Rechaza y humillada por la sociedad y por las personas que ama, muere injustamente; pero ¿Qué sucede si te van una nueva oportunidad?
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CAPÍTULO XVI
Desde lejos se podían escuchar como las voces chillonas y mal educadas protestaban ante la falta de reconocimiento de los residentes. El duque bajó primero, revoleando sus finas vestiduras de noble corrupto.
-He viajado durante tantos días y nadie es capaz de recibir al duque de este imperio.-gritó mientras empujaba al hombre que le acompañaba- Ni vos que sos mi hija- golpeó mi cabeza haciéndome caer al suelo-
Las personas del lugar gritaron horrorizadas al ver tal escena, incluyendo a mis amigos que estaban en distintos lugares.
-Duque, sea bienvenido al sur- me incliné mientras limpiaba mis ropas- Espero que su corta estadía le sea agradable- dije mientras veía como mis hermanas bajaban-
Llamé a unas sirvientas para que les ayudaran con el equipaje y fueran traslados a la zona de residencia. Quería que cada persona fuese testigo del maltrato que me provocaban, ya que sería una de las últimas veces que lo harían, eso provocaba un gran efecto en mis emociones de manera positiva. Haciendo que mi panorama fuese más abierto y preciso, podía ver una estructura y un plan brillante para terminar con la decadencia de mi familia. Lenta, pero dolorosamente sería su caída, hasta lo más recóndito de la tierra.
Desde mis sentidos abiertos, pude sentir las miradas de mis amigos. Sabían que se sentían impotentes ante la falta de poder. No me animé a verles, de cierta forma no quería. Otro empujón me tomó por sorpresa, mi hermana melliza sonreía con hipocresía.
-Lo lamento hermana, no te vi- se agachó y me susurró al oído- Una pequeña perra debe estar siempre en el suelo y sufrir- recordé los momentos con ellas-
En esta edad eran malas, pero no recordaba que sus bocas fuese tan fuerte. No había sucedido algo así. En mi mente reía como una desquiciada, rogaba crecer para bañar mis manos de tinta roja. Con cuidado, me levanté, y seguí mi camino con dignidad. Nadie me la quitaría.
-¡Princesa!- Miel corrió hacia mi encuentro- ¿¡Está bien!?- podía ver que casi lloraba-
-Estoy bien Miel, no te estés preocupando- limpié mi rodilla levemente lastimada- Pronto toda a ser como la normalidad, y seremos felices todos- sonreí para tranquilizarla-
Ellos desayunaron juntos, pero me tomé la libertad de revisar el ducado y hacer algunos pedidos a Ezelik. Creí que lo mejor sería enviarle una carta para expresar la necesidad de obtener lo que necesitaba.
"Querido Lik:
Lamento interrumpirte en este momento crucial de tu vida, pero te necesito Lik. Necesito que encuentres y tomes toda la evidencia que puedas hallar del duque y sus fechorías. Esto es necesario para poder resolver las injusticias que residen en el sur.
Tu amiga, que cuenta con vos siempre.
Askary"
Con disimulo lo envié por alguien infiltrado del ejército, era una de mis sombras en casos especiales como este. Sabía que si se lo pedía, la sombra lo haría, no obstante debía de fijarme si mi confianza podía estar depositada en Ezelik. Mientras caminaba por el jardín, mi hermana mayor se acercó con una pequeña sonrisa.
-Ask- sonrió de oreja a oreja- ¿quién ha sido el joven que tenía cabello oscuro?- Laura cubrió su rostro tapando su vergüenza-
Era algo típico de ella, era alguien que le interesaban demasiado los jóvenes. Principalmente, era el príncipe, pero cuando se obsesionaba con alguien era imposible de sacar el capricho.
-Sé, quién es, aunque es algo pobre y no posee título. Es posible que pudiera presentarlo.- debía de hacer que ella perdiera el interés en él, pero con cuidado-
Ella bailó con suavidad sobre la fresca hierba y se marchó. Era tranquilo estar sin ellos, ojalá pronto se marcharan para abrazar la paz o la guerra que se aproximaría. Seguí mi camino, y me escapé para aumentar mi poder, aun por poco tiempo. Que ellos estuvieran respirando bajo el mismo techo que yo, mostraba que el ambiente estaba contaminado y que debía de limpiarse.
-¡Princesa!- uno de los dos generales corría a gran velocidad a donde estaba- Encontramos al asesino que escapaba del norte, el emperador desea que usted se haga cargo de este juicio como lo ha hecho los últimos meses- sonrió con orgullo-
Mis padres biológicos no sabían nada de esto, pero el emperador me había dado autoridad para juzgar casos y quitar la vida en caso de ser necesario. Era como premio por haber enviado tantas personas que estaban haciendo opresión al pueblo y agregado de que el tesoro del sur era el que más recaudaba.
Por más que estuviera con algo de poder, debía de mostrarlo con un toque, y esta vez sería con la vida de un culpable.
-Está bien, llevalo al batallón y yo iré con el duque- sonreí-
El general se marchó, dejándome pensar en las palabras que le diría a mi familia.
-Duque, les vengo a invitar a una pequeña cesión de justicia. Le prometo que esto es en su honor- me arrodillé ante ellos-
Satisfechos me siguieron hasta donde se encontraba el criminal. Los soldados, como de costumbre, golpeaban sus escudos y gritaban. Les calmé para iniciar con el juicio. Flexv traía al sujeto y lo tiró a mis pies.
-¿Qué estás haciendo, hermana?- Elsa preguntó con su doble careta- ¿Por qué le haces daño a este pequeño ciudadano?, ¿el emperador lo sabe?- tomó el brazo del duque- Padre, nos decapitarán por traición- soltó algunas lágrimas-
Miré a Flexv, quien me miró sorprendido y con una determinada pizca de incredulidad y gracia.
-Parece que lo has entendido mal. Estoy colaborando con el emperador para atender los casos de juicios en el ducado del sur, además de decidir sobre la vida o la muerte de los malhechores. Nadie morirá hermana, a excepción de él- señalé al culpable-
-Elsa, discúlpate con tu hermana. Está haciendo el trabajo de muchos en nombre del emperador- mi padre la regañó-
-Disculpa hermana, espero que no me culpes por mi falta de tacto- fingió debilidad-
Ignoré sus palabras y seguí con el juicio, el cual el hombre se declaró culpable y en confidencia me dio nombres de posibles asesinos en grupo, o mejor dicho sicario que deseosamente estaba dispuesta a tener en mi ejército. Me acerqué al culpable, y clavé la daga, para que Flexv lo termina por dormir para la eternidad.
-Ya es hora de cenar, ¿verdad?- dije mientras limpiaba la sangre que había salpicado sobre mi mejilla-
Sus rostros eran un poema de lo que significaba el horror, se podía ver que estaban asqueados y sorprendidos.
En la cena, quería invitar a los nobles, pero creí que no era un buen momento. Solamente quería divertirme, y tal vez por equivocación algo se metió en sus alimentos. Mientras disfrutaba de la sabrosura de la comida, mi familia levemente sufría.
-Duque, ¿qué opina del juicio?- limpié mis manos-
Vi que inmediatamente, mi madre y hermanas abandonaban sus platos.
-Creo que no es apropiado hablar de eso en la mesa, ¿verdad?- me miró algo airado-
-¿Por qué lo cree duque?, ¿el emperador me escribe diciendo que está orgulloso del trabajo que hago en el sur, entonces, ¿por qué cree es inapropiado?- sonreí -
El silencio fue rotundo, no podían refutar nada, ya que sería considerado traición.
-Les tengo un regalo, quiero que sepan, que siempre van a ser bienvenidos y cada vez que deseen venir al sur. Los recibiremos de la misma forma- hice seña para que entrara Flexv-
Sobre la pesa colocó la cabeza del bandido, lo que provocó gritos en toda la casa por parte de mi familia.
Lo miré, y él también lo disfrutaba, sin duda sentía que me podía vengar. Antes, a la edad de diez años, había matado a miles de personas inocentes, hoy mataría a las personas que causaran daño.
-Buenas noches- me marché para ir al sauna de mi niñez-
Me relajé mientras el grupo de soldado femenino protegía mi privacidad. Cerré los ojos, y disfruté del espectáculo. Nuevamente, los gritos se hicieron presente, y en toda la noche perduraron.