Desde antes de nacer mi cruel destino estaba escrito, soy Lucía Rivas única hija de María de Rivas, desde que mi mamá supo que vendría al mundo me odio, yo le recordaba su tragedia, yo era el fruto de una violación, debido a eso mi vida siempre ha sido un infierno, pero algún día vengare todo mi sufrimiento y ni siquiera mi madre se salvará del infierno que desatare en la tierra...
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Capitulo XVII Gente doble moral
Los días pasaron, Diego no volvió al colegio y Carolina se estaba haciendo cargo de su educación pues en el pasado ella fue maestra.
Mauricio y Lucia iban todos los días a la empresa, parecían una verdadera pareja en la empresa los empleados los respetaban y ya todos sabían que ellos tenían un hijo de seis años, también sabían que ambos vivían en la mansión Lombardi, los medios de comunicación hicieron un escándalo de ese hecho pues según ellos, Lucia era la hermana de Mauricio aunque no llevarán la misma sangre.
— Mira los encabezados del diario. —Dijo Saray entregándole el diario a su amiga.
— Gente doble moral, hablan sin saber nada, además ellos llevan más pecados encima. — Respondía Lucia sin darles importancia.
Lucia se centró en su trabajo tenían un desfile en puertas y todo debía salir bien, Mauricio entro a su oficina a media mañana y ella y Saray trabajaban duro en la planificación del evento, al ser Lucia la vicepresidenta le tocaba hacer estas cosas; sin embargo, yo también me tomaba el tiempo de ayudarlas.
— Se ven tan bien juntos, hacen una bonita pareja. — Dijo Saray.
A Mauricio no terminaba de gustarle esa amiga de Lucia, a veces sentía que ella le coqueteaba y eso lo ponía incómodo, lo mejor era mandarla a investigar.
— Lucia amor hemos terminado, vamos a almorzar nosotros dos solos. — Le dijo Mauricio a Lucia.
— Está bien, vamos. Lucia se despidió de Saray y salió con Mauricio agarrados de la mano, aunque entre ellos no había pasado nada más que unos besos apasionados, Mauricio la trataba como si fueran una pareja casada y cada vez que podía decía que ella era su mujer, cosa que le llenaba el corazón a lucia.
Llegaron a un restaurante elegante.
— Te gusta!. — Susurro Mauricio al oído de Lucia.
— Sí, está muy bien. — Dijo Lucia no tan animada.
— No te veo tan convencida, acaso no te gusta el lugar?. Dijo Mauricio.
— No es eso, es solo que yo estoy acostumbrada a lugares menos elegantes y este lugar es demasiado para mi gusto. — Confesó Lucia apenada.
— Si quieres nos vamos y almorzamos en un lugar donde te sientas cómoda. — Respondió Mauricio.
— No! está bien!, ya estamos aquí, vamos a darle una oportunidad al sitio. — Dijo Lucia más animada.
Pidieron sus comidas y pasaron un rato ameno, sin preocuparse por lo que pasaba a su alrededor.
— Sé que no es el momento, pero me gustaría saber qué pasó entre tú y Adele. — Lucia miró a Mauricio esperando una respuesta.
— Esta bien te lo contaré. — ResÁdeleo tranquilo.
— Cuando conocí a Adele me enamoré de ella, era tan tierna y agradable, salimos por un año ella tenía dieciocho y yo veinticuatro, en ese tiempo no sabía su verdadero nombre, yo la conocí como Daniela, un hombre como yo cayó rendido ante los pies de esa adorable mujer, hacia todo lo que ella me pedía, mi mamá la adoraba, pero a mi papá nunca le cayó bien, bueno un día le pedí matrimonio y ella se burló de mí frente a mis amigos, me dijo que jamás se casaría con un hombre tan débil como yo y que ella ya tenía a un verdadero hombre a su lado, después de ese día me enteré de que ella realmente se llamaba Adele Ferrer y que le gustaba jugar con los hombres para sacarles todo lo que ella quería. El día que te conocí había tenido una fuerte pelea con ella, cuando vi que una muchacha desalineada había tocado mi auto me llene de ira, ese día baje para darte una lección, pero al ver tu parecido con ella, me obsesione contigo, te lleve a mi casa para hacerte pagar a ti por ella, pero tu inocencia, tus ojos libres de maldad no me permitieron hacerte daño y poco a poco y sin darme cuenta entraste a mi corazón, por eso cuando te fuiste me llene de odio otra vez, y jure no volver a amar a nadie más, para mí tú eras igual y hasta peor que ella, pensé que te odiaba, pero solo era yo tratando de engañar a mi corazón.
— No tenía idea de lo que ella te había hecho, esa familia es nefasta, ellos son capaces de lo que sea con tal de conseguir lo que quieren, ellos también me lastimaron mucho, me humillaron a más no poder y sé que planean algo contra mí, Maria nunca me quiso y si fuera por ella me mataba con sus propias manos.
— ¿Cuéntame qué te hicieron? — Pregunto Mauricio intrigado.
— Mejor te muestro, salgamos de aquí. — Dijo Lucia tímida.
Los dos salieron del restaurante, Lucia le pidió que la llevara al apartamento de él, en ese lugar podían tener privacidad.
Al llegar Lucia pidió algo fuerte para beber, Mauricio le preparo un whisky, ella se lo tomó de un trago, arrugó la cara su expresión fue muy graciosa.
— Más despacio, después vas a perder el control de nuevo. — Bromeó Mauricio con ella.
Lucía empezó a quitarse la ropa ante la mirada deseosa de Mauricio, una vez que se quitó la ropa y quedó en ropa interior las marcas en su cuerpo se hicieron evidentes. La primera vez que estuvieron juntos Lucia le pidió apagar las luces, pues por ser su primera vez tenía pena, cuando en realidad quería ocultar las marcas de su tortura, la espalda era la que más cicatrices tenía, Mauricio con los ojos llenos de lágrimas se acercó a ella y beso esas marcas tan dolorosas.
— Lo siento!. — Dijo Mauricio abrazando fuertemente a Lucia.
— De qué te disculpas?. Pregunto ella confundida.
— Si hubiera llegado antes, esto no te hubiera pasado. — Respondió, sintiéndose culpable.
— Esto venía pasando desde que era una niña pequeña, que hubieras podido hacer siendo un niño. —Dijo Lucia besando sus manos.
Mauricio la puso frente a él y la besó dulcemente, se acariciaron y cada acción iba llevando a otra, Mauricio llevo a Lucia a su habitación y en esta le hizo el amor de una manera tan delicada como si de un gran tesoro se tratara y es que para él ella era su gran tesoro.