El Regreso De Una Guerrera

Angela, asustada, buscaba de dónde provenía el sonido, pero nada ocurrió. No había nadie. Tomó su espada, dispuesta a atacar mientras buscaba por toda la habitación. Ni un sonido más, ni una risa, simplemente silencio. La joven, asustada, decidió olvidar el suceso. No estaba bien, después de todo. ¿Sería posible que se estuviera enloqueciendo?

Las criadas ingresaron y Angela se vistió. Un poco más calmada, se encerró en su despacho dispuesta a terminar su trabajo, pero sentía la sensación de que algo la observaba. Al levantar la mirada, solo se encontró con su reflejo. Quedó casi hipnotizada al verse a sí misma, hasta que de repente la imagen cambió y un lobo negro apareció. Asustada, Angela se levantó del asiento, mirando nuevamente para encontrarse con su rostro. Decidió salir a tomar aire un momento.

Por otro lado, Niall se encontraba en los pueblos cercanos investigando acerca de los ataques. Damián lo acompañaba, para pesar del joven coronel. Niall tenía que aguantar cada uno de los chistes que hacía Damián sobre los rechazos de Angela y la frialdad de esta.

—Vaya, Niall, parece que tu encanto ya no funciona con la dulce Angela —dijo Damián con una sonrisa burlona.

—Cállate, Damián. Esto es serio —respondió Niall con tono firme, tratando de ignorar la provocación.

—Oh, claro. Muy serio. Como tu incapacidad para conquistar a una sola mujer —replicó Damián, riéndose.

Niall bufó, sin responder. Entraron en una posada, donde nadie les daba ningún dato importante. Frustrado, Niall se giró hacia Damián.

—Ya que eres tan fantástico, ¿por qué no usas tus talentos para encontrar a la bestia? —dijo Niall, cruzándose de brazos.

—Mis talentos están reservados para ocasiones especiales, no para salvarte el pellejo —contestó Damián, con una sonrisa astuta.

En ese momento, un hombre repitió la palabra "bestia". Damián y Niall se miraron y se acercaron al hombre, quien se tambaleaba en su asiento, claramente afectado por algo.

—Disculpe, señor —dijo Niall, tratando de sonar lo más amable posible—. ¿Podría decirnos más sobre esa bestia que mencionó?

El hombre levantó la vista, sus ojos llenos de temor.

—Anoche, estaba en el bosque cerca del ducado Macquena. Vi un lobo negro, enorme, con ojos rojos como el fuego. Se acercó al ducado, pero luego desapareció en la oscuridad. Nunca había visto algo así en mi vida.

—¿Estás seguro de lo que viste? —insistió Niall.

—Tan seguro como que estoy aquí hablando contigo. Esa cosa no era natural —respondió el hombre, estremeciéndose al recordar.

Damián se puso serio de inmediato, mientras Niall pensaba que el lobo podía seguir cerca del ducado. Decidió salir y avisarle a Angela. Damián, por inercia, decidió seguirlo.

De regreso en el ducado, Angela paseaba por los jardines, tratando de calmar sus pensamientos. Sin embargo, la sensación de ser observada no desaparecía. Sentía que algo oscuro y peligroso la acechaba, una sombra que se cernía sobre su vida. No podía quitarse de la mente la imagen del lobo negro en el espejo.

Niall y Damián llegaron al ducado al atardecer. Angela estaba en la biblioteca, intentando distraerse con algunos libros antiguos, cuando la puerta se abrió de golpe. Niall entró, seguido de Damián.

—Angela, tenemos que hablar —dijo Niall con urgencia en su voz.

—¿Qué sucede, Niall? —preguntó Angela, dejando el libro a un lado.

—Hemos descubierto algo sobre los ataques. Un hombre vio un lobo negro de ojos rojos cerca del ducado anoche. Creemos que podría estar relacionado con las muertes recientes.

Angela sintió un escalofrío recorrer su espalda. La imagen del lobo en el espejo volvió a su mente.

—¿Un lobo negro? —repitió Angela, tratando de mantener la calma.

—Sí —respondió Damián, con una mirada seria que rara vez mostraba—. Y no es un lobo común. Por lo que ese hombre dijo, era un lobo con ojos rojos, y siento que no es natural. debo ir al infierno, Pero regresaré en menos de una hora, hay algo que quiero confirmar.

Angela tomó un profundo aliento, intentando procesar la información.

—¿Qué hacemos ahora? —preguntó, mirando a Niall.

—Tenemos que estar vigilantes y preparados para cualquier cosa. No estás sola en esto, Angela. Te protegeremos —dijo Niall, acercándose a ella con determinación.

Damián observó la escena en silencio, sus ojos brillando con un destello de comprensión. Sabía que el peligro era real y que Angela estaba en el centro de todo. Aunque su naturaleza burlona no desaparecía del todo, entendía la gravedad de la situación. Sobre todo si lo que imaginaba era real, aunque quizás no era tan peligroso, a menos que no quiera atacar a Ángela.

—Angela, no te preocupes. Este demonio fastidioso y el idiota que me acompaña nos aseguraremos de mantenerte a salvo —añadió Damián, tratando de aliviar la tensión con su tono habitual.

Angela asintió, agradecida por el apoyo, pero aún no podía sacudirse la sensación de que algo oscuro y terrible la observaba desde las sombras. Sabía que su vida nunca volvería a ser la misma, y que el peligro estaba más cerca de lo que imaginaba. Quizás tal vez eso que vio, era para asegurarle del peligro que corría, lo mejor era mantenerse en el ducado, también debía avisarle a su madre y tratar de que los criados también se mantuvieran alerta ante cualquier situación que pueda ocurrir, nadie sabe a qué se enfrentan y si realmente es tan peligroso como se dice.

Mientras Niall se queda para cuidar de Angela, Damián va al infierno dónde se encuentra con su padre y lucifer, quienes al verlo le saludan con gran aprecio.

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Nota del autor:

¡Hola, queridos lectores!

Espero que hayan disfrutado de este capítulo lleno de tensión y misterio. La situación se está volviendo cada vez más peligrosa para Angela y todos los personajes involucrados. Me encantaría saber qué opinan de la historia hasta ahora. Sus comentarios y "me gusta" no solo me motivan a seguir escribiendo, sino que también ayudan a que más personas puedan descubrir esta novela. ¡Gracias por su apoyo continuo y nos vemos en el próximo capítulo!

Con cariño,

Amilkar