Lazos De Amor

Me despierto sintiendo el calor del sol en mi rostro y el sonido de los pájaros cantando fuera de la ventana. Me estiro y me doy cuenta de que Wilians ya se ha levantado. Me siento un poco desorientada, pero al mirar alrededor, veo que él ha dejado una nota en la mesita de noche.

La nota dice: —Buenos días. Me he ido a trabajar. Nos vemos más tarde. -W—

sonrío al leer la nota y me siento contenta y emocionada por lo que pasó anoche. Me doy cuenta de que estoy sintiendo algo especial por él, y decido ir a visitarlo a la empresa para visitarlo y hablar con el sobre mi regreso a la universidad.

Me dirijo al baño, sintiendo el suelo frío bajo mis pies. Abro la puerta y me encuentro con el espejo, reflejando mi imagen un poco despeinada y con sueño. Me sonrío a mí misma, recordando lo que pasó anoche y la nota que me dejó Wilians.

Me acerco a la ducha y abro el grifo, dejando que el agua caliente corra y llene el baño de vapor. Me quito la ropa y me meto bajo el chorro de agua, sintiendo cómo me relaja y me despierta. El agua caliente cae sobre mi piel, y me siento renovada y fresca.

Salgo de la ducha envuelta en una toalla y me dirijo al guarda ropa, no sin antes aplicarme mis cremas corporales de olor a coco y vainilla que me encanta.

Decido por tomar un vestido color rosado palo a la altura un poco más arriba de las rodillas, tiene una tira que cae sobre los hombros y el vestido es un poco descubierto en el pecho dejando ver algo de ellos. Este se amolda a mi figura perfectamente.

Amarro mi cabello en un moño alto y dejo dos mechones al frente libres, me aplico un poco de labial rosa y algo de pestañina, ya que no estoy acostumbrada a usar nada más, convino el vestido con unos tacones altos de punta fina negros, tomo una cade a y unos aretes algo sencillo y no tan llamativo con una cartera negra con tirantes de cadena.

Tomo mis cosas y me doy una última vista al espejo, ya que voy para la empresa de Wilians tengo que lucir a la altura de ser su esposa.

Al bajar las escaleras, la señora María me ve y me sonríe con calidez.

—¡Qué hermosa estás hoy!— me dice, mirándome de arriba a abajo con admiración. Me siento un poco sonrojada por el cumplido, pero le sonrío agradecida.

—¿Vas a salir?—me pregunta, y yo asiento con la cabeza. —Sí, voy a salir— le digo.

—¿Y para dónde vas?—me pregunta con curiosidad. Le digo que voy a visitar a Wilians en su empresa, y ella asiente con la cabeza.

—No te preocupes por nada— me dice con una sonrisa. —Ya llamo a uno de los choferes para que te lleve— Y sin esperar a que yo diga nada, toma el teléfono y hace la llamada.

—Listo— me dice después de unos minutos. —Juan estará aquí en unos minutos para llevarte a la empresa de Wilians—Me siento agradecida por su amabilidad y su eficiencia. La señora María es como una madre para mí, siempre cuidando de mí y haciéndome sentir bienvenida en esta casa.

Me subo al auto y me siento cómodamente en el asiento trasero. El chofer, Juan, me sonríe en el espejo retrovisor y me pregunta si estoy lista para partir. Asiento con la cabeza y él arranca el motor, comenzando a conducir suavemente hacia la empresa de Wilians.

El tráfico es moderado, pero Juan conoce bien las calles y nos lleva por un camino eficiente. Me dedico a mirar por la ventana, observando la ciudad que pasa por fuera.

Después de unos 20 minutos de viaje, llegamos a la empresa de Wilians. Juan se detiene frente al edificio y me abre la puerta. —Llegamos, señorita— me dice con una sonrisa. Le doy las gracias y me bajo del auto,

Entro a la empresa con confianza, mi mirada recorriendo el espacio moderno y elegante. La recepcionista me mira con curiosidad y yo le pregunto directamente:

—Buenos días, ¿Dónde está la oficina de Wilians Black?— Ella sonríe y me indica que tome el ascensor y suba al piso correspondiente. Asiento con la cabeza y me dirijo hacia el ascensor bajo la atenta mirada de todos.

Llegó al último piso y me encuentro con otra recepcionista.

—Buenos días, la oficina de Wilians Black, por favor—le digo con una leve sonrisa a la bella mujer que al observarla veo que se le va a salir todo por ese mini vestido.

—¿Tiene cita con el?—me dice ella mientras me mira de pie a cabeza.

—¿Debería?, soy su esposa y me está esperando— ella con un poco de arrogancia y sin ganas me señala la oficina de enfrente y sin más volteo y me voy ante su mala actitud.

Tocó la puerta dos veces y se escucha una aprobación, entro y me sorprendo pero no lo hago saber.

— Buenos días— digo mientras entro a la oficina.

Wilians me mira y me da una leve sonrisa,

—Buenos días Abigail, ¿Sucede algo?—me pregunta algo extrañado de verme ahí.

—No, solo quise pasar para terminar lo que dejamos pendiente anoche, ¿Recuerdas?—digo con algo de picardía y luego me volteo para ver a Samanta.

—Señorita Samanta está usted por aqui— le digo mientras ella se pone de pie y toma el saludo de mi mano.

—Oh por favor llámame solo Samanta, y si estoy aquí por negocios— dice ella mientras yo rodeo el escritorio de Wilians y sin que se lo espere le doy un beso largo y apasionado.

Luego de esto el sonrie un poco y me toma de la cintura y me hace seña con la otra mano para que me siente en su regazo, le hago caso mientras observo detenidamente a Samanta y la veo colocarse algo colorada.

—¿Estas bien Samanta? Estas algo pálida —Le digo con una pizca de preocupación.

—¡No! Estoy bien, solo hace un poco de calor, ya me voy de igual, Nos vemos— dijo y salió apresurada.

—¿Interrunpi algo?o ¿Dije algo malo?— digo mirando a Wilians quien me ve con una mirada de picardía.

—No, ya habíamos terminado de hablar—dice y luego me toca por la mejilla y me acerca a el para besarme de nuevo.—¿De que quieres hablar?— me dice sacándome de ese beso tan intenso.

Me acerco a Wilians con determinación y le digo sin rodeos: —La directora de la universidad me llamó y me dijo que puedo seguir estudiando lo que queda de clases para poder graduarme. Y yo quiero hacerlo—

Wilians me mira con una expresión fría y calculadora, sin mostrar mucha emoción.

—¿Y qué esperas que haga yo al respecto?—me pregunta con un tono neutral.

Me siento un poco intimidada por su actitud, pero trato de mantener mi determinación.

—Quiero saber si puedo seguir contando con tu apoyo para poder terminar mis estudios— le digo

Wilians se encoge de hombros ligeramente. —No veo por qué no. Siempre y cuando cumplas con tus... obligaciones hacia mí— me dice con un tono que me hace sentir incómoda.

En eso me vuelve a besar y siento como su toque sobre mi espalda va bajando, me alza en un movimiento rápido donde yo quedó abierta de piernas sobre el.

El vestido se sube casi que dejando ver todo de mi, yo llevo mis manos a su cuello y juego con su cabello mientras el con sus dos manos grandes aprieta mis glúteos, lo siento gruñir y el beso se vuelve más intenso, el toma mi barbilla con su ancha mano y toma posesión de mi cara y mis besos, me muerde el labio y este me hace gemir de dolor.

—Hoy estás muy hermosa—me dice mientras me deja tomar aire sin despegar sus labios de los míos, y en instante vuelve a invadir mi boca con su lengua.

Sus besos se me hacen demasiado intensos y no puedo controlarme, jamás había tenido novios ni había salido con nadie, así que todo esto es nuevo para mí, y el a ser 11 años mayor que yo me lleva ventajas ya que es un hombre muy experimentado, y tanta de esta lo lleva a ser muy ardiente.

El baja por mi cuello con su lengua, adsorviendo todo de mi, yo me inco hacia atrás dejando llevar por la sensación tan placentera, de repente siento que el baja mi vestido en el pecho y yo grito al darme cuenta que no traigo sostén y que mis senos an quedado al descubierto, lo observo mirar mis senos y me mira con una leve sonrisa.

—Alguien puede entrar—Le digo algo nerviosa.

—Nadie puede atreverse—dice mirándome con deseo. — y de hacerlo, esto será lo último que vea, porque no permitiré que salga vivo de aqui—dice mientras baja a mis senos y los toma con sus manos, son redondos y firmes.

Me quedo algo paralizada con su respuesta, Pero no me da tiempo de decirle algo, porque de mi boca solo sale un grito de placer que me hace llevar la cabeza hacia atrás, al volver a recomponerme lo veo observando con malisia y sin quitar la mirada de mi, se vuelve a llevar uno de mis senos a su boca,

—Aahhh—Tapo mi boca de inmediato al darme cuenta que me pueden oír, el sonrie y me dice.

—Puedes gritar lo que quieras que aquí nadie te va a oir—dice y vuelve a besarme.

Sus besos son intensos y apasionados, me suelta y baja con lengua por mi cuello y vuelve a lamer, chupar y suscionar mis senos. Chupa uno mientras que con su mano juega con mis pezones erectos.

— Ohhh, ¡Wilians!—Digo mientras inclino mi cabeza hacia atrás con mi mano me sujeto de su cabello.

Este me aprieta mis glúteos con sus manos, —¡joder! Abigail, me vuelves loco—Dice mientras vuelve a besarme salvajemente. Y yo puedo sentir su hombria presente sobre sus pantalones.

Cuando estaba por alzarme el vestido, tocan a la puerta.

Yo reacciono al susto de ser descubierta,—tranquila nadie puede entrar si no lo autorizo— en ese momento vuelven a tocar la puerta, y me vuelvo asustar mientras me coloco de pie y me arreglo el vestido.

—¡¡Carajos!!— es la primera vez que lo oigo maldecir.—Un momento—Dice mientras se recompone y me ve nerviosa alisar mi vestido e irme en dirección al sofá de enfrente.

—Adelante dice— entra Rodrigo su hombre de confianza con cara de preocupado el cual cambia cuando me ve.

—Disculpe señor, buenos días señora—el dice mientras agacha su cabeza.

—que pasa Rodrigo, espero sea algo importante para que hayas tocado con tanta insistencia— dice Wilians y puedo notar en su voz mucha molestia.

—Disculpe jefe, pero surgió un problema que necesitaba de su presencia y solución — dice mientras mira en dirección y yo observo las miradas que se dan, pareciera que se dijeran todo atravez de ellas.

—Asegurate de que mi esposa llegue a salvó a casa— sin más se levanta toma su teléfono y me dice.

—Esperame en casa Abigail llegó más tarde, tengo que solucionar esto—y sin más sale de la oficina dejándome con la incertidumbre.