Arie ha estado enamorada de Andy desde el día en que lo conoció. Pero él nunca lo ha sabido. Para Andy, ella es su mejor amiga, su confidente, la persona en la que más confía. Y aunque su relación es demasiado cercana, demasiado íntima, Andy sigue amando a Evelin, la madre de su hija.
A pesar de que Evelin tiene otra pareja, sigue teniendo un poder sobre él que Arie no puede romper. Mientras tanto, Arie se ve atrapada en un amor que la consume, en la dulzura de Andy que solo la hiere más, y en el cariño de Charlotte, la pequeña niña que siente como suya, aunque nunca lo será.
Ser parte de la vida de Andy la hace feliz, pero también la destruye un poco más cada día. ¿Hasta cuándo podrá soportarlo? ¿Podrá seguir amando en silencio sin que su corazón termine roto en pedazos?
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capitulo 17
Andy comenzo a caminar y Arie para no quedarse atras lo siguió.
—Dos personas normales en este momento estuvieran buscando a alguien para que nos ayudará— dijo Arie siendo razonable.
—Tu y yo no tenemos nada de normales.
El camino de tierra crujía bajo sus zapatos mientras caminaban, riendo y recordando los viejos tiempos en la universidad.
—No puedo creer que siempre terminabas abrazado a mí en el bus —dijo Arie, dándole un empujón juguetón a Andy.
—¿Y tú crees que era mi culpa? —se defendió él con una sonrisa pícara—. ¡Ese bus tenía el peor sistema de frenos del mundo!
Arie soltó una carcajada.
—Excusas, excusas… la verdad es que buscabas cualquier oportunidad para estar cerca de mí.
Andy se encogió de hombros con una expresión inocente.
—Tal vez. Pero ¿qué puedo decir? Siempre fuiste mi lugar seguro.
Arie sintió un cosquilleo en el pecho con esas palabras, pero no dijo nada. Solo le sonrió, y continuaron caminando hasta que, de repente, el paisaje se abrió ante ellos.
Era un pequeño rincón escondido, donde un riachuelo de agua cristalina serpenteaba entre las piedras. Había un enorme árbol con un tronco ancho y raíces que se extendían como brazos abiertos, rodeado de un césped verde cubierto de diminutas flores blancas y amarillas.
—Wow… —susurró Arie, maravillada—. Es hermoso.
—Sí… —Andy asintió, observando el paisaje con una sonrisa—. Parece un lugar sacado de un cuento.
Sin pensarlo dos veces, ambos se acercaron al árbol y se sentaron bajo su sombra. El aire era fresco y el sonido del agua corriendo por el riachuelo les daba una sensación de tranquilidad absoluta.
Ellos en vez de estar preocupados porque eran las 3 casi las 4 de la tarde y en unas dos horas oscurecerá estaba de lo mas relajados en aquel lugar.
Arie se recostó sobre la hierba y cerró los ojos.
—Podría quedarme aquí para siempre.
Andy se acomodó a su lado, apoyándose en un codo para mirarla.
—¿Y qué te lo impide?
Arie abrió los ojos y se encontró con la mirada profunda de Andy.
—La vida real, el trabajo, el restaurante…
Andy suspiró y se acostó también, mirando el cielo entre las ramas del árbol.
—A veces desearía que todo fuera más fácil. Que pudiéramos olvidarnos de los problemas y solo… estar juntos.
Arie giró la cabeza hacia él.
—Pero estamos juntos. Y eso es lo que importa.
Andy la miró, y en ese momento no había dudas, ni preocupaciones, ni miedos. Solo ella y él, en un rincón perdido en el mundo, donde todo lo demás dejaba de importar.
Sin pensarlo demasiado, llevó una mano al rostro de Arie y acarició su mejilla con ternura.
—Gracias por estar conmigo, Arie.
Ella sonrió suavemente y puso su mano sobre la de él.
—Siempre, Andy.
Y en medio de aquel paraíso escondido, sus labios se encontraron en un beso lento y profundo, sellando aquel instante perfecto que ninguno de los dos quería que terminara.
Andy acarició la piel suave de Arie esa que dejaba al descubierto su top corto, el beso se volvió apasionado, ambos jugaban con la lengua del otro.
Andy con sus manos llenas de agilidad y experiencia solto sin esfuerzo el boton de sus jeans y metió su mano sin dejar de besarla, toco suavemente su feminidad con sus dedos y escuchó varios suspiros ahogados de Arie cosa que lo hizo encender completamente.
Sentia mucho deseó por dentro, era un hombre y tenia sus necesidades masculinas y varios meses sin sexo asi que tenerla a su merced bajo de el gimiendo cuando aún ni la habia penetrado lo estaba volviendo loco.
No iba a negar que antes cuando solo eran mejores amigos llego a verla con ojos lujuriosos mas de una vez ya que ella tenia un cuerpo muy bonito y lo sigue teniendo.
Acarició su clítoris y bajo sus besos a su cuello escuchaba sus pequeños gemidos y la miro tenia los ojos cerrados estaba disfrutando y eso lo hacia sentir bien.
Queria verla descontrolada totalmente y metio dos dedos dentro de ella de golpe, sitio que ese pantalon le estorba asi que se lo quito encontrándose una pequeña tanga negra que también se la quito, Arie tenia el privilegio de ser lampiña y lo tenia sin un solo vello pubico.
Andy bajo sus besos desde su cuello por su estomago hasta llegar en medio de sus piernas y quedarse encargado de esa zona tan dulce escuchando a su novia gemir y retorcerse de placer, hasta hacerla llegar y beberse todos sus jugos.
Subio y la beso apasionadamente.
—Mi amor eres perfecta— susurro Andy en su oido con la voz entrecortada.
— Andy por favor— suplico ella al borde del placer.
— Que quieres mi amor pídemelo— su pantalón ya molestaba tenia algo guardado que dolia.
Arie abrazó a Andy por el cuello y acerco su boca a su oreja y con la respiración siendo un desastre le dijo con una voz muy seductora.
—Quiero que me hagas tuya en este precisó momento y en este lugar— Andy al escuchar eso perdio el autocontrol según el no iba a pasar mas nada solo la queria tocar.
No queria que su primera vez juntos fuera atras de un gran árbol y en el césped.
Pero sus planes se arruinaron cuando se le nublo la mente.
Se quito el pantalon y los boxer y se sento apoyado del árbol, Arie se subio encima de el y comenzaron a besarse, ella paso sus brazos por el cuello de a Andy mientras sentia su miembro chocar con su trasero.
Se subio un poco para arriba y Andy lo entró despacito, se encargó de que Arie estuviera bien mojada pues el no era su primer hombre pero Arie le contó que solo habia tenido relaciones dos veces con su ex pareja y que no tenia mucha experiencia de eso hace casi 5 años.
Andy no pudo evitar soltar un gemido.
— Mierda que apretada estas.
Se sentia delicioso, apretadita.
Arie comenzo a moverse despacio y Andy recostó su cabeza en el árbol rendido a sus pies ella mandaba en ese momento, comenzo a moverse un poco mas rápido y si seguia asi haría que se viniera muy rapido por lo apretada que estaba y esos movimientos que lo tenian delirando.
Después de un rato sintiendo que no podia mas Andy lo saco y tuvo un orgasmo tenia tantas ganas y sabia que Arie no habia terminado que simplemente se limpió la punta y lo volvio a meter.
Y ahi en medio de la naturaleza lo hicieron por primera vez