Códigos Del Corazón. (Amor En Tiempos Robóticos)

Robo Tech, una imponente estructura de cristal que superaba en tamaño incluso al departamento de policía y al senado juntos. Se alzaba majestuosamente en la ciudad de Neo Tech destacándose con un resplandor orgulloso ante el público; para muchos ostentosa, pero para ojos visionarios simplemente maravillosa.

Entre estas personas estaba, su fundadora y creadora Titánica Prime, mujer de apariencia distante y fría. Su mirada de ojos claros reflejaba una determinación feroz, pero también una falta de empatía.

...Titania Prime...

Así fue como Titania logró forjar el éxito que tenía ahora. Haciendo a un lado cualquier vínculo emocional que se le presentara, creía que el amor la retrasaba y la hacia débil. Casi parecía un robot de metal, duro y frío. Casi nada podía conmoverla.

En esto debía culpar a su madre, la abandonó en la calle a los diez años para que los demás hicieran con ella lo que quisieran, pero eso ya no importaba. Debía agradecérselo, esto la hizo la mujer que era.

Lo único que le importaba era el poder y la ambición desmedida, no le importaba a que costo sus IA lograrían dominar el mundo. No le importaba robar la identidad de otras personas. No le importaba el amor. Solo quería una sociedad más acorde y práctica que verdaderamente valorara y preservará este mundo tan débil y viejo. El planeta necesitaba una reforma y Titania Prime, estaba dispuesta a proporcionarla.

Un golpe en la puerta desvió a Titania de sus pensamientos más oscuros. Sin girarse en su posición, siguió observando con emoción la ciudad que pronto reconstruiría.

El desconocido entró y se posicionó a unos pasos de distancia de ella. —Señora Titania, tenemos una situación. —dijo Spencer uno de los hombres más leales a su causa.

...Spencer...

Titania suspiró con aburrimiento, como si sus palabras fueran simples juegos infantiles; no había nada que ella no pudiera solucionar.

—Estoy ansiosa por escuchar. —Ella se dio la vuelta y con ojos claros como la hierba fresca, observó a su hombre de confianza. Spencer, amigo, confidente, esclavo e incluso aveces amante ocasional.

—Uno de los sujetos, ha violado el acuerdo —Respondió el hombre, con postura rígida adquirida tras años en el ejército y por supuesto por las prótesis robóticas en sus manos. Spencer se había adaptado a ellas como una segunda piel, sin estas no habría vuelto a empuñar un arma desde que una mina le arrebatara los brazos.

Titania suspiró por segunda vez, esto no era una sorpresa, había ocurrido una decena de veces.

—Dime su nombre —dijo la mujer dirigiéndose al gran panel de cristal donde podría ver mejor la imagen del individuo.

Sin dudar, Spencer transfirió la información desde su "Terminal" a la pantalla holográfica frente a su querida superiora.

—Su nombre es Max Quantum, hace tres meses vendió su identidad. La doctora Elora estuvo a cargo de su caso. Se le entregó el contrato y lo firmó sin problemas. Recibe sus pagos con diligencia, lo que le ha permitido brindarle a su madre una mejor calidad de vida.

Titania observó las imágenes con frialdad. Max venía de abajo, al igual que ella. Este hombre era otro desafortunado que había vendido su persona por dinero, no le sorprendía. Sin embargo, hubo algo que la desconcertó. Ella podía detectar a un buen hombre, incluso olerlo a millas de distancia y Max era uno de ellos. Titania no había visto esta clase de bondad en un humano en mucho tiempo.

Pero aquí estaba en vivo y en directo frente a ella. Solo hacia falta ver el amor que le expresaba este chico a su madre en estas imágenes de alta calidad. Dale gracias a la imagen satelital, RoboTech podía ver todo. ¿Alguien creía que tenía privacidad? "Despierta humano, no es así", pensó Titania.

Todos estaban siendo controlados y monitoreados constantemente tanto por su empresa como por los organismos policiales y los de más alto rango. Todo para que la sociedad no se saliera de sus líneas. Titania entendía esto, la humanidad debía contenerse.

—Cuál fue su desacato —preguntó Titanía aun más intrigada.

Spencer continuó. —Ha estado visitando a escondidas a su clienta, Aria Steele. En realidad solo tuvieron contacto una vez, pero por las demás, ha estado espiandola. Hackeamos su "terminal" y en ella tiene información de contacto de la chica, por tanto debió robarla directamente de RoboTech.

—Interesante. —Fue lo único que Titania pudo decir, con una sonrisa al observar las imágenes de Max y Aria, asi como la confrontación de la chica de cabello oscuro.

—Amor —dijo ella simplemente.

—¿Disculpe? —Preguntó Spencer confundido. Ella jamás lo había llamado así.

Titania se dio la vuelta y lo observó aun con esa sonrisa que no era para nada cálida. Spencer la conocía bien, era fría como un témpano de hielo.

—Ellos dos están enamorados. ¿No te parece una novedad, Spencer? Jamás se había visto algo así en Robo Tech. —Ella soltó una carcajada fría y se encaminó a su escritorio.

Titania continuó. —Spencer, sigue con el protocolo. Congela su cuenta bancaria y sobre todo, dale una lección. Y no hablo de cualquiera, sino de algo que le haga entender que no debe incumplir jamás un contrato con Robo Tech —dijo la mujer, respirando profundo el propio veneno que anidaba a su alrededor.

¿Amor?. No habia nada que odiara más Titania en la vida que el amor y quería destruirlo a toda costa.

Spencer la observó con una sonrisa, esta era su Titanía; nada de sentimentalismos y era lo mejor. De todas formas este Max se les adelantó, sería una depuración por adelantado.

El hombre corpulento, se dio la vuelta y salió de la oficina.