Después de la muerte de sora el ángel de la reencarnación, asmodeo planeaba destruir la tierra en señal de venganza, años después sora reencarna en un joven llamado touji quien deberá descubrir su pasado.
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Capitulo 17 La llegada al pueblo de las leyendas
Touji había terminado de leer la carta que koji había perdido, pero no entendía que relación tenía con shin, y con el pueblo khaoskraga que había sido destruido hace muchos años, lo extraño era, como koji poseía una carta dirigida a un demonio desconocido llamado shu.
—¿Por qué koji tendría está carta si no era para él?—preguntó touji guardando nuevamente la carta.
—No te olvides del misterioso demonio llamado shu—recordó makoto sintiendo una sensación extraña.
—¿Será casualidad que koji provenga del pueblo khaoskraga?—preguntó rin, mientras miraba la dirección hacia donde había ido.
—Peron no explica que relación tenía con shin—dijo levemente makoto pensando por un segundo.
—Recuerdan aún, cuando shin dijo que su familia lo había estado buscando por años—respondió touji quitando la duda.
—¿Y si después de todo no se llama koji como habíamos pensado?—preguntó makoto sintiendo el silencio a su alrededor.
—Lo sabremos a su tiempo, por ahora nos queda seguir nuestro camino—sugirió touji continuando el paso al pueblo de las leyendas.
—Iremos por está dirección y mañana por la mañana estaremos en el pueblo—señaló rin llendo ella primero por delante.
Mientras touji y sus amigos caminaban con dirección al pueblo en donde vivía rin, la luna comenzó a reflejarse en el cielo, dando señal que pronto caería la noche, las estrellas salieron una a la vez y finalmente la noche cayó, no podían avanzar más debido a que los forasteros aprovechaban la oscuridad para hacer de las suyas.
—¿Por qué no continuamos el camino rin?—preguntó makoto a la ligera, mientras sentía el aire amenazante.
—Es peligroso continuar de noche, desde hace días llegaron dos forasteros a invadir el pueblo y aún no sabemos que es lo que buscan—respondió rin con un tono de miedo mientras se le erizaba la piel.
—No tiene sentido el por que nos detenemos aquí—respondió touji mientras intentaba sentarse en un tronco.
—Ellos deben estar pasando por el mismo camino al que nos dirigimos—respondió rin mientras terminaba de hacer su tienda de acampar.
A media noche mientras todos terminaban de armar sus tiendas de acampar, en medio de la fogata, rin preguntó como touji había iniciado su viaje y como había descubierto que era la reencarnación de sora.
—Tengo curiosidad de como descubristes que eras la reencarnación de sora—dijo rin mientras se sentaba a un lado de touji.
—No tiene caso hablar de como lo descubrí—respondió touji con una vista perdida a la luna.
—Su madre murió cuando koji atacó nuestro pueblo—interrumpió makoto rompiendo la tensión entre ellos dos.
—Perdón, no sabía—respondió rin con una voz culpable tratando de abrazarlo.
—Mi único objetivo es terminar está guerra entre los ángeles y demonios—respondió touji levantándose del tronco y dirigiéndose a su tienda.
—¿Notaste algo raro en touji?—preguntó makoto preocupándose por su amigo.
—Estaba llorando, y todo es culpa mía si no hubiera preguntado—acertó rin sintiendo la culpa.
—Tranquila, no sabías lo de su madre—consoló makoto a rin para que no se sintiera mal.
—El estará bien, yo sé que es fuerte—respondió rin mirando la tienda de touji.
Mientras tanto touji dentro de su tienda de acampar, escuchaba el silencio de la noche, conteniendo sus propias lágrimas pero no pudo aguantar más.
—¿Por qué tuve que ser el elegido por sora? ¿por qué no fue otra persona?—se lamentó touji mientras recordaba los momentos que pasó junto a su madre.
Touji quedó profundamente dormido al haber estado llorando tanto en silencio, conforme pasó la noche, tenía pesadillas soñando con su amigo makoto.
—No, no, ¡alguien que lo ayude por favor!, no te vayas—gritó fuerte touji pidiendo ayuda en su sueño.
—Tranquilo touji, todo esta bien—despertó makoto a su amigo de la pesadilla que tenía.
—Mira, ya amaneció—dijo rin acercándose lentamente a touji.
—Tuve una pesadilla, en donde te volvías un demonio y me dejabas sólo—habló touji mientras abrazaba a su amigo.
—Solo fue un sueño, pase lo que pase siempre estaré contigo—respondió makoto tranquilizando a touji.
—Perdón por interrumpir, pero tenemos que irnos—interrumpió rin el abrazo entre ellos.
Touji logró levantarse y olvidó la pesadilla que había tenido de su amigo, miró a su alrededor y observó detalladamente que era el único que faltaba por levantar su tienda, makoto lo miró con un rostro triste y entonces decidió ayudarlo.
—No tienes que preocuparte, todo saldrá bien—habló makoto sonriendo ayudando a su amigo.
—Lo sé, nunca nos hemos separado desde niños—respondió touji, pero ahora más tranquilo.
El viento sopló a favor de los árboles y así touji se tranquilizó con un sentimiento nostálgico, al terminar de levantar sus pertenencias continuaron su camino a la ciudad, mientras caminaban, rin comentó como los forasteros habían llegado a la ciudad y ninguno de los habitantes sabían que era lo que buscaban.
—Desde hace unos días, llegaron dos forasteros al pueblo y ninguno sabe que buscan—comentó rin, mientras llegaban al mismo punto por donde pasaron los forasteros.
—¿Hay algo en lo qué se interesen?—preguntó makoto ligeramente.
—En el pueblo se rumorea que existe una legendaria espada, pero nadie ha logrado encontrarla—respondió rin rápidamente.
—Eso es, tal vez buscan la espada—sugirió touji como única respuesta de los forasteros.
—¿Pero? ¿para que querían una simple espada?, si sólo es una leyenda—respondió rin sin tomarle importancia.
Mientras platicaban y caminaban al mismo tiempo, estaban por llegar al pueblo, touji y makoto se les notaba lo nervioso debido que sus habitantes eran personas extrañas para ellos.
—Estamos llegando al pueblo—expresó rin con una nostalgia dentro de su corazón por regresar a su amado pueblo.
—¿De verdad estamos cerca del pueblo de las leyendas?—preguntó touji y makoto al mismo tiempo que avanzaban el paso.
Al pasar unos minutos, finalmente habían llegado al pueblo, al entrar, miraron por todos lados decenas de personas, el pueblo de las leyendas era considerado un lugar turístico en donde personas de todo el mundo llegaban por sus leyendas, algunos venían por el buen comercio que habían en los mercados y su agricultura era excelente en cada estación del año, sobre todo llegaban más personas a contemplar la enorme selva que lo rodeaba.
—No puedo creer que estemos aquí—dijo touji con una voz débil.
—Si esto te sorprende, espera ver la ruina ancestral—interrunpió rin mirando la felicidad de sus amigos.
—¿Sabes en dónde encontrarla?—preguntó makoto por conocerla.
—Si, pero antes debemos comer y yo sé a donde ir—respondió rin dando el primer paso.
—No puedo esperar a probar la comida de aquí—sonrió makoto por probar un bocado.
—Tengo tanta hambre que incluso comería lo que fuera—gritó touji, mientras las personas lo empezaban a mirar.
—¿Les parece increíble el pueblo?—preguntó rin, por saber que era lo que pensaban.
—Es sorprendente—respondieron ambos mientras miraban a su alrededor.
Mientras platicaban acerca del pueblo, rin llegó a una pequeña caverna en donde su comida era exquisita.
—Sean bienvenidos todos—dijo el dueño de la caverna, mientras escuchaba la campana.
—Hola álter, cuento tiempo sin verte—respondió rin con una voz amable mientras entraba.
—Eres tú rin mí mejor clienta, ¿cómo has estado?—preguntó álter acercándose a ella y a sus amigos.
—Todos estamos bien—respondió rin, mientras álter los llevaba a su mesa.
Mientras touji caminaba con dirección a la mesa, notó una extraña pintura colgada en la pared, acercandose rápidamente a ella.