bastarda.

______ Bueno, sí, pero, no tan hermosa como tú.

Solté un suspiro y bajé la mirada. Comencé a contarle al Duque todo sobre mí. Desde que era una niña, hasta lo que tuve que vivir con la llegada de la Duquesa Leticia.

Él no podía creer que algo tan cruel me hubiera pasado. Acaricia mi mejilla.

______ Puedo ayudarte más de lo que te imaginas. Esa mujer va a pagar muy caro el haberte tocado.

______ ¿En verdad, su excelencia? ___ Exprese con alegría.

______ A decir verdad, la princesa Artemisa no me cae nada bien, por su parecido con la Duquesa Leticia.

______ En diversas ocasiones, su excelencia y yo hemos tenido problemas muy serios. Ella quiere mantener una imagen de la cual está muy lejos de ser.

______ Explota a los esclavos y luego los manda mata. Sé que ha cometido crímenes imperdonables. Que han quedado impunes gracias a su influencia como hermana mayor del Rey.

______ Su excelencia, podría ayudarme a volver a mi vieja casa. Recuerdo que mi madre solía guardar cosas en una de las cuevas donde me encerraba cuando era niña.