Anastasia es una joven de 17 años que reside con sus padres, David Blanco y Carmela Cruz, así como con su hermana de 18 años, Ana. A pesar de haber sido criadas en un ambiente similar, la relación entre las hermanas no es del todo armoniosa: Ana es aficionada a las fiestas y suele ser bastante contestona, mientras que Anastasia prefiere dedicar su tiempo a los estudios y no es muy propensa a salir. David, su padre, es el propietario de una de las empresas más destacadas de la ciudad.
Un día, mientras David se encontraba en su oficina, recibió una visita inesperada: Ernesto Contreras.
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capítulo 7. sexo en el auto
Llegaron al parque, donde comenzaron a conversar y a disfrutar de los juegos. Aproximadamente a las 5 de la tarde, se dirigieron al mirador, momento en el cual Ernesto sorprendió a Anastasia al darle un beso. Ella se mostró desconcertada, ya que creía que él no recordaba nada. Sin embargo, sonrió, y Ernesto le preguntó por qué sonreía. Anastasia respondió: Pensé que lo que ocurrió anoche era solo un sueño.
Ernesto sonrió y contestó: En realidad, estamos en el mismo sueño, y la volvió a besar. Posteriormente, decidieron ir a tomar algo. Anastasia se sentía feliz y quiso disfrutar de una bebida adicional.
Más tarde, se sentaron en el mirador durante un prolongado período. Intercambiaban caricias y besos hasta que, alrededor de las 9 de la noche, decidieron retirarse. Anastasia no deseaba irse, pero Ernesto ya se sentía cansado y ella no quería parecer una carga. Por lo tanto, solicitó que la llevaran a casa. Al llegar, Ana estaba a punto de salir y, al verlos, se acercó y saludó a Ernesto.
Anastasia también le dijo hola a Ana. Sin embargo, Ana no le respondió; en cambio, se dirigió a Ernesto y le pidió si podía darle un aventón. Anastasia se acercó a él y le comentó.
Está bien, llévala si así lo deseas. Al fin y al cabo, no creo que ocurra nada, ya que es mi hermana. Ella se acercó a Ernesto y le dio un beso antes de dirigirse a su casa.
Ernesto quedó sorprendido, ya que no esperaba que Anastasia lo besara en ese lugar y pensó que ella había arruinado su plan.
Anastasia actuó de esa manera porque sabía que su hermana estaba detrás de él, pero lo que no imaginaba era que a su hermana no le importaba eso; al contrario, le agradaba. Ernesto vio a Ana y sonrió. Ella le comentó: Oye, no sabía que ustedes eran novios.
Ernesto, ante la falta de respuesta, se sorprendió cuando Ana comentó: Tranquilo, no pasa nada, jajaja. Mira a mi hermanita, la inocente, ¿quién lo hubiera imaginado?.
A Ernesto le llamó la atención el tono en que se refería a su hermana, así que le preguntó: ¿No se llevan bien siendo hermanas? Me extraña que no le hayas respondido el saludo y ahora hables de esta manera.
Ana respondió: Qué lindo novio opinando sobre su novia, pero no, no me agrada. Y sabes que no me importa que sean novios; ahora que estoy aquí contigo, no te escaparás.
Ernesto la observa y reflexiona sobre lo intensa que es, sintiendo una extraña atracción por ella. Luego, dice: Oye, creo que eso no está bien, dado que en este momento soy el novio de tu hermana.
Ana responde: Ernesto, no puedes dejarme con esta inquietud. Mejor vayamos a mi habitación de hotel y disfrutemos de un momento placentero juntos.
Ernesto se quedó sorprendido; esta mujer parecía aún más audaz que él al hacerle tal propuesta. Ana añade: ¿Por qué no respondes? ¿Te da miedo o prefieres que lo hagamos aquí en el coche?
Ernesto se detuvo, sin saber qué pensar, aunque la idea le resultaba interesante.
Ana se acercó a Ernesto y le sugirió que estacionara más allá, donde había más oscuridad, asegurándole que lo que iba a hacerle le encantaría.
Ernesto la miró, pero antes de que pudiera decir algo, ella lo besó. No esperaba que se detuviera, pero al encontrarse en medio de la calle, Ernesto frenó y dijo: Espera, puede venir otro auto.
Ana se subió sobre él y respondió: Yo estacionaré el coche, mientras, poco a poco, movía su cintura, despertando la atracción en Ernesto.
Finalmente, Ana estacionó el auto en la orilla más oscura y bajó el asiento.
Ernesto se encontraba en un estado de total disposición, ya que la joven frente a él desprendía una intensa energía. Ella deslizó la cremallera de su pantalón y comenzó a acariciar su intimidad con la lengua. Disfrutando del momento, Ernesto decidió grabar la situación con su teléfono, sin que esto alterara la atención de ella, quien continuaba realizando movimientos deleitantes.
Más tarde, él tomó la iniciativa de explorar su cuerpo, especialmente sus pechos, lo que provocó que ella se entregara aún más al placer. Posteriormente, se unieron en una conexión más íntima, en la que los gemidos de ambos reflejaban el disfrute del encuentro. Durante esos momentos, ella expresó su singularidad al decirle que solo ella podía ofrecerle esa experiencia, mencionando en tono de broma que su hermana era inocente y nunca había estado con nadie.
Ernesto no podía creer que Anastasia fuera virgen. Luego, simplemente comentó: No la nombres. Ana soltó una risa y respondió: ¿Sabes qué me gusta más? Que me comí su mandado y me encanta. A continuación, comenzó a moverse con más intensidad y a gemir. Ernesto le daba fuertes nalgadas y mordía su pecho. Cuando finalmente terminaron, ella expresó: Me encantó.
Ernesto la besó y le dijo: Vístete y dime a dónde te llevo ahora. La respuesta que recibió dejó a Ana en silencio; en su mente, pensaba que él iba a decir que también le había gustado. Posteriormente, ella se arregló y ambos se fueron.
Ernesto llevó a Ana al bar y luego regresó a su casa. Subió directamente a su habitación y se metió a la ducha. Mientras tanto, pensaba en Ana, a quien consideraba una persona intrigante, y se cuestionaba qué podría haber ocurrido con su hermana para que hablara de ella de esa manera. Recordó que Ana había mencionado que Anastasia era virgen y que no había estado con nadie, lo cual lo llevó a reflexionar un poco más sobre la situación. A pesar de que sentía curiosidad por Anastasia, también reconocía que su hermana tenía una personalidad bastante traviesa.
Al acostarse, decidió revisar su teléfono y encontró un mensaje de Anastasia, quien le preguntaba si ya había llegado a casa.
que Anastacia y Ernesto queda llevar esta perdida con todo su duelo sean felices