Cuando la desesperanza te invade pueden soplar vientos de paz si encuentras el verdadero amor, esta verdad la comprobaron Estrella y Samuel, dos jóvenes que tienen un huracán de problemas pasados y presentes encima, pero con ayuda mutua logran salir adelante, aunque no se sabe si esten destinados a ser más que amigos.
Pese a que su padre ha sido acusado de un delito muy grave, entre ambos lucharán no solo para revelar la verdad, sino para curar todo el dolor que el mal tiempo dejó.
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Juicio
Con toda amargura en su corazón don Carlos se preparó para enfrentarse al juicio, sabía que iba a ser condenado. Lo que desconocía era por qué y por cuánto tiempo. Había rehusado hablar con su abogado, pues lo consideraba un demás, no quería ver la cara de ese traidor miserable. A las 10 de la mañana se realizó el juicio oral.
Don Carlos escuchaba aún incrédulo los cargos que se le imputaban, pues nunca tuvo sociedad alguna para delinquir, nunca tuvo la necesidad de lavar dinero, jamás maltrató ni violentó los derechos de sus trabajadores y sus impuestos siempre se declararon legalmente.
Por su parte el abogado Ferrer actuó bien en su papel, 'defendió' tan apasionadamente a su representante a pesar de que no habían hablado, entre ellos, ni una palabra y más bien parecían tan distantes como el cielo y la tierra.
Después de deliberar y de tanta actuación el fallo llegó finalmente. El jurado encontró culpable, de los cargos imputados a don Carlos, por cada caso había una condena de varios años, sumados todos su pena fue de diez años de prisión. Para él fue muy duro aceptarlo, diez años lejos de su familia eran muchos, probablemente su hija se casaría y él no estaría allí y de su esposa ni pensar, si ella no lo esperaría en este mundo al momento de cumplida su condena, sería su muerte. Todo su mundo se le vino abajo, pero era mejer así, ellas estaban libres al menos.
De la sala de juicio sería llevado al reclusorio donde compliría su condena.
Abogado Fernández: Ingeniero Vans, lo lamento usted sabe que la victoria es para los más astutos.
Don Carlos: Te deseo que la vida te regrese el doble de cada una de tus obras. Y si no cumplen con la promesa de dejar libre a mi esposa e hija así sea lo último que haga me los llevaré al infierno con migo, promesa de Carlos Vans.
Abogado: Cumpliremos nuestra parte, no se preocupe, ingeniero.
Doña Daniela, por su parte estaba en casa rezando porque su esposo fuera liberado, porque se les hiciera justicia. Y en un hotel del país N, Samuel y su padre también esperaban noticias ansiosamente.
La llamada tan anhelada, finalmente llegó, el abogado que pudo presenciar el juicio llamó para informar sobre el veredicto final. Don Luis estaba consternado, ese final ya lo esperaban, pero no lo aceptarían hasta escucharlo. Samuel pensó en Estrella, su corazón se rompería al enterarse de la noticia. Se propuso regresar al pais X lo más pronto que pudiera para poder estar con ella. Seguidamente, consoló a su padre.
Samuel: Papá, no te desesperes, aun podemos apelar y tal vez esta vez don Carlos no se niegue a ser defendido por los abogados que contratamos.
Don Luis: Sé que podemos apelar, el asunto es hasta dónde Carlos está siendo amenazado. No creo que el caso lo podamos continuar desde el país N. Como ciudadano del país X, Carlos tiene derechos, así que nos encargaremos desde allá. Por lo pronto nos queda Daniela, el caso de ella aun está pendiente.
Samuel: Si, doña Daniela también está en peligro ahora, lo más probable es que la lleven a juicio también, así que vamos a seguir manteniendo el contacto con los abogados.
Don Luis: Pero, ahora lo que más me preocupa es darle la noticia. No sé si ella lo podrá soportar. Iré personalmente a su mansión. ¿Vendrás con migo?
Samuel: Quisiera ir, pero también está Estrella, le daré la noticia a ella mientras tú vas a ver a doña Daniela.
Don Luis: No me acordaba de Estrella, ella también estará devastada.
Samuel: Papá, volveré hoy mismo al país X, creo que mi presencia aquí no es necesaria y allá hay tanto que hacer. (Samuel quería volver lo antes posible para estar al lado de Estrella y consolarla de alguna manera).
Don Luis: Está bien, pero espera a irte mañana, descansa un poco hemos dormido poco y el cuerpo necesita descanso.
Samuel: Papá, lo siento viajaré hoy por la noche para estar allá por la mañana.
Don Luis: Ok, has lo que quieras. Me quedaré aquí hasta que resuelva el caso de Daniela. Dile a tu madre eso y cuida de ella y de Estrella en tanto que estoy aquí.
Samuel: Cuenta con migo, padre, no te preocupes por ellas.
Los dos se despidieron. Don Luis fue a informar a Daniela y Samuel empacó sus maletas para dirigirse rumbo al aeropuerto y abordar un avión que lo llevara lo más pronto donde Estrella.
Cuando don Luis entró a la mansión Vans. se encontró con una ansiosa Daniela.
Doña Daniela: Luis, has venido. ¿Qué noticias me traes? ¿Cómo fue el juicio? ¿Liberaron a Carlos?
Don Carlos: (Con el corazón oprimido en su pecho) Daniela, bueno... yo no tengo buenas noticias. Por favor, será mejor que tomemos asiento.
Daniela: Dime lo que sea, por favor, no me ocultes nada.
Don Luis: Lamentablemente el fallo estuvo en contra de Carlos, lo declararon culpable de todos los cargos.
Daniela: Lo sabía, ese abogado traidor, basura, no lo defendería, solamente estaban actuando. ¿Cuánto es su condena?
Don Luis: Le dieron... diez años pero...
Daniela: No, eso es demasiado, no puede ser, pensé que serían como máximo cinco años. Carlos mi amor...
Daniela lloró amargamente pensando en tantas cosas, la salud de su esposo muy probablemente se deterioraría con mayor rapidez. Por último no pudo más y se desmayó. Don Carlos se asustó y pidió ayuda a las muchachas de servicio, después de auxiliarla, doña Daniela volvió en si, pero no estaba bien, por lo que don Luis la llevó a un hospital.
En el hospital fue ingresada con la presión arterial muy alta y los nervios alterados. Estuvo en observación una noche completa y parte de la mañana del siguiente día. Don Luis contrató a una enfermera para que se hiciera cargo de ella, debido a su condición de hombre él no podia ayudarla esta vez.
Por su parte Samuel regresó al país X y al amanecer ya se encontraba en la mansion de los Varela. Cuando Estrella y doña Susan terminaron su desayuno se encontraron con la sorpresa de la llegada de Samuel.
Doña Susan: Samu, hijo mío, estás de regreso. ¿Y tu padre?
Samuel: (Con peso en su corazón) Mamá, papá aun no vendrá. Pasemos a la sala y hablemos ahi.
Estrella: Samuel, dime ¿Qué pasó en el juicio? Esperé que llamaras anoche y no lo hiciste.
Samuel: Qureía decírtelo personalmente. Estrella, tu papá... él perdió el caso. Lo siento Estrella.
Estrella y Susan: ¿Perdió el caso?
Estrella: Pero todo estaba preparado. ¿Cómo es posible, esto?
Samuel contó pacientemente todo lo que había sucedido, ya que ellas desconocían los giros de último momento. Estrella al igual que su mamá no pudo con la noticia y se desmayó. También fue ingresada al hospital, en este caso la migraña estaba haciendo estragos en su salud. Samuel estuvo en todo momento con ella. Fue dada de alta, pero aun seguía bajo los cuidados de doña Susan y de Samuel.