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Una Reencarnación Tranquila

Una Reencarnación Tranquila

Status: En proceso
Genre:Magia / Malentendidos / Reencarnación / Mundo mágico / Apocalipsis
Popularitas:1k
Nilai: 5
nombre de autor: Aly25

Su muerte no es un final, sino un nacimiento. zero despierta en un cuerpo nuevo, en un mundo diferente: un mundo donde la paz y la tranquilidad reinan.
¿pero en realidad será una reencarnación tranquila?

NovelToon tiene autorización de Aly25 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Una visita~

El sol de la tarde se filtraba entre las nubes, acariciando la cubierta del barco con una tibieza serena. Las gaviotas comenzaban a aparecer en el horizonte, signo inequívoco de que la costa no estaba lejos. El barco ya casi llegaba a su destino.

Elian observaba el mar desde una esquina tranquila de la cubierta, con Leo en brazos, dormido como un patito acurrucado. El pequeño peluche de pato estaba sujeto entre sus manitas y su pecho, como si temiera que el viento se lo llevara. Artemisa estaba unos pasos atrás, hojeando un cuaderno con listas de cosas que debía hacer al llegar. Elian sabía que el tiempo juntos estaba llegando a su fin, y aunque había hecho todo lo posible por prepararse, su corazón aún se sentía apretado.

De pronto, el reloj de su muñeca brilló con una tenue luz azul. Era la señal.

Se apartó suavemente, dejando a Leo en brazos de Artemisa con una caricia en la cabeza del niño. Entró a su camarote, cerrando la puerta tras de sí, y activó el dispositivo. Una imagen holográfica surgió, mostrando a Kael con el pelo algo despeinado y una expresión entre eufórica y agotada.

—¡Elian! Lo tengo. Justo a tiempo. —Kael alzó una pequeña caja con orgullo.

—¿Funcionan?

—¿Dudas de mí? Por favor. —Kael bufó con fingida indignación—. El pequeño reloj con forma de pato es una obra maestra. Se ajusta mágicamente al crecimiento del niño, tiene rastreo, un campo de protección básico, y la alerta de seguridad se activa con la cadenita que añadiste. El de Artemisa es elegante, encantado para resistir todo clima y eso. Además ambos están enlazado al tuyo.

Elian sonrió, visiblemente más tranquilo.

—Necesito que me los entregues. Ya casi llegamos, y no llegaran rápido de otra forma.. .

Kael alzó una ceja.

—¿Quieres que me teletransporte a un barco en movimiento? ¿Con clima marítimo impredecible y brisa salada?

—Kael.

—Ajá. Ya voy. Solo recuerda que tú me debes una. Y voy como tu “viejo amigo”, ¿cierto?

—Correcto. No menciones nada más.

Kael suspiró, sacudiéndose el polvo inexistente de su abrigo.

—Allá voy, su alteza fugitiva.

Elian guardo silencio.

Kael simplemente ya era un caso perdido.

Mientras esperaba que kael llegará había extendido una manta sobre la cama, revisando un compartimiento secreto en su baúl donde planeaba guardar los relojes mágicos.

El ambiente olía a sal y a madera húmeda, con el murmullo lejano del mar meciendo el barco suavemente.

Un destello repentino iluminó la esquina del cuarto.

Elian ni se inmutó.

—Llegas tarde —dijo, sin levantar la vista.

—¡Y tú estás muy quisquilloso para alguien que lleva más de un mes escondido en un barco con una mujer hermosa, además de dejar sus obligaciones como emperador! —replicó Kael con su tono burlón de siempre mientras emergía de la luz, cubierto con su túnica gris con bordes azul oscuro, el cabello revuelto por la teletransportación.

En sus manos llevaba una cajita tallada con motivos dorados y un lazo sencillo de hilo rojo.

Dentro, se encontraban los relojes: el pequeño, con forma de pato de metal bruñido, suave al tacto y con un ojito brillante de zafiro; el otro, elegante, con detalles de hojas de loto y un diseño que podía pasar por joyería fina.

—Aquí tienes, Su Majestad Elian Thalyor Seraphiel Drakos Vaelorn, Emperador de las Siete Coronas del Alba y Guardián del Loto Celeste —dijo Kael con una reverencia exagerada y una sonrisa pícara—. Dos relojes mágicos, conectados al tuyo. El del pato emite una alerta mágica si se rompe la bolita de seguridad. El otro... bueno, espero que lo aprecie quien lo use.

Elian tomó ambos artefactos con sumo cuidado, casi con reverencia. Sus ojos se suavizaron al ver el patito, imaginando la expresión de Leo cuando lo viera. El otro era también igual de bonito, realmente le quedaría bien a Artemisa.

Guardó ambos relojes con delicadeza en el compartimiento del baúl, con la clara intención de entregarlos él mismo, cuando fuera el momento adecuado.

—Gracias por traerlos kael.

Kael alzó ambas manos, riendo.

—¡Como debe ser! ¡Que no se diga que eres un emperador sin tacto romántico!

—No es para... —Elian carraspeó, cruzándose de brazos.

Pero Kael ya no estaba frente a él.

—¿Kael?

Silencio.

—...Kael —repitió, más grave.

El ya no estaba.

—¡Ese desgraciado!

...----------------...

En la cubierta media del barco, el sol tibio acariciaba la piel y el aroma a madera y sal estaba más presente.

Artemisa acababa de colocar una pequeña manta junto a una silla mientras Leo jugaba con su inseparable patito de peluche, haciéndolo flotar entre sus manitas como si nadara por un mar invisible.

—¡Taa! ¡Taa! —balbuceaba el bebé, feliz, con la lengua asomando entre los dientes.

De pronto, una voz desconocida pero afable interrumpió el tranquilo momento:

—Disculpa... ¿tú debes de ser Artemisa?

Ella se giró con suavidad, aunque alerta.

Frente a ella, un joven de cabello castaño algo alborotado, con ojos color cielo nublado y una sonrisa tan viva como traviesa, le hacía una leve reverencia.

Iba vestido con una túnica gris elegante, pero llevaba una flor amarilla detrás de la oreja que claramente no iba con el resto de su atuendo.

—¿Sí? —respondió Artemisa, tomando a Leo con cuidado y poniéndolo en su regazo.

—Soy Kael. Un viejo amigo de Elian. Él... me habló de ti y del pequeño. Mucho. Quería conoceros antes de irme. Espero no molestar.

Artemisa lo observó por un segundo largo.

Aunque su sonrisa era desvergonzada, había algo genuino en su mirada, una chispa de alegría que se notaba en su manera de inclinarse hacia Leo, quien lo miraba curioso.

—¿Amigo de Elian? —preguntó con una ceja alzada.

—Uno de los pocos que todavía lo aguantan —dijo Kael, bromeando, mientras se agachaba para mirar a Leo a los ojos—. ¿Y tú eres el famoso Leo?

Leo lo observó por un instante. Luego, como si aceptara su presencia, volvió a agitar su patito de peluche y lo sostuvo hacia él.

—¡Taa!

Kael abrió la boca exageradamente, como si lo hubiera hipnotizado.

—¡Qué adorable! ¿Este pequeñín con patito incluido? No me extraña que Elian ande medio bobo. Si me sonrieras así también me escapaba.

Artemisa soltó una risa breve.

—Él no sonríe tanto —comentó, acariciando el cabello de Leo con ternura—. Pero contigo parece que hizo una excepción.

Kael sonrió de lado.

—Y tú... tú eres incluso más bonita de lo que Elian describió.

—¿Ah, sí? —preguntó Artemisa, divertida pero precavida.

—Dijo que eras inteligente, fuerte, que tenías una mirada que podía hacer callar a cualquiera..........Pero se quedó corto. Eres muy bonita.—Luego, en tono más suave, añadió—. Gracias por cuidar de él. De verdad.

Leo soltó un bostezo repentino, se frotó los ojitos y luego abrazó con fuerza su pato, dejándolo descansar sobre su pecho.

Kael observó la escena con ternura y luego se puso de pie.

—Bueno, solo vine a husmear un poco y saludar. —añadió con una sonrisa significativa.

—¿Y tú te vas así nomás?

—Por supuesto. No puedo quedarme.

Kael se inclinó una última vez hacia Leo, que ya dormitaba.

—Cuida a tu mamá, príncipe patito. Y dile a tu papá… que no se sonroje tanto.

Y con una chispa azulada, Kael desapareció justo cuando Elian entraba corriendo desde la otra esquina de la cubierta, mirando alrededor con desesperación.

—¡KAEL!

Artemisa lo miró con inocencia mientras Leo soltaba un leve ronquido.

—Llegaste tarde. Se escapó.

Elian resopló, pero luego miró a su pequeño dormido y a Artemisa.......... y simplemente suspiró.

Una parte de él, muy en el fondo, sonrió con alivio de que por fin se fuera..

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Salomé Páez
Ojos
Salomé Páez
Demasiados espacios
Salomé Páez
Zero
Salomé Páez
Como es el nombre? zero, zone o zane? ya hay 3 nombres diferentes
Aly🍀: mi auto corrector 😔, no me había dado cuenta
total 1 replies
🔹Lili🔸🐦
Me dio ternura 😭😭❤️❤️❤️
🔹Lili🔸🐦
Que bonito 😭😭😔
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