Hace años, seis cristales sellaron a Lord Oscuro, un ser tan poderoso que corrompía el mundo. Ahora, un nuevo enemigo quiere liberarlo… y solo un joven con un poder desconocido puede detenerlo.”
Lloyd jamás pensó ser el Elegido de la Esencia Esmeralda. Ahora, arrastrado por una profecía y perseguido por Xandros, deberá decidir entre huir… o salvar al mundo.
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“Sombra entre nosotros”
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La lluvia golpeaba suavemente los ventanales del salón, mientras los alumnos conversaban o miraban distraídos el cielo gris. Algunos estaban afuera, bajo el techo, viendo las gotas caer con tranquilidad. Dentro del salón, Ryan, Nathan, Christian, Vanessa, Camila, Diana y Lloyd estaban sentados juntos en sus lugares, formando un pequeño círculo de voces bajas y risas.
Ryan (con una sonrisa entusiasta mientras sacaba su celular para mostrarles algo): —¿Ya vieron la nueva actualización de Minecraft? ¡Agregaron dragones de esmeralda y espadas de aura! Está brutal…
Lloyd (con su típica expresión seria pero inocente, inclinándose para ver la pantalla): —Sí… ya la vi… pero… —bajó la mirada un poco avergonzado— …no la he comprado todavía… me gasté mi dinero en ramen instantáneo esta semana.
Nathan (soltando una carcajada mientras se recargaba en su silla con las manos tras la nuca): —¡Jajaja! Eres un caso perdido, bro… —luego suspiró con resignación— A mí me banearon la cuenta por decir groserías en el chat global…
Lloyd y Ryan (al unísono, sorprendidos): —¡¿Qué hiciste ahora?! / ¡¿Otra vez, Nathan?!
Nathan (poniendo cara de ángel mientras movía un dedo con aire dramático): —Ay, por favor… no eran tan malas… solo dije que su aldea era más fea que el pelo de un Creeper explotado…
Christian, sentado junto a ellos, no dijo nada. Simplemente estaba concentrado en su cuaderno, dibujando con precisión una serie de figuras geométricas que parecían parte de un diseño de entrenamiento. Su rostro se mantenía serio y en paz, pero de vez en cuando miraba a Ryan con una pequeña sonrisa al escucharlo bromear.
Mientras tanto, Vanessa, Camila y Diana hablaban en otro extremo del mismo grupo. Diana movía las piernas con emoción mientras hablaba con su amiga mayor.
Diana (con una enorme sonrisa, casi saltando en su asiento): —¡Qué bueno que te cambiaron a nuestro salón, Camila! Ahora ya no voy a aburrirme tanto…
Camila (sonriendo levemente, acomodando un mechón de su cabello detrás de la oreja): —Sí… papá dice que es para que los pueda vigilar mejor… —su tono era tranquilo, pero en el fondo se notaba que le avergonzaba un poco esa razón.
Vanessa (alzando una ceja con sarcasmo, mirando a Camila de reojo mientras revisaba su libreta con aire indiferente): —Por favor… el sensei a veces exagera con esas cosas. —Suspiró— Aunque supongo que es mejor tenerte aquí que con otros idiotas.
Camila solo sonrió con suavidad ante el comentario ácido de Vanessa, acostumbrada ya a su manera directa de expresarse. Diana, por su parte, miraba a ambas con ojos brillantes, feliz de tenerlas juntas.
De pronto, un chico de cabello castaño y flequillo largo se asomó por la ventana de la puerta y gritó con desesperación al salón:
Chico (voz alta y aguda, casi histérica): —¡HAY VIENE LA MAESTRAAAAA!
El caos fue inmediato. Todos los alumnos corrieron a sentarse en sus lugares, escondiendo celulares y audífonos a toda velocidad. Ryan se dejó caer en su asiento con un bufido de fastidio.
Ryan (murmurando mientras giraba los ojos): —Genial… justo cuando estaba a punto de matar al Wither en modo creativo…
Nathan (mirando hacia la puerta mientras acomodaba su uniforme desordenado): —Esperen… —frunció el ceño con curiosidad— …¿por qué viene con dos personas más?
Lloyd (ladeando la cabeza con confusión, rascándose la mejilla con su expresión de perrito confundido): —Creo que… son alumnos nuevos… ¿o son inspectores? Se ven raros…
Ryan (dejando caer la cabeza sobre su banca dramáticamente): —Ya valió madres… más alumnos… menos espacio para dormir en clase…
Todos rieron por lo bajo mientras la maestra se acercaba con dos figuras desconocidas detrás de ella. La lluvia seguía golpeando el cristal, como si el cielo susurrara que algo cambiaría en su tranquilo salón de clases desde ese momento.
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La maestra entró al salón con paso firme, seguida por los dos alumnos nuevos. El murmullo entre los estudiantes creció de inmediato mientras todos los miraban con curiosidad.
Lloyd entrecerró los ojos al ver al chico de cabello oscuro y mirada seria.
Lloyd (murmurando con un ligero tono de sorpresa): —Es… es el chico con el que choqué en el torneo… Kael, ¿verdad?
Camila escuchó su comentario y también lo observó con atención, recordándolo de inmediato. Su expresión se mantuvo neutral, pero sus ojos se endurecieron con cautela.
La maestra dejó sus cosas sobre el escritorio y habló con su tono de autoridad calmada.
Maestra: —Ellos se han transferido desde el Instituto Kaizen por circunstancias familiares. Por favor, trátenlos bien. —Se giró hacia los nuevos alumnos y los presentó con formalidad—. Kael Rithz y Ruka Ashen.
Al escuchar ese nombre, Christian levantó la mirada de su libreta, sorprendido. Sus ojos se posaron sobre la chica de cabello castaño claro y mirada tímida. Era la misma con la que había hablado durante el baile. Un leve rubor cruzó su rostro, aunque no dijo nada.
Mientras tanto, varios alumnos comenzaron a susurrar emocionados, deseando que los nuevos se sentaran junto a ellos. Pero Kael, ignorando por completo las invitaciones y miradas curiosas, caminó con paso decidido hasta el lugar frente a Vanessa, dejando caer su mochila con un leve golpe seco antes de sentarse. Ruka caminó con pasos cortos y silenciosos, colocándose tímidamente detrás de Christian. Un extraño silencio cayó en el grupo cuando vieron esa decisión.
Kael se giró con tranquilidad y sus ojos se encontraron con los de Vanessa. Su expresión era completamente neutral, pero sus palabras sonaron suaves y educadas.
Kael (con voz baja pero directa): —Hola… soy Kael.
Vanessa lo miró de arriba abajo con su típica expresión fría y analítica, como si lo estuviera evaluando. Luego asintió con un suspiro leve.
Vanessa (con su tono elegante y distante): —Em… sí, un gusto… Vanessa.
Kael (mirando al resto, notando su cercanía y su ambiente grupal): —¿Ustedes son… amigos?
Vanessa parpadeó, algo confundida por la pregunta tan directa.
Vanessa (con un tono seco): —Em… sí… supongo que sí.
Ryan, que había estado viendo la escena mientras giraba su lápiz entre los dedos, sonrió con su típica confianza.
Ryan (alzando la mano con una sonrisa amplia): —¡Un gusto, Kael! Soy Ryan.
Kael lo miró con indiferencia, apenas inclinando un poco la cabeza.
Kael (breve y cortante): —Un gusto… igual.
Lloyd, emocionado de ver a alguien conocido, se inclinó un poco sobre su mesa, sonriendo ampliamente como un cachorro.
Lloyd (con su voz torpe y energética): —¡Ey, Kael! Qué raro verte aquí… jajaja… ahora seremos compañeros de clase… ¡genial, ¿no?!
Kael giró su mirada hacia él, con un destello frío en sus ojos oscuros.
Kael (con un tono que helaba el aire): —Sí… eso espero.
Un escalofrío recorrió la espalda de Lloyd, quien retrocedió un poco y rió con nerviosismo, murmurando para sí mientras miraba a Camila con cara de niño asustado.
Lloyd (susurrando con su tono ingenuo): —Creo que ese me quiere matar…
Diana, que había escuchado, soltó una risita dulce y tapó su boca con la mano.
Diana (riendo bajito): —¡Qué cosas dices, Lloyd…!
Mientras tanto, en la fila trasera, Christian respiró hondo antes de armarse de valor. Giró un poco su cuerpo y tocó suavemente la espalda de Ruka, que casi dio un pequeño salto antes de girarse lentamente con su mirada tímida.
Christian (con su voz tranquila y baja): —Hola… Como estas
Ruka (sin mirarlo): “No me gusta hablar con extraños.”
Christian (sonríe): “Entonces qué suerte, yo tampoco soy tan extraño... me llamo Christian...
Ella lo ignora, pero hay una mirada de interés o desconcierto en su rostro. Es la primera vez que alguien le habla sin esperar algo a cambio.
Christian asintió con una leve sonrisa calmada antes de volver a su dibujo, sintiéndose extrañamente tranquilo con su respuesta.
La maestra carraspeó para llamar la atención y comenzó a escribir el tema en el pizarrón mientras la lluvia continuaba golpeando el vidrio. Los murmullos de curiosidad sobre los nuevos alumnos se apagaron, dejando solo el sonido suave de la tormenta y el crujir de lápices sobre hojas.
Kael respondía cada pregunta con calma y seguridad, sin dudar ni titubear. La maestra parecía complacida con él, y algunos compañeros lo miraban impresionados.
Camila lo observaba con su típica serenidad, tomando nota en su cuaderno.
Camila (murmurando, con tono analítico): —Vaya… sí que es realmente inteligente. Responde con precisión y detalle.
Diana, sentada a su lado, asintió con una sonrisa dulce mientras apoyaba su mentón en la mano.
Diana (voz suave y curiosa): —¿Verdad que sí? Explica las cosas mejor que la maestra…
Lloyd, que estaba recargado en su silla, los miró de reojo y luego fijó sus ojos en Kael, frunciendo el ceño con confusión.
Ryan, que estaba tirado sobre su mesa medio dormido, alzó una ceja al ver la expresión de Lloyd y sonrió con picardía.
Ryan (voz burlona): —¿Qué pasa, Lloyd? ¿Celoso de que atraiga más atención de las chicas?
Lloyd (con su tono torpe y serio, mirando a Kael): —¿Qué? ¡No, idiota! Solo… no sé, siento algo raro en él. No parece malo, pero… también siento como si algo en él… no encajara. O tal vez soy yo el loco.
Ryan soltó una risa breve y le dio un golpecito en el hombro.
Ryan (divertido): —Seguro eres tú el loco. Siempre lo has sido, bro.
🍙 [Hora de receso – Patio cubierto por la lluvia]
Los chicos estaban sentados juntos comiendo su lonche. Lloyd masticaba un pan con jamón mientras veía la lluvia caer, Ryan tomaba refresco directo de la botella y Nathan estaba revisando memes en su celular. Vanessa comía su ensalada sin prestarles mucha atención, y Camila conversaba con Diana sobre un trabajo de ciencias.
De pronto, Kael se acercó, acompañado de un grupo de chicos con los que había hablado en clase. Su mirada era fría y su postura completamente recta, irradiando seguridad.
Kael (voz firme y sin emoción, mirando directamente a Lloyd): —Lloyd Varek… conque tú eres el campeón del torneo elemental de las preparatorias. Vaya… qué poder tan idiota tienes.
Lloyd, con su sonrisa ingenua y sin captar el insulto por completo, asintió con entusiasmo.
Lloyd (riendo con torpeza): —¡Gracias, supongo! Aunque… acepto todo menos lo de idiota… ajaja…
Ryan, que estaba sentado con los brazos cruzados, chasqueó la lengua y lo miró con molestia.
Ryan (voz dura): —¿Y tú qué quieres, eh?
Vanessa (fría, con mirada de hielo): —Sí, ¿qué buscas exactamente con venir aquí?
Kael los miró a todos sin cambiar su expresión. Solo se encogió de hombros.
Kael (calmado, con tono desinteresado): —Nada… solo quería decir eso… y hablar un rato.
El grupo lo miró con recelo, pero Lloyd sonrió como si no notara el ambiente pesado.-
✨ [Mientras tanto – Otra parte del patio, bajo el techo]
Ruka estaba sentada sola en el suelo, con las piernas dobladas y su cuaderno apoyado sobre sus rodillas. Dibujaba símbolos y círculos intrincados, con líneas y marcas que parecían antiguas. Su expresión era tranquila, pero sus ojos reflejaban melancolía.
De pronto, escuchó un leve sonido a su lado. Christian se sentó en silencio junto a ella, dejando su mochila en el suelo con cuidado para no mojarla.
Christian (voz baja y calmada, mirando su cuaderno): —Hola… ¿qué dibujas, Ruka?
Ella se sobresaltó y cerró su cuaderno con rapidez, abrazándolo contra su pecho. Sus ojos grandes se llenaron de inseguridad.
Ruka (voz suave pero algo fría): —N-no… no es nada… solo garabatos.
Christian la observó con sus ojos tranquilos y cálidos. No insistió ni presionó. Se recargó contra la pared, mirando la lluvia caer frente a ellos.
Christian (con voz serena y suave, sin mirarla directamente): —Está bien… no tienes que mostrarme si no quieres. —Hizo una pausa antes de continuar—. Yo también dibujo cosas raras a veces. Ayuda a… aclarar la cabeza, ¿sabes?
Ruka bajó un poco la mirada, parecia molesta. Durante unos segundos, ninguno habló. El sonido de la lluvia llenaba ese pequeño espacio seguro entre los dos.
Ruka (con voz cortante, pero mas sincera): —Son… símbolos de protección… mi abuela me enseñó algunos.
Christian (con leve sonrisa, viéndola de reojo): —Suena bonito. —Levantó un poco su libreta y le mostró un boceto de un árbol fuerte con raíces enormes—. Yo dibujo cosas como esta. Me recuerda… que siempre hay que estar firme. Sin importar el viento.
Ruka lo miró sorprendida y parecia querer sonreir. Por primera vez en el día, sus ojos brillaron con un poco de calidez.
Ruka (voz suave): —Es… muy interesante.
Christian asintió en silencio y regresó su mirada al cielo gris, sintiendo que, aunque fuera solo un poco, habían conectado.
Kael y su grupo terminan de hablar con Lloyd y los demás en el pasillo. Kael sonríe con soberbia mientras se aleja, sus ojos reflejan un brillo de malicia.
> Kael (para sí mismo, con voz baja y fría):
“Veamos… qué tan buenos amigos son realmente.”
Vanessa cruza los brazos con molestia, siguiendo con la mirada a Kael mientras su largo cabello oscuro se pierde en el pasillo.
> Vanessa (frunciendo el ceño, en tono seco):
“Ese tipo… es extraño.”
Camila ladea ligeramente la cabeza, pensativa, con su expresión calmada pero atenta.
> Camila (hablando suave, pero con firmeza):
“Sí… es muy inteligente. Digo… extraño. Definitivamente extraño.”
Diana mastica su goma de mascar distraída mientras los mira, y luego mira al techo como si reflexionara algo muy profundo.
> Diana (inclinando su cabeza con inocencia):
“Mmmm…”
Vanessa chasquea la lengua con fastidio y gira hacia Camila y Diana con su mirada helada.
> Vanessa:
“No me digan que les agrada ese tipo…”
Camila niega rápido, agitando una mano frente a ella con suavidad.
> Camila (algo nerviosa):
“No… no, ¿cómo crees? Solo… solo digo que parece inteligente.”
Diana ríe un poco mientras se toca el cabello.
> Diana (bromeando):
“Na, es broma… no me cae bien.”
En ese momento, Lloyd, que iba caminando con las manos en los bolsillos, se detiene y los mira serio, ladeando la cabeza como un cachorro confundido. Habla con su voz un poco más baja de lo normal, como reflexionando un proverbio.
> Lloyd (con cara seria, mirando al horizonte):
“Ya saben lo que dicen… en broma en broma, la verdad se asoma.”
Todos lo miran en silencio, incluyendo Ryan y Nathan que venían detrás. Lloyd parpadea, se siente incómodo con el silencio y mira al piso antes de alzar la vista, sonrojado.
> Lloyd (con tono torpe y frustrado):
“…Por favor… ríanse… carajo.”
Ryan suelta una pequeña carcajada, palmeándole la espalda con fuerza.
> Ryan (burlón, con su sonrisa confiada):
“Tranquilo, poeta. Casi me haces llorar con tu sabiduría.”
Vanessa rueda los ojos. Nathan reprime la risa, cubriéndose la boca, mientras Diana ríe divertida y Camila sonríe con ternura al ver a Lloyd avergonzado.
🧪 [Clase de química – minutos después]
Ya dentro del salón, los estudiantes se organizan en grupos de trabajo. Lloyd está con Ryan, Diana, Camila, Christian y Vanessa. Nathan está en la mesa de atrás, mirando su celular bajo la mesa. El profesor explica sobre enlaces químicos y reacciones.
Lloyd mira la pizarra, completamente perdido, con el lápiz en la boca. Camila toma apuntes rápidos y claros.
> Lloyd (susurrándole a Vanessa con voz baja y cansada):
“Oye… ¿qué… qué dijo el profe? No entendí nada de lo de valencias y eso.”
Vanessa le lanza una mirada de superioridad antes de responder con su tono frío.
> Vanessa (sin mirarlo):
“Tú nunca entiendes nada, Lloyd.”
Lloyd infla ligeramente sus mejillas, molesto, pero antes de poder replicar, siente un pinchazo agudo en su cabeza. Lleva la mano a su sien, cerrando los ojos con fuerza. Al mismo tiempo, Ryan suelta un quejido y se toca la frente.
> Diana (preocupada, inclinándose hacia Lloyd):
“¿Qué tienes, Lloyd?”
> Lloyd (con respiración agitada, voz temblorosa):
“No… sé… me duele… la cabeza… como si algo… me hablara…”
Ryan respira rápido, su ceño fruncido y mirada llena de ira repentina.
> Ryan (gruñendo):
“A mí también… ¡Maldita sea…!”
De pronto, Lloyd escucha un susurro oscuro en su oído. Su cuerpo se tensa cuando gira lentamente la cabeza y ve, detrás de él, una sombra alta y sin rostro que lo observa. Sus ojos se abren de par en par mientras un escalofrío recorre su espalda. Sin pensarlo, retrocede bruscamente, empujando su silla, cayendo al piso con fuerza.
> Diana (alarmada, levantándose rápido):
“¡Lloyd!”
Todo el salón se gira. Nathan suelta un bufido de risa, Ryan lo ve con preocupación pero sin decir nada, Camila abre los ojos con sorpresa. El profesor se ajusta los lentes y frunce el ceño.
> Profesor:
“¿Qué pasa allá atrás, jóvenes Varek y Álvarez?”
Lloyd se incorpora de golpe, respirando agitado, su rostro pálido y el sudor cayendo por su cuello. Mira al profesor sin poder enfocarlo bien y habla rápido, con la voz quebrada:
> Lloyd (forzado, con vergüenza):
“No… nada, profe… solo… me asusté.”
El salón entero suelta carcajadas, algunos susurran “qué cobarde” y “qué raro es ese tipo”. Lloyd no los escucha. Sus ojos verdes están clavados en su mesa, temblorosos. Ryan lo mira con seriedad, también afectado. Camila lo observa con preocupación profunda, intentando leer qué pasa por su mente.
> Camila (su voz dulce pero firme, suave solo para él):
“Lloyd… ¿estás seguro que estás bien…?”
Lloyd no la mira. Aprieta los labios con fuerza, cerrando sus puños sobre la mesa, con un brillo extraño en sus pupilas esmeralda.
> Lloyd (con un tono bajo y molesto, evitando su mirada):
“Estoy bien, Camila… déjame en paz.”
Camila se queda en silencio, sorprendida por el tono hostil de Lloyd. Diana lo mira con miedo, agarrando su mano temblorosa bajo la mesa.
Mientras tanto, al fondo del salón, Kael baja lentamente su mano, ocultándola bajo el escritorio. Sus labios se curvan en una sonrisa torcida y sus ojos grises brillan con frialdad.
> Kael (susurrando a Ruka, con tono cruel y divertido):
“Y así… comienza a quebrarse.”
Ruka lo mira con tristeza y desaprobación, su voz sale suave y temblorosa:
> Ruka (en un susurro casi inaudible):
“…No deberías hacerles esto, Kael…”
Kael no responde. Sólo sonríe, mirando a Lloyd con hambre de destrucción.
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☔🏫 [Después de la clase de química – Pasillo central]
Los chicos salieron del salón entre murmullos de otros alumnos. El cielo seguía gris tras las ventanas, y el eco de la lluvia golpeando el techo retumbaba suave en los pasillos.
Lloyd caminaba con la mano en la cabeza, su ceño fruncido y el sudor cayendo por su frente. Ryan iba unos pasos detrás, con la mirada fija en el suelo y la respiración pesada, también con dolor.
Diana, siempre pegada a su hermano, lo miraba preocupada. Caminaba rápido para alcanzarlo.
Diana (voz suave pero insistente): —Oye, Lloyd… Lloyd… Lloyd… Lloyd… ¿Estás bien? Dime qué tienes, Lloyd…
Lloyd (repentinamente, con un tono duro y tembloroso): —¡DIANA, YA CÁLLATE!
El pasillo se quedó en silencio por un segundo. Diana se detuvo de golpe y sus ojos se llenaron de lágrimas contenidas. Su labio inferior temblaba mientras bajaba la mirada.
Vanessa, que caminaba a su lado, chasqueó la lengua y lo miró con frialdad.
Vanessa (tono seco y molesto): —Wow… ¿qué te pasa, Lloyd? Eso no fue normal.
Camila, que iba detrás, lo miró con preocupación sincera. Su voz sonó calmada, pero cargada de autoridad.
Camila (con suavidad firme): —Lloyd… ¿qué tienes? Estás actuando extraño… dime qué te pasa.
Lloyd no pudo mirarla a los ojos. Cerró con fuerza sus puños y respiró agitadamente.
Lloyd (voz baja, temblorosa de enojo y confusión): —Ya… déjenme… me están molestando… no aguanto este maldito dolor de cabeza…
Unos metros atrás, Kael los observaba con su grupo de chicos nuevos. Su sonrisa era apenas visible, oscura y satisfecha. Ruka, en cambio, lo miró con preocupación, notando su expresión.
Ruka (voz suave y triste): —Kael… eso… eso no está bien…
Kael (voz fría, sin mirarla): —Por favor, Ruka… no empieces.
Mientras tanto, Nathan caminaba junto a Ryan, intentando romper la tensión con su típico tono relajado.
Nathan (con una risita nerviosa, tocándole el hombro): —Ey, bro, ¿todo bien? Te ves peor que yo cuando me reprobaron álgebra…
Pero Ryan no reaccionó como siempre. Se giró de golpe y lo empujó con fuerza, su mirada encendida de rabia.
Ryan (con un rugido ahogado de enojo): —¡Déjame en paz, idiota! ¿No ves que estoy hasta la fregada?
Las chicas se giraron alarmadas. Vanessa frunció el ceño con disgusto. Camila dio un paso hacia ellos con preocupación. Diana, con lágrimas en los ojos, solo los observaba sin saber qué hacer.
Ryan caminó a paso pesado, con la mirada perdida y su respiración descontrolada. Sin darse cuenta, chocó contra Lloyd, que seguía agarrándose la cabeza, tambaleante.
Lloyd (voz baja, pero cargada de rabia reprimida): —Oye… estúpido… fíjate por dónde vas…
Ryan lo miró con ojos llameantes, respirando agitado.
Ryan (voz ronca y temblorosa de furia): —¿Y si no, qué me vas a hacer, idiota?
Lloyd (apretando los dientes, casi un gruñido): —…Cállate la boca.
Sin pensarlo, Lloyd lo empujó con fuerza, haciendo que su mochila cayera al suelo. El grupo se quedó helado.
Ryan (con un rugido): —¡Ah, sí, pendejo!
Le soltó un golpe directo a la cara. Lloyd retrocedió un paso. Sus ojos, normalmente azulados, se tornaron de un verde intenso y su puño se iluminó brevemente de Esencia Esmeralda antes de que él mismo se diera cuenta. Con rabia desbordada, devolvió el golpe, impactando el pómulo de Ryan. Ambos comenzaron a pelear, sus golpes resonaban en el pasillo, alarmando a todos los alumnos cercanos.
Camila reaccionó primero, su voz retumbó con fuerza.
Camila (gritando, casi con desesperación): —¡OIGAN, BASTA! ¡NO SE PELEEN!
Corrió hacia ellos mientras Nathan y Christian la seguían.
Nathan (intentando separarlos con su tono serio, por primera vez sin bromas): —¡Ya basta, idiotas, paren!
Christian (voz baja pero firme, agarrando el brazo de Ryan): —Por favor… deténganse… no hagan esto…
Pero Ryan, enceguecido por la ira, giró y le dio un golpe a Christian en el hombro, haciéndolo retroceder.
Ryan (gritando con furia): —¡ALÉJATE DE MÍ!
Vanessa, que se había quedado quieta, reaccionó al ver a Christian lastimado. Corrió hacia él y le ayudó a levantarse con una expresión de enojo y preocupación.
Vanessa (voz fría y dura, mirando a Lloyd y Ryan): —Idiotas… ¿no ven lo que están haciendo?
Los alumnos alrededor miraban asustados y murmuraban entre ellos. Justo en ese momento, un profesor llegó corriendo, empapado de lluvia al haber salido de otro edificio.
Profesor (con voz fuerte y autoritaria): —¡USTEDES DOS, DIRECCIÓN AHORA!
Lloyd y Ryan respiraban agitados. Sus miradas, antes llenas de ira, ahora se veían vacías y confusas, como si no entendieran por qué estaban peleando. Sus manos temblaban. Bajaron la mirada, sin oponerse, mientras eran escoltados fuera del pasillo.
Desde la esquina, Kael sonreía con malicia. Ruka lo miró, con sus ojos llenos de tristeza y preocupación.
Ruka (voz baja y rota): —Kael… esto no está bien… no está bien…
Kael (sin mirarla, con voz fría y casi divertida): —Oh, Ruka… para ellos, esto es apenas el comienzo.
🏫💥 [Dirección – Oficina de la directora Lithet Reyes]
Lloyd y Ryan caminaban en silencio hacia la dirección, sus pasos pesados resonaban por el pasillo. Ninguno decía nada; iban con la mirada baja, intentando entender qué demonios les había pasado.
Camila, Diana y Vanessa iban detrás de ellos. Diana llevaba los ojos rojos y las manos apretadas contra su pecho, temblorosa. Camila la rodeó con su brazo y la atrajo contra su costado.
Camila (voz suave y calmada): —Tranquila, Diana… Sabes que Lloyd no lo hizo porque te odia. Él te ama más que a nada… Solo… algo le pasa, tal vez fue demasiado para él hoy.
Diana (voz temblorosa, bajita): —Para Lloyd… nunca soy una molestia… siempre me dice que no lo soy… y hoy… hoy fue como si… como si yo fuera nada para él… eso es… lo que me dolió…
Camila la abrazó más fuerte mientras Vanessa las observaba en silencio, con su típica mirada fría pero con un dejo de preocupación en sus ojos grises.
Ya en la oficina, la directora Lithet Reyes, una mujer de traje negro con gafas delgadas y un aura imponente, los esperaba sentada tras su escritorio. Miró a Lloyd y Ryan con severidad, pero también con cierto cansancio en su mirada.
Directora Lithet (voz firme y pausada): —Quiero que me digan… exactamente… ¿qué pasó allá afuera? ¿Por qué se estaban golpeando de esa manera?
Ambos chicos guardaron silencio. Lloyd miraba el suelo, su mano temblaba levemente sobre su pierna. Ryan mantenía su vista perdida en la pared, con el ceño fruncido.
Lithet (con más fuerza): —¡Hablen!
Ryan (voz ronca, apenas audible): —… No… no lo sé… solo… pasó.
Lloyd (con un hilo de voz, confundido): —…Yo tampoco… no quería pelear con él… solo… algo en mi cabeza… no podía… controlarme.
La directora suspiró pesadamente, se quitó las gafas y se frotó el puente de la nariz.
Lithet (voz más baja, pero dura): —Esto no puede volver a repetirse… no aquí. Si hay algo que me quieran decir… algo que deba saber… este es el momento.
Pero ninguno dijo nada. El silencio era casi doloroso.
🌧️✏️ [Pasillo – Afuera de la dirección]
Mientras tanto, Christian caminaba de regreso al salón. Aún le dolía el hombro por el golpe de Ryan, pero lo ignoraba. Entró al aula vacío a recoger su libreta para educación física. Fue entonces cuando la vio.
Ruka estaba sentada en su pupitre, bajo la luz tenue que entraba por la ventana gris, dibujando símbolos extraños en su cuaderno. Sus hombros estaban encorvados y su flequillo cubría sus ojos.
Christian la observó en silencio unos segundos, respiró hondo y caminó hasta ella. Con su caminar tranquilo y pesado, se sentó en el pupitre de al lado, inclinándose para verla mejor.
Christian (voz suave, con esa calma suya que siempre transmite paz): —Ey… ¿qué haces?
Ruka pegó un pequeño brinco, sobresaltada. Cerró su cuaderno rápidamente, como si escondiera un secreto.
Ruka (voz baja, temblorosa pero molesta): —N… nada… solo… dibujando.
Christian sonrió levemente y asintió, sin incomodarla más. Se quedó mirándola con sus ojos marrones, llenos de sinceridad.
Christian (voz tranquila, casi un susurro): —Lo que sea que estuvieras dibujando… se veía bien. Tienes talento.
Ruka lo miró de reojo, y bajó la vista de nuevo.
Christian guardó silencio un momento, luego preguntó, sin dureza, solo con esa honestidad suya que parecía imposible de ignorar.
Christian (con calma, mirándola con suavidad): —Oye… Kael… ¿qué es para ti?
Ruka se tensó, sus dedos se cerraron alrededor de su cuaderno.
Ruka (voz débil, casi inaudible): —A… amigo… solo… amigo.
Christian la observó en silencio. Su mirada era profunda, firme, como si viera algo que los demás no podían ver.
Christian (voz grave, protectora, sin apartar sus ojos de ella): —No… no creo que sea una buena persona.
Ruka negó rápidamente, con los ojos ligeramente húmedos.
Ruka (voz entrecortada, pero algo molesta): —No… n-no lo es… o sea… no es malo… no te preocupes por mí…
Christian suspiró y bajó la mirada, sus manos grandes descansaban en sus rodillas. Luego la miró directo a los ojos, con esa honestidad inquebrantable suya.
Christian (voz firme, pero suave): —No sería yo… si no me preocupara por ti.
Ruka se quedó en silencio, mirándolo con asombro.
🌙🏫 [Salida de clases – Atardecer lluvioso]
Los siete chicos caminaban juntos por el pasillo, rodeados del eco de los últimos estudiantes y el repiqueteo constante de la lluvia afuera. Lloyd llevaba una mano sobre su frente, aún con expresión de confusión. Ryan se sobaba el labio partido, con el ceño fruncido.
Lloyd (voz baja, agotada, mirando al suelo): —¿Qué… qué fue lo que nos pasó hoy…?
Ryan (con un bufido, molesto): —Yo qué sé… pero me duele la cara como si me hubiera atropellado un tren…
Nathan sonrió con sarcasmo y le dio un leve golpe amistoso en la espalda.
Nathan (burlón, levantando una ceja): —Obvio que te duele, genio. Tremendo golpe que te dio Lloyd… ni yo hubiera aguantado eso.
Ryan lo fulminó con la mirada y Nathan solo rió.
Camila (con voz seria, preocupada): —Pero en serio… ¿qué sintieron antes de pelear? Ninguno de los dos actúa así sin razón.
Lloyd suspiró, frotándose el puente de la nariz con fuerza, como si intentara sacarse el dolor.
Lloyd (con honestidad y confusión): —No lo sé… solo… sentí una desesperación muy grande… como si algo me quemara por dentro… como si todo me diera… asco.
Ryan (mirando al suelo, con el ceño fruncido): —Yo igual… era como si… todo me molestara… no podía pensar.
Nathan los miró serio por un segundo, algo raro en él, pero rápidamente sonrió para calmar el ambiente.
Nathan (tratando de sonar relajado, aunque con un dejo de preocupación): —Bueno… al menos no se mataron… ¿qué les dijo la directora al final?
Ryan (suspirando, con fastidio): —Le habló a nuestros papás… o bueno… en mi caso a mi mamá… me va a regañar llegando…
Lloyd (mirando al techo, con tristeza en la mirada): —La que contestó fue mi abuela… como siempre… papá y mamá ni enterados… supongo que no importa.
Hubo un silencio incómodo hasta que Camila, con expresión seria, se giró hacia Lloyd, tomando a Diana suavemente por los hombros.
Camila (voz firme, pero suave): —Oye Lloyd… hoy te pasaste con Diana. Es tu hermana… y la regañaste sin razón… ¿sabes cómo la hiciste sentir?
Lloyd tragó saliva y bajó la mirada. Caminó hasta su hermana, que iba unos pasos detrás, cabizbaja.
Lloyd (voz quebrada, sincera, agachándose para verla a los ojos): —Perdón, Dianita… sabes que jamás haría eso… tú no eres una molestia… nunca lo has sido… no sé… no sé qué me pasó hoy…
Diana alzó sus ojos húmedos, temblorosos, y lo abrazó con fuerza, hundiendo su rostro en su pecho.
Diana (con voz chiquita, casi un susurro): —Yo… yo sé que no… solo… no vuelvas a mirarme así… me dio miedo.
Lloyd le acarició la cabeza con cuidado, cerrando los ojos para contener sus lágrimas.
Vanessa (rodando los ojos con asco y sarcasmo): —Wákala… amor de hermanos… qué cursilería…
Camila volteó a verla con seriedad y frunció el ceño.
Camila (con voz fría, como un filo de hielo): —Shh… cállate, Vanessa.
Vanessa suspiró, cruzándose de brazos y mirando a otro lado con fastidio.
El aula estaba desierta, solo iluminada por la tenue luz del atardecer. Kael caminó despacio entre los pupitres hasta llegar al lugar de Lloyd. Colocó sus manos sobre la banca con calma, su rostro mostraba una sonrisa torcida y oscura.
Kael (voz baja, llena de desprecio y malicia): —Nunca se librarán de la oscuridad… héroes de papel.
Abrió su mano y de su palma brotó un tenue brillo negro. Despacio, comenzó a dibujar símbolos oscuros sobre la madera. Estos brillaban con un fulgor profundo, como un abismo devorador.
Kael (susurrando, con frialdad): —Pronto… muy pronto.
Ruka, que lo miraba desde la puerta, frunció el ceño con preocupación.
Ruka (voz débil, nerviosa): —Kael… vámonos ya… por favor…
Kael se giró hacia ella, su expresión se suavizó apenas, volviéndose neutra. Guardó sus manos en los bolsillos y caminó hacia la salida.
Kael (sin mirarla, con indiferencia): —Vámonos, Ruka.
Ambos se marcharon, dejando atrás el aula con los símbolos oscuros brillando suavemente, invisibles para cualquier ojo normal.
🛁🪞 [Casa Varek – Baño – Noche]
Lloyd se lavaba los dientes frente al espejo. El agua corría sobre su rostro mientras se enjuagaba y escupía la espuma, con la mirada perdida y cansada.
Lloyd (pensando, mientras mira su reflejo con el ceño fruncido): —¿Qué fue lo que nos pasó hoy en la prepa…? ¿Por qué sentía tanta… rabia…?
Se inclinó para enjuagarse de nuevo. Al alzar la vista, su reflejo en el espejo ya no era su rostro, sino el de una sombra oscura, deformada, con ojos verdes brillantes que lo miraban con odio.
Lloyd (gritando ahogado, retrocediendo): —¡AH!…
Parpadeó. El reflejo volvió a ser él mismo, con la cara empapada y los ojos asustados. Se quedó mirándose fijo, respirando agitadamente.
Lloyd (hablándose en un intento de calmarse, forzando una sonrisa temblorosa): —Ay… Dios… estoy… estoy loco… jaja…
Apagó la luz y salió del baño, dejando el espejo en completa oscuridad… pero si alguien hubiera estado ahí… habría visto dos ojos verdes siguiéndolo desde el cristal.
Fin del episodio.